'El ejemplo de Hawking'
En la carta El ejemplo de Hawking, publicada en EL PA?S del pasado d¨ªa 19, su autor, el se?or Jes¨²s Mar¨ªa M¨ªnguez, olvida formular sus postulados como tales, convirti¨¦ndolos en verdades incontrovertibles, y da, a su parecer, "un golpe mortal a los partidarios de la eutanasia". No lo creo as¨ª. Los defensores del derecho a morir con dignidad nos alegramos de la existencia de personas batalladoras y apegadas a la vida, no s¨®lo en las circunstancias del doctor Hawking, sino porque esas personas y sus decisiones son dignas de respeto.Similar respeto debe obtener quienes predican opiniones distintas y adoptan decisiones diversas con respecto a s¨ª mismos. Todos los adultos capaces deben tener derecho a ser ellos mismos los que decidan en un asunto tan personal e ¨ªntimo como es la manera de vivir los ¨²ltimos momentos, y c¨®mo y cu¨¢ndo ha de terminar su vida. No deben ser tutelados en contra de sus propios intereses y voluntad cuando deciden libre, informada, meditada y razonablemente. Es un derecho reconocido de forma impl¨ªcita en el art¨ªculo 18 de la Constituci¨®n espa?ola y nadie puede forzar, compeler o coaccionar a otro para que siga viviendo en condiciones de grave sufrimiento fisico o ps¨ªquico, m¨¢s a¨²n en caso de enfermedad terminal.
No es el aborto el tema de la carta del se?or M¨ªnguez, ni lo convertir¨¦ en objeto de la m¨ªa. Me limito a se?alar que no es leg¨ªtimo argumentar una tesis sobre elementos heterog¨¦neos o circunstancias que no se le corresponden, del mismo modo que no se pueden sumar peras y manzanas.- Abogado. Miembro de la Asociaci¨®n Derecho a Morir Dignamente.
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