El peligro de la mar
Dos de los mejores regatistas del mundo desaparecieron en menos de un a?o en el Atl¨¢ntico
Muchos deportes tienen su riesgo. La vela de altura est¨¢ entre ellos. En menos de un a?o se ha vuelto a confirmar. Pese a los medios, ya sofisticados, con que cuentan los navegantes, la mar siempre aparece con su peligro en el momento m¨¢s inesperado. A mediados de noviembre de 1986, durante la Ruta del Ron, tradicional prueba francesa transatl¨¢ntica para navegantes solitarios, entre Saint-Malo y Point-¨¤-Pitre, en la isla caribe?a de Guadalupe, desapareci¨® Loic Caradec. El pasado viernes d¨ªa 23, Daniel Gilard, en La Baule-Dakar, era arrebatado por una ola sin que su compa?ero pudiera rescatarlo. Son los ¨²ltimos ejemplos de una lista siempre abierta.
Daniel Gilard, de 38 a?os, hab¨ªa ganado la ¨²ltima edici¨®n de la Regata de Europa con el catamar¨¢n (barco de dos cascos) Jet Services. Tras cinco d¨ªas de intensa b¨²squeda, fue dado por desaparecido. Seg¨²n coment¨® su compa?ero, Halvard Mavire, a su llegada al puerto de San Miguel, en las Azores, Gilard cay¨® al agua 300 millas al noreste de las islas, a las 12.45. Estaba preparando un foque (vela) para izarlo y fue arrastrado por una ola. Mabire dio la vuelta y lleg¨® a verle. Incluso le oy¨® gritar. Pero acab¨® perdi¨¦ndolo. Hab¨ªa demasiada mar.En tres horas solamente, el viento hab¨ªa pasado de 0 a 40 nudos (unos 80 kil¨®metros por hora). Sin embargo, cuando Gilard cay¨®, el viento m¨¢s fuerte hab¨ªa pasado. Pero lo ¨²nico que los aviones de rescate lograron ver fue el bote salvavidas lanzado por Mabire con la esperanza de que Gilard pudiera alcanzarlo. Fue imposible. Las olas, de cinco a seis metros, eran demasiado grandes. Normalmente, un hombre al agua en pruebas de vela es un hombre muerto. "Cuando el deporte se profesionaliza, aunque te preparas m¨¢s para tener mayor seguridad, tambi¨¦n hay que asumir m¨¢s riesgos cada vez", hab¨ªa declarado en una ocasi¨®n Gilard. "?ste es el precio que se paga".
El Jet Services es un nombre marcado por la desgracia. A primeros de 1986, con otro patr¨®n, Patrick Morvan, volc¨® a 200 millas de Finisterre. Uno de sus seis tripulantes desapareci¨®.
Otros desaparecidos
En la misma prueba La Baule-Dakar tuvieron suerte los hermanos Tabarly, Eric y Patrick. Tras volcar su C?te d'Or a 60 millas de la isla de Madeira, pudieron resistir en la quilla hasta ser rescatados. Uno de los flotadores laterales del trimar¨¢n, seg¨²n Eric, se hab¨ªa bloqueado en una ola y la siguiente hizo volcar el barco. Es uno de los muchos peligros de estos F¨®rmula 1 de la vela, aut¨¦nticos barcos voladores, seg¨²n algunos modelos, que alcanzan velocidades superiores a los 20 nudos (sobre los 40 kil¨®metros por hora).Este m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa de la velocidad a vela da un espect¨¢culo impensable hace unos a?os, pero aumenta los riesgos ya potenciales de la mar. La falta de medios y experiencia pudo influir en los 15 muertos entre los monocascos de la Fastnet, en la Admiral's Cup de 1979. Pero en los multicascos se han sucedido las muertes en la elite. El a?o pasado fue Loic Caradec, desaparecido tras volcar su Royale. Antes, en 1983, Rob James, que no resisti¨® escasos minutos la frialdad de las aguas entre Cowes y Plymouth. Desde 1979, los nuevos sistemas de localizaci¨®n por sat¨¦lite s¨®lo sirven bastantes veces para certificar las tragedias.
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