El forense estima que la mujer que envenen¨® a su marido sufre paranoia a causa de los celos
Un informe forense revela que Mar¨ªa Blasco, la mujer valenciana acusada de envenenar a su esposo para dejarlo impotente al creer que le era infiel, padece delirio cerot¨ªpico cr¨®nico. Esta enfermedad significa que es una persona normal, pero que en cuestiones relativas a la fidelidad se comporta con una paranoia que le provoca grandes celos.
Mar¨ªa Blasco ingres¨® en prisi¨®n en la madrugada del pasado 9 de octubre. El juez dict¨® un auto de prisi¨®n incondicional y desde entonces ha permanecido privada de libertad en Valencia.Seg¨²n la polic¨ªa, Mar¨ªa Blasco introdujo durante meses peque?as dosis de ars¨¦nico en los alimentos de su esposo, Pelayo Amores, con la intenci¨®n de dejarlo impotente. Amores es el jefe de la Polic¨ªa Municipal de Alaqu¨¤s (Valencia), y las desavenencias en su matrimonio comenzaron cuando se autoriz¨® la incorporaci¨®n de mujeres en este cuerpo policial. Mar¨ªa Blasco crey¨® que su esposo le era infiel con una de las agentes reci¨¦n ingresadas en el cuerpo. Esta polic¨ªa ha desmentido en innumerables ocasiones estas relaciones.
A Ia vista del informe emitido por los m¨¦dicos forenses, el juez que instruye el caso, Miguel Angel Otarte, ha decidido el traslado de Mar¨ªa Blasco, de 48 a?os, al hospital psiqui¨¢trico de Madrid para que se efect¨²e una exploraci¨®n m¨¢s completa. M¨¦dicos forenses consultados aseguraron que el delirio cerot¨ªpico se diferencia de los celos normales en "su gravedad y en que no se puede argumentar con pruebas al paciente de lo err¨®neo de su creencia, ya que no atiende a razones l¨®gicas".
El nuevo abogado de la acusada, Arturo Jim¨¦nez Madrid, anunci¨® ayer que se opondr¨¢ al traslado de su cliente y solicitar¨¢ la libertad al estimar que no ha existido delito alguno. "En todo caso podr¨ªan hablar los acusadores de un delito de lesiones, pero jam¨¢s de un asesinato frustrado, ya que no era intenci¨®n de mi cliente causar la muerte de nadie", afirm¨® el letrado.
En opini¨®n de Jim¨¦nez Madrid, Mar¨ªa Blasco permanece en prisi¨®n "por nada, ya que no se ha demostrado que fuera ella quien introdujo el ars¨¦nico en los alimentos del marido". "Estoy convencido de que cuando salga de la c¨¢rcel volver¨¢ a casa con su esposo", dijo el abogado.
Denuncia a detectives
Por otra parte, familiares de Mar¨ªa Blasco han presentado una denuncia por las manifestaciones efectuadas a la polic¨ªa por un detective, Vicente Pascual, que luego result¨® no tener licencia. ?ste fue centratado por la citada mujer para que "quitase de la circulaci¨®n" a su marido o a "una determinada funcionaria de la polic¨ªa local", seg¨²n manifest¨® Pascual a la polic¨ªa. Los denunciantes estiman que lo dicho por el falso detective es incierto.Vicente Pascual ya fue denunciado por Mar¨ªa Blasco por estafa al intentar cobrarle una minuta de 1.300.000 pesetas por sus infructuosas investigaciones acerca de la presunta infidelidad de su marido. Asimismo, Pascual est¨¢ procesado, junto a una persona, supuestamente relacionada con los GAL, por otros hechos. La pasada semana tambi¨¦n fue procesado por unas presuntas injurias a la Asociaci¨®n de Detectives Privados.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.