?Me vais a dar paso?

Este fin de semana se ha completado la presentaci¨®n de los nuevos programas informativos de Televisi¨®n Espa?ola. Una semana despu¨¦s de lo previsto, comenz¨® sus emisiones 48 horas, dirigido y co-presentado por Pedro Erquicia. Se trata de un espacio destinado a "informar y entretener", seg¨²n la definici¨®n expuesta por la presentadora, Mar¨ªa Escario, el s¨¢bado.El esquema del espacio es muy abierto. La base fundamental son los reportajes, con especial atenci¨®n a las cuestiones sociales y culturales, y los bloques de noticias. Adem¨¢s, se incluyen diversas secciones fijas como un hor¨®scopo o un bloque humor¨ªstico de trucaje de im¨¢genes llamado fuera de contexto -su t¨ªtulo ya lo indica todo- 48 horas es una amalgama de diversos g¨¦neros ya conocidos; un poco de Informe semanal, junto a unas gotitas de La tarde y, todo ello, sazonado con un ba?o de telediario.

Al igual que ocurriera en la presentaci¨®n de los programas informativos diarios, los espacios de 48 horas incluyeron una serie de errores achacables, s¨®lo en parte, a los nervios de un primer d¨ªa de trabajo. En TVE hay profesionales con suficiente experiencia como para intentar evitar al espectador el trance que supone tener que aceptar toda clase de imprecisiones, cada vez que nace un nuevo programa: desajustes entre imagen y sonido, fallos t¨¦cnicos, titubeos o ausencia de r¨®tulos identificativos.

La conducci¨®n general corr¨ªa a cargo de Pedro Erquicia, auxiliado por Mar¨ªa Escario, uno de los mejores descubrimientos recientes de Televisi¨®n Espa?ol. Erquicia, veterano profesional de la casa, no destaca precisamente en la labor de presentaci¨®n. Sus trabajos tras la c¨¢mara, siempre han sido m¨¢s efectivos. Su aparici¨®n en pantalla ten¨ªa particularmente poco sentido con la presencia de Mar¨ªa Escario.

Tambi¨¦n, se intenta buscar una mayor variedad escenogr¨¢fica, recurriendo con ello a situaciones tan absurdas e innecesarias como la que tuvo que sufrir Miguel Adrover, jefe de la redacci¨®n, que ten¨ªa que dar las informaciones desde una mesa de la redacci¨®n del programa, en una pobre ambientaci¨®n. Los tel¨¦fonos que aparec¨ªan a su lado se ve¨ªan descolgados, para que no sonaran durante el espacio, e, incluso, tuvo que dar uno de los bloques a oscuras. Cuando el realizador pinch¨® su imagen lo primero que se le oy¨® decir, lleno de incredulidad y entre tinieblas, fue: "?Me vais a dar paso?".