Poderoso caballero...
Hace tiempo que a los que empezamos a dedicar parte de nuestra vida a las organizaciones socialistas, tanto al PSOE como a UGT, atra¨ªdos y convencidos por los postulados ideol¨®gicos del socialismo, nos empez¨® a preocupar el problema que hoy se est¨¢ suscitando dentro del socialismo. El abandono del marxismo se nos vendi¨® por boca del hoy presidente del Gobierno como una estrategia para que atraer esos millones de votos flotantes que no votaban socialista porque el t¨¦rmino "marxista" les asustaba. Con su eliminaci¨®n se conseguir¨ªan esos votos y, por consiguiente, llegar a. gobernar, y lo cre¨ªmos porque la familia socialista empujaba en una misma direcci¨®n, que deb¨ªa culminar con una sociedad m¨¢s justa.En las elecciones de 1986, dimos nuestro voto al partido socialista con la esperanza de que dar¨ªa un cierto giro a la izquierda. Hoy, desgraciadamente, tenemos muestras m¨¢s que suficientes de que, con tal de conservar el poder, el PSOE est¨¢ dispuesto a cambiar el sentido socialista y situarse en posiciones m¨¢s pr¨®ximas a partidos de derecha. Por lo tanto, nadie debe rasgarse las vestiduras de que el sindicato quiera conservar su propia identidad y no ser correa de transmisi¨®n (actitud leninista) del partido. Es por ello que apoyamos la postura mayoritaria defendida por Nicol¨¢s Redondo.
El problema surge en aquellos compa?eros que ostentan una doble afiliaci¨®n y que, adem¨¢s, no tienen muy claro lo que es un sindicato y cu¨¢l debe ser el papel del partido pol¨ªtico. S¨ª lo tienen bastante claro los dirigentes que ostentan cargos representativos en ambas organizaciones: ese es el caso de algunos miembros de la ejecutiva federal que votan en contra de la postura del secretario general de UGT, pero no dicen que a su vez son dirigentes del partido, como por ejemplo Matilde Fern¨¢ndez (secretaria de Qu¨ªmicas de UGT y a la vez miembro del comit¨¦ federal del PSOE).
Nadie ignora en este pa¨ªs que los cargos bien remunerados, los coches de lujo y ch¨®fer, las fiestas en la Costa del Sol con la flor y nata de la sociedad y otras prebendas s¨®lo se consiguen con un cargo en la Administraci¨®n. Por lo tanto, desde las filas del sindicato les comprendemos y les pedimos que tengan un gesto de honradez y de ¨¦tica y se definan claramente, diciendo en qu¨¦ organizaci¨®n quieren tener un cargo. Bastante gente de UGT creemos hoy que es incompatible ser dirigente del sindicato y del partido y queremos recordar la frase t¨ªpica de Felipe Gonz¨¢lez de que s¨®lo no hay que serlo sino parecerlo.- Miembro de UGT y del comit¨¦ de Seat.
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