Juegos prohibidos
EL DESMANTELAMIENTO de Prodiecu y de toda la red de vendedores de su cup¨®n ilegal, decidido finalmente por el Gobierno, ha coincidido con la administrativamente accidentada inauguraci¨®n de la loto 6/49 en Catalu?a. Nada tienen que ver uno y otro hecho, ni tampoco los supuestos sobre los que se han producido. La actividad de Prodiecu estaba instalada en la m¨¢s radical ilegalidad, mientras que la loto catalana pretend¨ªa iniciar la suya sin tener en cuenta una simple norma administrativa sobre la frecuencia de ondas. Una vez cumplimentado el tr¨¢mite, nadie duda de las competencias estatutarias del Gobierno de Jordi Pujol para poner en marcha esta nueva loto y de cuantas considere convenientes para la financiaci¨®n del presupuesto de la Generalitat. Lo que s¨ª hay que lamentar es que la defectuosa tramitaci¨®n de la nueva loto haya servido una vez m¨¢s para que algunos hayan sacado a relucir sus obsesiones anticentralistas y hayan intentado mercadear nuevamente con el nombre de Catalu?a.El tema de Prodiecu es de naturaleza mucho m¨¢s grave, y existen varias razones que hac¨ªan necesaria la actuaci¨®n del Gobierno. Su tardanza en la decisi¨®n que acaba de adoptar hab¨ªa levantado ya cr¨ªticas m¨¢s o menos veladas sobre una supuesta connivencia entre sectores oficiales y los responsables de esta sociedad an¨®nima, que responde a la oscura denominaci¨®n de Promoci¨®n y Difusi¨®n de Entidades Culturales.
La incontrastable presencia de UGT en Prodiecu, tanto a nivel directivo como entre la masa de minusv¨¢lidos, ha sido esgrimida como causa aparente de la impunidad con que hasta ahora ha actuado esta asombrosa empresa, que en apenas tres a?os de actividad ha pasado a facturar m¨¢s de 60.000 millones de pesetas al a?o. Despejar cualquier duda sobre este supuesto favoritismo era necesario. El hecho consumado que supon¨ªa la venta del cup¨®n de Prodiecu constitu¨ªa todo un desafilo a la legalidad que no pod¨ªa consentirse. De ello se derivaba, por otra parte, una clara e injusta competencia desleal para la Organizaci¨®n Nacional de Ciegos Espa?oles (ONCE), entidad de derecho p¨²blico que lleva a cabo una efectiva labor de reinserci¨®n laboral no s¨®lo de los invidentes, sino de un n¨²mero importante de minusv¨¢lidos f¨ªsicos.
El Gobierno ha justificado su aparente pasividad en el caso de Prodiecu en el grave problema laboral que ocasionar¨ªa la extinci¨®n de su actividad. La preocupaci¨®n del Gobierno no tiene nada de imaginario, pues de hecho la venta del cup¨®n ?legal de Prodiecu viene ocupando entre 9.000 y 12.000 personas; muchas de ellas, minusv¨¢lidos f¨ªsicos y otras que no lo son. Precisamente, esta delicada situaci¨®n social ha sido el pretexto esgrimido por los promotores de este impresionante negocio para justificar su actividad ?legal, que hasta ahora les ha reportado miles de millones de pesetas de beneficios. En el plan de desmantelamiento de Prodiecu se asegura que la Administraci¨®n ha encontrado una alternativa v¨¢lida para resolver el problema: la integraci¨®n en la ONCE de aquellos minusv¨¢lidos risicos que tengan reconocida por el Instituto Nacional de Servicios Sociales (Inserso) una minusval¨ªa superior al 33%. Por su parte, la ONCE ha asegurado su voluntad de dar trabajo a 7.000 minusv¨¢lidos, y en este compromiso ha basado la operaci¨®n econ¨®mica montada en torno al cuponazo, con la que pretende conseguir 15.000 millones de pesetas adicionales a los 163.000 millones que ya ingresa al a?o.
No hay por qu¨¦ dudar de que el Gobierno y la ONCE cumplir¨¢n lo prometido. Sin embargo, habr¨¢ que estar vigilantes para alejar cualquier sombra de discriminaci¨®n sobre la forma de integraci¨®n de los minusv¨¢lidos f¨ªsicos en el seno de la ONCE. La estad¨ªstica revela que cada vez son menos los invidentes, debido, sobre todo, a los adelantos de la medicina, mientras que aumentan los minusv¨¢lidos a causa del impresionante n¨²mero de accidentes laborales o de tr¨¢fico (actualmente hay en Espa?a unos 700.000 impedidos parcial o totalmente). Las previsibles tensiones que la paulatina llegada de dismiuidos f¨ªsicos pueden producir en la organizaci¨®n espa?ola de ciegos no pueden resolverse unilateralmente a favor de los ¨²ltimos. En todo caso, lo m¨¢s sensato ser¨ªa evitarlas con una adecuada reorganizaci¨®n interna de la ONCE que tenga en cuenta en su justa medida el peso de sus nuevos afiliados.
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