Bando

?rase una vez un alcalde gallego llamado Groveiro que era regidor de Porto do Son por la rama socialista. Y ¨¦rase tambi¨¦n una periodista de 34 a?os, de nombre Ana Liste, que a la saz¨®n trabajaba en La Voz de Galicia como redactora-jefa de la edici¨®n de la comarca del Barbanza, dentro de cuyas lindes se encuentra Porto do Son. Cuenta la leyenda que la mentada Ana Liste organiz¨® su edici¨®n con primor tal que en un a?o se triplicaron las ventas, hecho que de puro meritorio llega a rozar lo heroico, habida cuenta de que en aquellas tierras fabulosas y remotas no hab¨ªa habido precedente alguno de trabajo period¨ªstico. Fue una empresa dif¨ªcil, pues los mandamases de la zona se hallaban ancestralmente acostumbrados a facer y desfacer a su modo y manera, sin que hubiera habido antes cronista alguno que les tocara las narices con el prurito de publicarlo todo.Y ello es que un buen d¨ªa el alcalde Groveiro se levant¨® con la vara de mando atravesada y dict¨® un bando de sintaxis revuelta y tono atrabiliario que conclu¨ªa as¨ª: "Queremos dejar claro que de persistir la actitud insultante para el pueblo y sus ciudadanos de La Voz de Galicia, que d¨¦ lugar a la publicaci¨®n de un pr¨®ximo bando, en el que se informar¨¢ claramente de las propuestas ¨ªntimas que la redactora-jefa del Barbanza le hizo a la persona del alcalde, que al no ser aceptadas dieron lugar a esta persistente inquina cumpliendo as¨ª su anunciada amenaza".

Cuentan las cr¨®nicas, en fin, que fue grande el pasmo con que se acogi¨® la tal proclama, no s¨®lo por lo ins¨®lito de su formulaci¨®n, sino por el mucho morro del alcalde, am¨¦n del r¨ªspido machismo aparejado. Visto lo cual Ana Liste demand¨® judicialmente al imaginativo regidor, pues, si bien las peticiones de comercio carnal son asunto del todo natural entre los humanos, en este caso se podr¨ªa pensar que Ana Liste pose¨ªa un mal gusto horrible, con el consiguiente desprestigio de la chica. La cosa fue a finales del verano y ahora est¨¢ en los tribunales. As¨ª es que a¨²n no se ha llegado al color¨ªn, pero publicar un bando as¨ª es como para ponerse colorado.