La sociedad espa?ola, preocupada e impotente ante el consumo de drogas
Ante un problema cada d¨ªa m¨¢s grave, como es el consumo de drogas, la sociedad espa?ola no s¨®lo apenas es capaz de articular respuestas v¨¢lidas desde la sociedad civil, sino que ni siquiera se destapa o ventila p¨²blicamente las dimensiones y los elementos centrales del problema. Una vez m¨¢s estamos ante una de las servidumbres de la d¨¦bil vertebraci¨®n de nuestra sociedad.Los datos de opini¨®n resultan sobrecogedores, y no existen motivos para pensar que la opini¨®n an¨®nima de las encuestas fantasea sobre el particular (los datos de opini¨®n son coherentes con lo que sabemos sobre el tr¨¢fico de drogas en nuestro pa¨ªs, y el lector podr¨¢ cotejarlos tambi¨¦n con su experiencia y percepciones cotidianas).
- Uno de cada 10 espa?oles conoce en su familia o en la de sus amigos m¨¢s ¨ªntimos alg¨²n fallecido por consumo de drogas.
- Uno de cada cinco tiene en su familia o en la de sus amigos m¨¢s ¨ªntimos a alguien que est¨¢ o ha estado enfermo por consumo de drogas.
- M¨¢s que uno de cada tres espa?oles (39%) se manifiesta muy preocupado de que alguien de su familia pueda caer en el consumo de drogas o teme que pueda ser probable.
En parte, la inhibici¨®n estar¨ªa relacionada con o fortalecida (que no causada) por la desinformaci¨®n que supone pensar que el problema de la droga en Espa?a es igual o menor que el de otros pa¨ªses de Europa (s¨®lo un 27% cree que entre nosotros el problema es mayor) y la debilidad de nuestra sociedad civil frente al Estado.
De otra forma, mal se corresponder¨ªa el estado de consternaci¨®n antes descrito con una opini¨®n extremadamente negativa sobre la legislaci¨®n vigente y la acci¨®n gubernamental al respecto: el 71% cree que la legislaci¨®n sobre la droga es demasiado blanda, y un 64% considera que el Gobierno no hace todo lo que puede por reprimir el tr¨¢fico de drogas.
Falta de realismo pol¨ªtico
No obstante, es obvio que no est¨¢n mediando actuaciones sistem¨¢ticas y eficaces de presi¨®n sobre legisladores y gobernantes.
Puesto que tal cosa no est¨¢ sucediendo entre nosotros, lo que reflejan estos estados contradictorios de opini¨®n es una falta de realismo pol¨ªtico de la sociedad y una grave carencia de mecanismos que se muestren capaces de articular demandas sociales que son profundamente sentidas.
La mayor cercan¨ªa o conocimiento de situaciones desgraciadas anejas al consumo de estupefacientes se produce en aquellos sectores de la poblaci¨®n donde m¨¢s frecuente es el consumo; esto es, entre las generaciones m¨¢s j¨®venes.
Resulta impresionante, en el conjunto del sondeo, el dato de que, por debajo de los 25 a?os, una de cada tres personas conoce en su familia o sus amigos m¨¢s ¨ªntimos alg¨²n enfermo por consumo de drogas, y una de cada seis tiene conocimiento de alguna muerte, por esta causa, en este c¨ªrculo m¨¢s cercano.
Los m¨¢s tolerantes
Al mismo tiempo, y dentro de una actitud masivamente cr¨ªtica de la legislaci¨®n y del Gobierno, los ciudadanos m¨¢s j¨®venes son los m¨¢s tolerantes, junto con los votantes de la izquierda comunista.
En general, la opini¨®n de los que se manifiestan como votantes del PSOE se ajusta exactamente a la distribuci¨®n media nacional, con una diferencia significativa en el juicio respecto a la actuaci¨®n gubernamental, que resulta ser m¨¢s positiva que la media en un 30%.
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