Eugenio Peydr¨®, due?o de Sofico, condenado a nueve a?os de c¨¢rcel por estafa y falsedad
El ex presidente y accionista ¨²nico de Sofico, Eugenio Peydr¨® Salmer¨®n, de 81 a?os, ha sido condenado a nueve a?os de prisi¨®n como responsable del esc¨¢ndalo financiero e inmobiliario que conmovi¨® Espa?a en 1974. Peydr¨® ha sido considerado autor de un delito continuado de falsedad y otro de estafa, agravada ¨¦sta por el elevado valor del fraude y por afectar a m¨²ltiples perjudicados. Su hijo, Eugenio Peydr¨® Brillas, de 44, consejero delegado del holding inmobiliario, ha sido condenado a dos a?os y cuatro meses de c¨¢rcel, en concepto de c¨®mplice de los mismos delitos, ya que, seg¨²n el tribunal, en el caso de que no hubiera prestado su ayuda, los hechos delictivos se hubieran cometido igualmente.
Ninguno de los procesados ingresar¨¢ en prisi¨®n, ya que el abogado de Peydr¨® Salmer¨®n ha anunciado su intenci¨®n de presentar recurso de casaci¨®n contra la sentencia, lo que demorar¨¢ el proceso al menos un a?o m¨¢s, y adem¨¢s, al padre y al hijo les son de aplicaci¨®n dos indultos decretados en 1975 y 1977, por lo que la pena se les ver¨ªa reducida notablemente. Hay que tener en cuenta tambi¨¦n, que Peydr¨® Salmer¨®n tiene 81 a?os y una muy precaria salud y que permaneci¨® algo m¨¢s de un a?o en la c¨¢rcel en 1976, y su hijo, seis meses.El tribunal ha condenado tambi¨¦n a los dos acusados al pago de unos 5.000 millones de pesetas de indemnizaciones repartidos entre 3.200 perjudicados; pero ¨¦stos no las cobrar¨¢n, ya que los Peydr¨® han sido declarados solventes parciales por una cantidad de 22,5 millones de pesetas.
Insolvencia
La sentencia, que consta de 212 folios, precisa que la insolvencia definitiva de Sofico, acreditada en las suspensiones de pago de Sofico Inversiones, Sofico Renta, Sofico Vacaciones y Sofico Servicios Tur¨ªsticos, ascendi¨® a 8.182.555.731 pesetas.El tribunal se?ala que ha logrado la convicci¨®n psicol¨®gica de la culpabilidad de los acusados, tras evaluar las abundantes pruebas, y califica las actuaciones de Peydr¨® para realizar el enga?o como "ardides y falacias".
En los hechos declarados probados, la sentencia se?ala que Peydr¨® Salmer¨®n es una "persona inteligente por naturaleza, trabajador en grado sumo, muy perspicaz y gran emprendedor, pues de la nada lleg¨® a tener un patrimonio respetable". Decidido a entrar en el negocio inmobiliario para aumentar su fortuna, entre 1962 y 1969 fue creando hasta nueve sociedades que configuraron el holding del caballito de mar.
Relieve pol¨ªtico y social
Peydr¨® se vali¨® de personalidades de relieve pol¨ªtico y social para integrar los consejos de administraci¨®n de las empresas, cuyo procesamiento no fue autorizado por el Tribunal Supremo, "al quedar constatado sin lugar a dudas que la direcci¨®n y decisiones ejecutivas de todas las actividades financieras de Sofico las tomaba personal y exclusivamente Peydr¨® Salmer¨®n". Estos consejos, m¨¢s nominales que efectivos, estaban integrados entre otros por varios generales y magistrados, algunos de ellos ya fallecidos."Pese a ser las sociedades indicadas independientes y dotadas de propia y aut¨®noma personalidad jur¨ªdica", agrega la sentencia, "en realidad y de hecho, se llevaron de una forma directa y personal, y hasta dictatorialmente por el procesado Eugenio Peydr¨® Salmer¨®n como si se tratara de una ¨²nica empresa".
En una primera etapa vend¨ªa los apartamentos despu¨¦s de construidos; pero como el negocio no rend¨ªa los beneficios calculados, intent¨®, para estimular las ventas, gestionar los apartamentos vendidos. De esta forma, por explotar los pisos Sofico Vacaciones pagaba a los propietarios una rentabilidad del 12%.
Como Sofico carec¨ªa de financiaci¨®n, Peydr¨® cambi¨® de forma de operar y cre¨® una vasta red de vendedores, calificada en la sentencia como "costos¨ªsima", debido al porcentaje que los agentes recib¨ªan por cada venta. Se empez¨® a vender sobre plano, pagando el 12% de inter¨¦s sobre el precio del apartamento al comprador hasta acabar la obra, lo que era ruinoso. Esa situaci¨®n desemboc¨® en una huida hacia adelante y Sofico tuvo que comprar nuevos terrenos y vender los correspondientes apartamentos sin construir para pagar la rentabilidad del 12%, lo que agrav¨® el proceso deficitario. Peydr¨®, seg¨²n la sentencia, conoc¨ªa la situaci¨®n a trav¨¦s de los partes de explotaci¨®n y gastos, el informe negativo de costes y las advertencias que le hicieron altos empleados.
Obligado a buscar, nuevos ingresos, ide¨® la creaci¨®n de filiales en el extranjero, lo que aument¨® los gastos y el d¨¦ficit, adem¨¢s de generar actuaciones irregulares al realizar trasvases de fondos y divisas sin contabilizar de unos pa¨ªses a otros, y figurando en los contratos cantidades inferiores a las pagadas por los compradores.
Paliar la crisis
En 1969, Peydr¨® decidi¨® paliar la crisis y cre¨® Sofico Renta, para captar a los peque?os ahorradores. Emiti¨® 127.000 t¨ªtulos, por los que obtuvo 3.189 millones. La inviabilidad de Sofico Renta era total, pues el pago del 12% de rentabilidad supon¨ªa un desembolso anual de 380 millones, y la ¨²nica fuente de ingresos era la suscripci¨®n de nuevas participaciones.Al rumorearse la crisis en 1974, Peydr¨® orden¨® diversas medidas para que los compradores y rentistas no se alarmaran, y Sofico sigui¨® vendiendo apartamentos sabiendo que no los podr¨ªa entregar nunca.
La sentencia puntualiza que la contabilidad de las empresas de Sofico era deficiente y confusa, debido al continuo trasvase de fondos de unas sociedades a otras, que al ser deficitarias y descapitalizadas, utilizaban las tesorer¨ªas de unas u otras, seg¨²n las circunstancias. Peydr¨® cre¨® una caja central, con la cual ocult¨® pagos y de la que retir¨® en su beneficio casi 300 millones de pesetas.
El presidente hac¨ªa figurar como pagado por terrenos o edificios un precio superior al realmente pagado y as¨ª obtuvo m¨¢s de 1.000 millones de pesetas.
Respecto a la intervenci¨®n de Eugenio Peydr¨® Brillas, la sentencia se?ala que entr¨® a formar parte de Sofico cuando ten¨ªa 26 a?os, y que en momento alguno se opuso a la actividad desarrollada por su padre, y se ocup¨® de llevar la tesorer¨ªa y direcci¨®n comercial, as¨ª como firmar recibos y pagos de la caja especial. Esos actos no era imprescindibles ni necesarios, seg¨²n la sentencia, pero s¨ª favorecedores del resultado perseguido por su padre.
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