Pintoresco Will Cody

Buffalo Bill, cuyo t¨ªtulo original, traducido literalmente, ser¨ªa, poco m¨¢s o menos, Buffalo Bill y los indios o las lecciones hist¨®ricas de Toro Sentado, fue realizada por el estadounidense Robert Altman en 1976, bas¨¢ndose en la pieza esc¨¦nica de Arthur Koppit y escribiendo el gui¨®n conjuntamente con el hoy venerado Alan Rudolph.Altman, record¨¦moslo, ejercer¨ªa el padrinazgo de Rudolph produciendo sus dos primeros largometrajes, que aqu¨ª permanecen lamentablemente in¨¦ditos, WeIcome to LA y Remember my name.

Se trataba de desmitificar la figura legendaria de Will Cody y su entorno hist¨®rico. El arte de desmitificar, t¨¦ngase eso bien presente, es generalmente tan peligroso como el de mitificar, y, en ese sentido, el filme de Altman se halla en las ant¨ªpodas de, por poner un ejemplo, Murieron con las botas puestas. Lo que, si prescindimos de postulados ideol¨®gicos, no quiere decir que sea mejor ni peor.

El hacha

Buffalo Bill tuvo una ventaja que se troc¨® en inconveniente. La produjo Dino de Laurentiis y hab¨ªa pasta de por medio. Altman pudo recrear a su antojo el ambiente deseado. Pero De Laurentiis encontr¨® el filme excesivamente largo y, hacha de cortar celuloide en mano, pod¨® hasta extenuarse.En el Festival de Berl¨ªn gan¨® el m¨¢ximo galard¨®n, pero el jurado ya hizo constar en el acta que se estaba premiando una obra que ya no ser¨ªa la misma en las pantallas comerciales.

Lo que queda de Buffalo Bill, que aun as¨ª no es poco, da, sin embargo, la dimensi¨®n deseada por Altman. Un espect¨¢culo hermoso que tiene el sentido, precisamente, de reflexionar sobre el propio espect¨¢culo; sobre los mecanismos que lo articulan.

A Buffalo Bill se le suponen heroicas haza?as ante los indios y ante los b¨²falos, que para ¨¦l ten¨ªan el mismo valor animal, pero el Buffalo Bill que vemos no es ¨¦se, sino un payaso de feria de signo comercial, manipulado a conciencia por los promotores de su show, que ven en ¨¦l dividendos, como los ven en el tambi¨¦n comparsa Toro Sentado, y no el mito que ha sustentado gran parte de la historia de Estados Unidos de Am¨¦rica.

La visi¨®n de Robert Altman, y esto por descontado, es desgarradora, feroz y sarc¨¢stica, como corresponde a este cineasta singular, que ha visto tambalear su carrera muy a menudo, pero que jam¨¢s ha desfallecido por ello.

Buffalo Bill cuenta adem¨¢s con un excelente reparto. Irreprochable Paul Newman en su pintoresca caracterizaci¨®n del c¨¦lebre melenudo. Espl¨¦ndido Burt Lancaster en su c¨ªnico papel de especulador circense. E igualmente espl¨¦ndidos Geraldine Chaplin -que en la versi¨®n ¨ªntegra ten¨ªa mucho m¨¢s que decir- y Joel Grey, todav¨ªa encasillado, tras Cabaret, en el rol de maestro de ceremonias.

Buffalo Bill y los indios se emite por TVE-1 a las 22.35.