El atleta muerto por una jabalina no ten¨ªa permiso para entrar en el estadio del INEF
El pasado martes, la v¨ªspera del accidente mortal de Jes¨²s Javier Gil Angulo, de 25 a?os de edad, que recibi¨® en el cuello el impacto de la jabalina lanzada por Francisco Javier Bugallo Espi?eira, de 28, entrenador del primero y atleta, como ¨¦l, del club Marat¨®n, los empleados del estadio del Instituto Nacional de Educaci¨®n F¨ªsica (INEF), de Madrid, recibieron la orden de impedir la entrada a aquellos deportistas que no tuvieran autorizaci¨®n para usar las instalaciones. Ni Gil ni Bugallo la ten¨ªan. El Consejo Superior de Deportes (CSD) hab¨ªa tomado medidas para acabar con la descoordinaci¨®n.
A Jes¨²s Gil le fue realizada la autopsia ayer por la ma?ana. El informe pericial del Instituto Anat¨®mico Forense se?ala que "la jabalina produjo una herida inciso punzante con entrada por la zona infraclavicular izquierda, con trayectoria de arriba abajo, que afect¨® el paquete v¨¢sculo nervioso, con perforaci¨®n de la pleura, hemot¨®rax y el consiguiente derrame sangu¨ªneo en esta cavidad con acumulaci¨®n de sangre, dos litros y medio, en el pulm¨®n izquierdo". La lesi¨®n m¨¢s importante fue la causada por la punta de la jabalina en el cayado de la aorta, lo que origin¨® un derrame agudo y el schock que motiv¨® la muerte del atleta en pocos instantes. Su cad¨¢ver ser¨¢ trasladado hoy a Burgos, donde recibir¨¢ sepultura. El ex pirag¨¹ista Herminio Men¨¦ndez, asesor del secretario de Estado para el, Deporte, Javier G¨®mez-Navarro, se ha puesto en contacto con la familia de Gil para expresarle el apoyo del Consejo Superior de Deportes.No se descarta que se abra una investigaci¨®n sobre el caso. Fuentes federativas comentaron ayer que el juez podr¨ªa haber encontrado razones legales y formales para ello, ya que se vio con una persona muerta en circunstancias anormales.
Una utilizaci¨®n pol¨¦mica
Al estadio del Instituto Nacional de Educaci¨®n F¨ªsica tienen acceso unos 300 atletas, los facultados por la federaci¨®n como ol¨ªmpicos, internacionales y nacionales. Ni Gil ni Bugallo, por sus marcas, ten¨ªan ese carn¨¦ nominal para usar las instalaciones, aunque estuvieran federados por el club Marat¨®n.La utilizaci¨®n del estadio siempre ha resultado pol¨¦mica. Hace a?os se quiso poner t¨¦rmino a su libre uso ante las quejas de entrenadores y atletas. Se regul¨® la entrada, pero los empleados, ante las presiones que sufrieron -uno fue agredido y a otro le echaron encima un perro- renunciaron a ser vigilantes, de lo que les excusa Jos¨¦ Luis Hern¨¢ndez, director del INEF y responsable hasta el pasado d¨ªa 1 de la gesti¨®n del recinto: "Han tenido muchos aprietos, algunos muy serios, y tampoco ten¨ªan obligaci¨®n de controlar la entrada. Su trabajo era el mantenimiento de las instalaciones".
Ocurr¨ªa que los entrenadores ten¨ªan atletas buenos y malos. Los primeros pod¨ªan pasar; los segundos, no. Pero no era su deseo enviar a los de menor nivel a estadios como los de Vallehermoso, Concepci¨®n y Palomeras o los de la periferia. Acud¨ªan al INEF con todos. Surg¨ªan las protestas y los insultos con los empleados, pero nunca hab¨ªa denuncias. Al final, cualquiera pasaba.
El CSD comunic¨® el d¨ªa 1 al INEF que recuperaba para s¨ª la gesti¨®n del estadio. El 9 dirigi¨® un escrito a las federaciones para que designaran a los deportistas que pod¨ªan tener libre acceso. El 13 curs¨® la orden a los empleados de que solicitaran el carn¨¦ de entrada a todos los que quisieran entrenarse en el estadio. Val¨ªa el antiguo, a la espera de que se les remitiese el nuevo. El 14 muri¨® Gil.
El accidente fue una desgracia. Pod¨ªa haber ocurrido en cualquier lugar, aun cumpli¨¦ndose las normas. La tarde del d¨ªa 14, ya casi de noche, hab¨ªa pocos atletas en la pista, apenas 50. Se televisaba el partido de f¨²tbol Espa?a-Austria y la mayor¨ªa hab¨ªa adelantado su entrenamiento. Gil y Bugallo se lanzaban la jabalina de un extremo a otro. Es una pr¨¢ctica habitual porque, si no se dispone de muchas, se ahorra tiempo, puesto que no hay que ir a buscarla. Gil se descuid¨® y se le vino la jabalina encima. S¨®lo una torre de iluminaci¨®n, de las cuatro del estadio, permanec¨ªa encendida, parcialmente.
El CSD ha declinado toda responsabilidad por la iluminaci¨®n. Juan Miguel Hern¨¢ndez, su director general, asegura: "El estadio tiene en cada momento la iluminaci¨®n que piden los entrenadores acreditados. No se trata de ahorrar kilowatios. Tengo testimonios de entrenadores que dicen que en el momento del accidente hab¨ªa luz suficiente como para mirar sin esfuerzo el cron¨®metro". "Las normas adoptadas por el CSD desde el d¨ªa l", contin¨²a, "se tomaron no para evitar desgracias, porque la sucedida puede ocurrir en cualquier momento y lugar, sino por poner un orden. Desde hac¨ªa tiempo ten¨ªamos conocimiento de las protestas de las federaciones y comprobamos que hab¨ªa una descoordinaci¨®n importante. Exist¨ªa irracionalidad e irregularidad en la utilizaci¨®n de las instalaciones y quer¨ªamos acabar con ello. Hab¨ªa gente que nadie sab¨ªa ni qui¨¦nes eran ni qu¨¦ hac¨ªan en un estadio reservado para las clases pr¨¢cticas de los estudiantes de Educaci¨®n F¨ªsica. y los entrenamientos de los deportistas de alto nivel".
Roces ocasionales
No se ha tratado la posibilidad de prohibir en lo sucesivo el lanzamiento de jabalina en el estadio. Seg¨²n fuentes de la federaci¨®n, "porque el accidente, tal y como ocurri¨®, pod¨ªa haber sucedido con los dos lanzadores en solitario. Es cierto que existen roces entre los atletas cuando hay algunos que lanzan. A ¨¦stos, les molestan que haya gente corriendo cerca; a los otros, que tengan que andar con cuidado para no pasar por donde cae la jabalina. No ser¨ªa la primera vez que se cruzan voces altas entre ellos. Pero, desde luego, ese caso no era el del mi¨¦rcoles, ya que los dos lanzadores se entrenaban casi en solitario".
El estadio del INEF cuenta con una instalaci¨®n anexa, reservada a los lanzamientos de peso, disco y martillo. Se excluye el de jabalina porque el suelo no es de hierba, sino de tierra, por lo que la punta se romper¨ªa. "Si pagando las puntas de todas las jabalinas que se rompieran al cabo del a?o se garantizara que no habr¨ªa m¨¢s accidentes, el CSD se har¨ªa cargo de los gastos", manifest¨® Juan Miguel Hern¨¢ndez.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.