El patriarca de Mosc¨² anuncia que no invitar¨¢ al Papa a visitar la Uni¨®n Sovi¨¦tica el a?o pr¨®ximo

La Iglesia ortodoxa rusa no invitar¨¢ a Juan Pablo II a las celebraciones del primer milenio de la cristianizaci¨®n de la antigua Rusia, que tendr¨¢n lugar en Kiev a partir de junio pr¨®ximo. Lo ha anunciado oficialmente en una conferencia de prensa internacional el n¨²mero dos del patriarcado de Mosc¨², Filarete, que es tambi¨¦n el metropolita de Kiev. El motivo alegado por la Iglesia ortodoxa rusa, que es la iglesia cristiana m¨¢s numerosa despu¨¦s de la cat¨®lica, para negar al Papa lo que tanto deseaba es el apoyo que el Vaticano sigue dando a los uniatas, la Iglesia ortodoxa de Ucrania, que se uni¨® a Roma en tiempos de Stalin.El metropolita Filarete ha indicato que a dichas celebraciones ser¨¢ invitado s¨®lo el cardenal Willebrands, presidente del Secretariado para la Uni¨®n de los Cristianos, y algunos presidentes de conferencias episcopales.

La noticia ha ca¨ªdo como un jarro de agua fr¨ªa en el Vaticano, donde exist¨ªan muchas esperanzas de que esta vez el Papa pudiese ser invitado a Mosc¨². Sobre todo porque se hab¨ªa sabido que en la importante entrevista que acaba de conceder el patriarca Pimen, de Mosc¨², al periodista italiano Alceste Santini, hab¨ªa suprimido en las ¨²ltimas correcciones algunas p¨¢ginas en las que aparec¨ªan juicios muy severos contra el papa Wojtyla, lo mismo que hab¨ªa eliminado sus cr¨ªticas acerca de los uniatas.

La ¨²nica consolaci¨®n para el Vaticano es que un miembro an¨®nimo de la Oficina para el Culto ha comentado en Mosc¨² que la invitaci¨®n del Papa a Rusia podr¨ªa tener lugar "despu¨¦s de las celebraciones del milenio", y que ello depender¨¢ en parte del encuentro que en mayo pr¨®ximo tendr¨¢ el papa Wojtyla con Gorbachov en el Vaticano con motivo de la visita oficial a Italia del m¨¢ximo dirigente sovi¨¦tico.

70 a?os de ate¨ªsmo

?Cu¨¢l es la situaci¨®n real de la Iglesia ortodoxa rusa tras 70 a?os de ate¨ªsmo? ?Qu¨¦ espera el nuevo curso renovador abierto por Gorbachov? ?Qu¨¦ piensan del Concilio Vaticano II y de la infalibilidad del Papa? ?Y del aborto, el divorcio, las relaciones sexuales y la contestaci¨®n dentro de la Iglesia?A todas estas preguntas acaba de responder, con la m¨¢xima autoridad, por primera vez en la historia, Pimen, el anciano patriarca ortodoxo de Mosc¨² y de todas las rusias, en una larga entrevista-libro de 250 p¨¢ginas concedida al experto religioso del diario comunista italiano L'Unit¨¢, Alceste Santini, que pronto aparecer¨¢ en las lenguas principales, desde el ruso al espa?ol.

La entrevista ha supuesto un a?o de trabajo. El patriarca hablaba en ruso, con traducci¨®n en franc¨¦s, y todo el texto final ha sido objeto de diversas revisiones hechas personalmente por ¨¦l. Seg¨²n la editotal, Ediciones Paulinas, el papa Juan Pablo II no ha conocido el texto antes de ser publicado.

Una de las afirmaciones de fondo de toda su entrevista es que "es el pueblo la fuerza vital de la Iglesia ortodoxa rusa", y en este punto, el que m¨¢s separa a Mosc¨² de Roma, el patriarca es my expl¨ªcito cuando afirma textualmente: "Las relaciones entre pastores y fieles no deben fundarse sobre el poder, porque en la Iglesia no existen soberanos, y s¨²bditos". Y a?ade: "Nadie en la Iglesia puede pretender una infalibilidad personal de juicio eclesial o dogm¨¢tico". Y recuerda que ha habido papas que fueron condenados como herejes por un concilio. Es el caso del papa Onorio, condenado por el VI Concilio Ecum¨¦nico.

Por lo que se refiere a la posibilidad de un posible viaje del papa Wojtyla a Mosc¨², el patriarca es m¨¢s bien pesimista: "La cuesti¨®n", dice, "a¨²n no ha sido planteada expl¨ªcitamente ni por parte nuestra ni por parte cat¨®lica".

En lo que el patriarca ortodoxo de Mosc¨² no hallar¨ªa dificultades de encuentro con el papa polaco es en algunos puntos concretos como el aborto, el divorcio, las relaciones sexuales y la contestaci¨®n dentro de la Iglesia. De la entrevista se deduce que en estos temas el anciano sant¨ªsimo patriarca de Mosc¨² es a¨²n m¨¢s intransigente si cabe que el mismo Juan Pablo II.