Inminente reconciliaci¨®n del Vaticano con Lefebre
?Por qu¨¦ Juan Pablo II ha desaprovechado esta ocasi¨®n tan importante para hacer una defensa abierta del que fue el concilio m¨¢s importante de la Iglesia de nuestro tiempo? Ayer se barajaban en fuentes eclesiales tres hip¨®tesis. La primera es la reconciliaci¨®n de Roma con el arzobispo franc¨¦s Marcel Lefebvre. Para los pr¨®ximos d¨ªas est¨¢ previsto el viaje al Vaticano de Lefevbre para ser liberado por el papa Wojtyla de la suspension a divinis con la que le hab¨ªa condenado Pablo VI, precisamente por su oposici¨®n al Concilio Vaticano II, al que Lefebvre consideraba poco menos que obra del diablo.
El fin del posconcilio
Otros sostienen la hip¨®tesis de que, con la celebraci¨®n de ayer, Juan Pablo II da por acabado un ciclo, el posconcilio, que, como ¨¦l mismo dijo en su homil¨ªa, ha acarreado "muchas pruebas" a la Iglesia y ha llevado a muchos fieles "a caminar por un valle oscuro".Tanto el Papa como su brazo derecho, el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto del ex Santo Oficio, sin negar que el concilio fue una obra de Dios, han insistido, sin embargo, mucho en estos a?os en que la "aplicaci¨®n" de dicho concilio hab¨ªa acabado creando confusi¨®n y sembrando la desorientaci¨®n en la Iglesia.
Ahora que buena parte de los obispos que hicieron aquel concilio ha desaparecido de la escena, Roma prefiere que se abra una p¨¢gina nueva. En medios cat¨®licos progresistas se asegura que la actual filosof¨ªa religiosa del Vaticano desea hacer caso omiso de un acontecimiento hist¨®rico como el concilio celebrado hace 25 a?os, que signific¨® el m¨¢ximo punto de aproximaci¨®n de la Iglesia a la sociedad contempor¨¢nea. Y, por ¨²ltimo, hay quien no desecha la hip¨®tesis de que el papa Juan Pablo II acaricie la idea de convocar un nuevo concilio ecum¨¦nico dentro de algunos a?os, quiz¨¢ para inaugurar el nuevo milenio, sobre un tema que ama mucho: el de la vida y los derechos humanos.
De hecho, el cardenal Ratzinger ha dicho ¨²ltimamente que los concilios en la Iglesia hab¨ªan sido m¨¢s positivos cuando eran "cortos y sobre un tema muy concreto".
Estas palabras podr¨ªan ser la anticipaci¨®n de un concilio que dure no cuatro a?os, como el Vaticano II, sino unos meses, y sobre un tema muy espec¨ªfico. Aunque para ello Juan Pablo II necesita acabar con su proyecto de renovaci¨®n del episcopado mundial en clave restauradora y conservadora.
Por el momento, los obispos nombrados durante este pontificado no son suficientes para asegurarle al papa Wojtyla la mayor¨ªa de sus adeptos, aunque algunos episcopados -los m¨¢s agresivos y progresistas en tiempos del concilio, como los de Holanda, B¨¦lgica, Rep¨²blica Federal de Alemania, Francia, etc¨¦tera- han cambiado pr¨¢cticamente la piel.
Pablo VI, "Papa de la duda"
Muchos de estos obispos se mueven hoy m¨¢s bien dentro de la ¨®rbita wojtyliana, a cientos de a?os luz de lo que fue la revoluc¨ª¨®n copernicana del concilio proclamado carism¨¢tica mente por el papa Juan XXIII y continuado con pasi¨®n e infinita paciencia, por el papa Pablo VI, considerado hoy en d¨ªa como el verdadero Papa de los seglares por haber sido el Pont¨ªfice de la duda, cualidad que suele considerarse como la caracter¨ªstica primordial del seglar y de cuantos han renunciado a una visi¨®n dogm¨¢tica de la historia.
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