Usandizaga, dosis de recuerdo
Imposible expresarlo con menos palabras que Savater: "Todo nacionalismo toca la gaita". La busca posilustrada del volksgeist tambi¨¦n lleg¨® hasta nosotros y se ceb¨® en la consecuci¨®n de un teatro l¨ªrico aut¨®ctono. Pero ocurre que, sin una tradici¨®n musical culta, los intentos suelen naufragar en las aguas del voluntarismo m¨¢s menesteroso. La ausencia de una verdadera preparaci¨®n t¨¦cnica, unida a la incapacidad de desasirse del t¨®pico italiano, forz¨® al recurso sistem¨¢tico de la cita folcl¨®rica obvia.Con los albores de nuestro siglo tal estado de cosas vivi¨® una esperanza de cambio personificada en Usandizaga y Guridi, a quienes su paso por la Schola Cantorum parisiense hab¨ªa dotado de una formaci¨®n irreprochable desde el punto de vista t¨¦cnico. Por primera vez son propiamente m¨²sicos los que se aplican a la labor, y sus obras, una atenci¨®n detenida de la cr¨ªtica no s¨®lo de los desempolvadores de archivos locales.
Mendi-Mendiyan
?pera en tres actos y un ep¨ªlogo de Jos¨¦ Mar¨ªa Usandizaga. Int¨¦rpretes: Charo Morillas, Luis Mar¨ªa Bilbao, Santos Ari?o, Ricardo Salaberr¨ªa, Pablo Pascual, Alazne Garavilla. Coral Andra Mar?, de Renter¨ªa. Orquesta Sinf¨®nica de Euskadi. Director esc¨¦nico: Emilio Sagi. Director musical: Matthias Kuntzsch. Teatro Arriaga. Bilbao, 15 de octubre.
El a?o1910, que ver¨ªa igualmente la creaci¨®n de la Mirentxu guridiana, es clave en este proceso que culminar¨ªa dos lustros m¨¢s tarde con Amaya. A su regreso de Par¨ªs, el joven Usandizaga (nunca llegar¨ªa a viejo) recibe de la Sociedad Foral bilba¨ªna el encargo de una ¨®pera sobre tema vasco, en euskera, cuyo texto le va facilitando el presidente de la instituci¨®n. En la primavera sube al escenario Mendi-Mendiyan, bajo la direcci¨®n de su autor, y conoce un profundo ¨¦xito.
Mendi-Mendiyan nos revela con fuerza a un m¨²sico sensible, due?o de temperamento y talento inequ¨ªvocos para la escena. Su empleo de la orquesta es el de un conocedor inteligente, y aunque el conjunto se resienta de desigualdades y se halle a¨²n lejos del de Las golondrinas, mucho m¨¢s conseguido, acaso tambi¨¦n por disponer de un libreto de entidad. La ¨®pera, con todas sus deficiencias, resulta atractiva y capaz de mantener el inter¨¦s del p¨²blico, sobre todo, c¨®mo no, en su propio ¨¢mbito cultural, tan escaso por lo dem¨¢s en t¨ªtulos que se le asemejen.
La dificultad, incluso econ¨®mica, de un montaje de estas caracter¨ªsticas, con su cortejo de participantes -orquesta, coro, artistas-, demanda unas exigencias de ensayo y ajuste que muy rara vez se acomete en nuestro medio.
El montaje realizado en San Sebasti¨¢n y Bilbao, que contaba en los papeles estelares con Mar¨ªa Luisa Castellanos y Charo Morillas, as¨ª como el tenor Luis Mar¨ªa Bilbao, apenas dio para rozar el umbral de lo digno. Hay que rese?ar el esfuerzo del bar¨ªtono Santos Ari?o. El maestro germano Matthias Kuntzsch estuvo al frente de una Sinf¨®nica de Euskadi correcta y trabajada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.