Zhao Ziyang, bajo par
Un aficionado al golf en plena 'larga marcha' de la reforma
Es m¨¢s joven, pero no por ello menos veterano en las lides del comunismo chino. Zhao Ziyang, de 68 a?os, se hace cargo de las riendas del Partido Comunista Chino (PCCh) 38 a?os despu¨¦s de que culminara la victoriosa larga marcha encabezada por Mao Zedong. Lo hace de la mano de Deng Xiaoping y tras ejercer durante siete a?os la jefatura del Gobierno. Han sido siete a?os trascendentales para el futuro de los 1.000 millones de habitantes del inmenso pa¨ªs asi¨¢tico, en los que se ha desarrollado una profunda reestructuraci¨®n econ¨®mica, que ya est¨¢ dando sus frutos y durante los que se han sentado las bases para emprender en el XIII Congreso del partido, que el domingo se abre en Pek¨ªn, una reforma de las estructuras pol¨ªticas in¨¦dita en la historia de los partidos comunistas.
Zhao Ziyang lleg¨® a la jefatura del Gobierno en 1980, despu¨¦s de que Deng defenestrara a Hua Guofeng, quien, asimismo, ocupaba la secretar¨ªa general del partido, que pas¨¦, tambi¨¦n entonces, a las manos de Hu Yaobang, ahora, ca¨ªdo en desgracia. Atr¨¢s quedaban definitivamente el ca¨®tico gran salto adelante y la demoledora revoluci¨®n cultural.Deng y Zhao son u?a y carne, aunque esto no quiere decir nada en pol¨ªtica, ya que el anterior responsable del PCCh, Hu Yaobang, hab¨ªa sido inseparable compa?ero de fatigas de ambos. Durante siete a?os, los tres tuvieron firmemente amarradas las riendas de la revoluci¨®n socialista, que se hab¨ªa desbocado de forma suicida en 1966. Los tres se respetaban entre s¨ª, y entre los tres fraguaron los principios rectores de la Constituci¨®n promulgada el 4 de diciembre de 1982: "Bajo la direcci¨®n del Partido Comunista Chino, Y orient¨¢ndose por el marxismo-leninismo y el pensamiento de Mao Zedong, el pueblo chino de las diversas nacionalidades seguir¨¢ perseverando en la dictadura popular y en el camino socialista".
La teor¨ªa y la pr¨¢ctica
Todo parec¨ªa estar claro en v¨ªsperas del XIII Congreso (el anterior se celebr¨® hace cinco a?os), pero una cosa es la teor¨ªa y otra la pr¨¢ctica, en este caso la introducci¨®n de elementos de influencias capitalistas en la hasta entonces cerrada sociedad china. La pol¨ªtica de puertas abiertas al exterior y la reforma econ¨®mica, tan queridas para los tres -no as¨ª para algunos de la vieja guardia-, trajeron consigo m¨²ltiples contradicciones dif¨ªciles de casar con la l¨ªnea oficial.Hu Yaobang, seg¨²n sus compa?eros en el Bur¨® Pol¨ªtico, fue d¨¦bil, se dej¨® envenenar por el esp¨ªritu de liberalizaci¨®n burguesa, y ¨¦ste no tard¨® en prender, a finales del a?o pasado, en los estudiantes universitarios. Deng y Zhao tuvieron que sacrificar a Hu en el altar de los principios fundamentales. Por encima de todo, acaba de reafirmar el a¨²n primer ministro, "est¨¢ la estabilidad y la unidad" de la Rep¨²blica Popular China.
Zhao es partidario de "convencer a la gente siempre con razonamientos" y de "sacar concienzudamente las lecciones del pasado", sin "desatar campa?as pol¨ªticas y sin repetir las err¨®neas pr¨¢cticas izquierdistas del pasado".
"La lucha contra la liberalizaci¨®n burguesa se ha de limitar rigurosamente al interior del partido y desarrollarse principalmente en el terrenopol¨ªtico e ideol¨®gico", ha advertido Zhao, escarmentado, como casi todos los chinos, por lo ocurrido durante la d¨¦cada maldita (1966-1976), cuando los guardias rojos decidieron que la calle era suya.
"No se ha de hacer una cacer¨ªa de representantes de la liberalizaci¨®n burguesa escal¨®n por escal¨®n, no se ha de hacer extensivos los problemas de una persona a sus superiores o inferiores ni exigir que todo el mundo se someta a un proceso de examen", recalc¨® Zhao el pasado 25 de marzo al presentar su informe sobre la labor del Gobierno.
Pragmatismo
"A las pocas personas que defienden con obstinaci¨®n la liberalizaci¨®n burguesa es preciso, aun despu¨¦s de la destituci¨®n de sus cargos, acomodarles en puestos apropiados", de trabajo utilizando sus puntos fuertes para que sigan desempe?ando el papel que les corresponde", afirm¨® Zhao. As¨ª ha ocurrido con varios cient¨ªficos y escritores expulsados recientemente del partido, una vez Zhao se hizo cargo del mismo de forma interina el pasado mes de enero.No es nada f¨¢cil la tarea que aguarda a Zhao, quien, antes de hacerse con el Gobierno central, ocup¨® el de la provincia de Sichuan, cuna precisamente de Deng Xiaoping y quiz¨¢ la m¨¢s importante del pa¨ªs, no s¨®lo desde el punto de vista de su poblaci¨®n -un 10% del total-, sino de su aportaci¨®n econ¨®mica y cultural al conjunto de la naci¨®n. Aparte de albergar en sus monta?as al famoso oso panda, Sichuan es una gran productora de personajes pol¨ªticos.
Casado, padre de tres hijos, natural de la provincia de Henan, y con madera de l¨ªder, Zhao se instala en la jefatura del partido a sabiendas de que nada ser¨¢ igual el d¨ªa en que desaparezca Deng Xiaoping, quien ya cuenta 83 a?os. Deng es una especie de emperador de nuevo cu?o que, sin cargo alguno al frente del Estado o del Gobierno, ejerce incontestado su benigna y autoritaria influencia.
La hipoteca Deng
Algunos piensan -unos con temor y otros con optimismo- que Deng es el partido y que el partido es Deng. Y aqu¨ª reside la principal dificultad con que se enfrenta Zhao deber¨¢ demostrar al conjunto de los ciudadanos y a los 46 millones de afiliados que el PCCh. no est¨¢ s¨®lo en manos de Deng, sino de una s¨®lida y rejuvenecida direcci¨®n, cuya exacta composici¨®n se conocer¨¢ una vez celebre su primera sesi¨®n plenaria el nuevo Comit¨¦ Central, que emane del XIII Congreso."Es muy interesante nadar contra viento y marea", dicen que coment¨® Zhao mientras participaba el pasado verano en la preparaci¨®n del congreso. Contra corriente nad¨® ya Zhao cuando la mayor¨ªa de sus compa?eros luc¨ªa a¨²n el gris o azul traje estilo Mao.
Zhao, gran viajero, -su ¨²ltima gira sirvi¨® para restablecer los v¨ªnculos de China con los pa¨ªses de Europa Oriental- es un amante incondicional de la moda occidental, y muy especialmente de las corbatas, de las que posee una excelente colecci¨®n.
Una de sus pasiones es jugar al golf, deporte en el que la precisi¨®n y la paciencia son elementos fundamentales. Y para que el partido ahora en sus manos recupere su prestigio, Zhao habr¨¢ de hacer gala precisamente de una gran precisi¨®n en el tiro y de ingentes dosis de paciencia para terminar bajo par y ganar el master.
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