La dif¨ªcil sencillez

El trabajo presentado por la cantante Amaia Zubir¨ªa y el guitarrista Pascal Gaigne, registrado ya en dos discos de serena transparencia, se inscribe en la mejor l¨ªnea de canci¨®n que se hace en la actualidad en Euskadi, con resultados tan valiosos como originales. Su punto de partida es, una vez m¨¢s, la canci¨®n tradicional vasca, y el tratamiento que de ella hacen resulta de una reconfortante modernidad.Una modernidad que no deviene de la utilizaci¨®n de f¨®rmulas trilladas ni estereotipos, sino del rigor y la hondura de su planteamiento musical.

Es la suya una m¨²sica de extraordinaria sobriedad y mesura dos acentos l¨ªricos, que encuentra. expresi¨®n id¨®nea en la excelente y matizada voz de la cantante y en los dos juegos arm¨®nicos y que introduce el guitarrista.

Acompa?ados por dos m¨²sicos sobrios y eficaces, Amaia Zubir¨ªa y Pascal Gaigne ofrecieron un recital sin concesiones, exento de estridencias y exhicionismos, en el que todo gira alrededor de la b¨²squeda de una sencillez sonora que nada tiene que ver con la simpleza musical.

Un recital en el que no hubo nada accesorio, ni siquiera los silencios, que emborronara la belleza de las canciones y la limpieza de las interpretaciones. Tan s¨®lo su larga duraci¨®n distrajo en algunos momentos la intensidad que requieren unas canciones que por la sutileza de su elaboraci¨®n exigen una atenta escucha, m¨¢xime en un local en el que se toman copas y en el que, pese al respeto del p¨²blico, es dif¨ªcil silenciar las conversaciones.