La cuesti¨®n del matrimonio civiI entre 'gays'
El matrimonio entre gays o lesbianas no ha sido reconocido todav¨ªa en ning¨²n lugar del mundo, pero tiene defensores. Los autores de este art¨ªculo reclaman el reconocimiento y equiparaci¨®n de derechos -la aplicaci¨®n del principio de igualdad- para todas las parejas estables, sean homo, hetero o bixesuales.
Resulta que en esta sociedad nuestra de cada d¨ªa, por lo que respecta a los deberes, todos somos iguales, pero no todos poseemos igualdad de derechos. La petici¨®n para contraer matrimonio efectuada por dos gays de Vic ha levantado considerable polvareda, y va para rato, porque piensan recurrir a todos los tribunales posibles.Analicemos la cuesti¨®n. El matrimonio no es otra cosa que la legalizaci¨®n ante la sociedad de una relaci¨®n de pareja estable. Si lo prefieren, es un contrato entre dos personas ante el juez con una serie de obligaciones mutuas. Nada m¨¢s. Todo a?adido a este concepto b¨¢sico es ajeno, como, por ejemplo, el hecho de la procreaci¨®n, que es voluntario y no obligatorio. Tanto es as¨ª que el juez de Solsona que ha denegado este matrimonio no ha encontrado ley escrita que proh¨ªba expl¨ªcitamente este derecho entre gay y ha recurrido a la falacia de que es "obvio" que dos hombres no pueden casarse. ?Por qu¨¦ es obvio? Quiz¨¢ ser¨ªa as¨ª si ¨¦ste fuera un Estado confesional cat¨®lico, pues la Iglesia no lo permite, pero ya no es ¨¦ste el caso.
Por otra parte, el fiscal de la Audiencia de Barcelona, se?or Mena, ha sido m¨¢s realista. Se?ala que hay un vac¨ªo legal, que habr¨ªa que desarrollar alguna ley que lo cubriera, que esta situaci¨®n cabr¨ªa considerarla discriminatoria respecto al resto de parejas que s¨ª pueden casarse, y que podr¨ªa abrirse una v¨ªa de contratos mutuos para suplir esta deficiencia. Correcto.
No vamos a entrar aqu¨ª en un juicio de valor sobre el hecho del matrimonio en s¨ª, ¨¦sa es otra pol¨¦mica, sino en la igualdad de derechos para las personas, sean homo, hetero, bi o trisexuales... Justamente para las parejas estables formadas fuera del matrimonio, porque as¨ª lo quieren o porque no hay otra posibilidad (como es ahora el caso de los gay de Vic que nos ocupa), existen una serie de desventajas discriminatorias respecto de los casados, fruto de la eterna doble moral, como si fueran relaciones inferiores.
Cabe preguntar a la Administraci¨®n: cuando un miembro de una pareja de gay o de lesbianas est¨¢ en el paro ?podr¨¢ gozar del derecho a la Seguridad Social de su compa?ero/a?, ?qu¨¦ pasar¨¢ cuando hagan declaraci¨®n conjunta de la renta para desgravar?, y en fin, se?ores y se?oras diputados, ?variar¨¢n su voto para poder heredar en caso de que no exista testamento? Estos ejemplos, y otros m¨¢s nimios, como los 15 d¨ªas de vacaciones cuando dos se casan, dan contenido a la reivindicaci¨®n de estos dos gay de Vic. Pero adem¨¢s se trata de algo rotundamente simple: ni m¨¢s ni menos que la dignidad de dos personas que se quieren y que, como otros millones de parejas, desean legalizar esta situaci¨®n.
Precedente jur¨ªdico
Hace varios meses se produjo en la Audiencia de Barcelona un interesante precedente jur¨ªdico que alumbra la cuesti¨®n que nos ocupa. Una sentencia judicial aplic¨® la eximente conyugal para un acusado de encubrir a un preso fugado a quien escondi¨®, puesto que se declar¨® su amante.
En algunos pa¨ªses de Europa se ha avanzado bastante en esta cuesti¨®n... As¨ª, el Parlamento noruego acaba de legislar el reconocimiento de las parejas estables formadas fuera del matrimonio y su equiparaci¨®n de derechos. En Holanda, un miembro extranjero de una pareja de este tipo puede adquirir esa nacionalidad tras un tiempo de convivencia, sin necesidad del matrimonio. En otros varios pa¨ªses, como Argentina, un per¨ªodo de mayor o menor tiempo de convivencia otorga autom¨¢ticamente derechos propios del matrimonio. Hay que felicitarse por la afortunada intervenci¨®n del diputado Juan Mar¨ªa Bandr¨¦s, quien recientemente denunci¨® el caso de la negativa al disfrute de la pensi¨®n de viudedad para una mujer que hab¨ªa convivido cerca de 40 a?os con su compa?ero.
En Catalu?a, un total de 20 entidades integradas en la campa?a Ama como quieras han dado su apoyo a los dos gay de Vic, Josep Teixid¨® y Jes¨²s Lozano, en su demanda a partir del principio de igualdad que proclama el art¨ªculo 14 de la Constituci¨®n, y proponen una ley antidiscriminatoria que evite estas situaciones. Han suscrito este manifiesto las fuerzas de la izquierda mayoritaria, socialistas, comunistas y nacionalistas progresistas, varias entidades ciudadanas y grupos gay y juveniles. Entre los firmantes destacan por su significaci¨®n la Asociaci¨®n Catalana de Juristas Dem¨®cratas y Cristianos por el Socialismo, que dan a este caso el contrapunto serio y laico que muchos no han querido ver, porque molesta que dos hombres proclamen que se quieren. Ah¨ª est¨¢ el quid de la cuesti¨®n. Por eso, aunque mucha gente gay no sienta el matrimonio como una reivindicaci¨®n urgente, sigue este caso con simpat¨ªa. Tambi¨¦n se ha notado una amplia solidaridad popular, desde llamadas telef¨®nicas a varios programas radiof¨®nicos hasta comentarios cotidianos en la calle.
El reconocimiento y equiparaci¨®n de derechos para las parejas (horno o hetero) formadas en "uni¨®n libre", como gustan de reivindicar los verdes alemanes, tiene ya situaci¨®n legal en algunos pa¨ªses mediante el Registro Civil u otras f¨®rmulas. El matrimonio entre gay o lesbianas no ha sido a¨²n reconocido en ning¨²n lugar del mundo, como hace un siglo tampoco exist¨ªa el voto femenino. La batalla por la igualdad entre las personas es tan vieja como la humanidad, y no ha parado de avanzar.
es miembro de la Asociaci¨®n Catalana de Juristas Dem¨®cratas. Jordi Petit es miembro de la Coordinadora de Iniciativas Gay.
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