Libreros de antiguo exhiben en Madrid sus mejores fondos
El coleccionista espa?ol prefiere los libros de tem¨¢tica local y profesional
Ver reunidos a 16 libreros puede parecer sencillo, pero no lo es si los libreros en cuesti¨®n comercian con libros antiguos, carecen a veces de local y adem¨¢s exhiben lo mejorcito de sus fondos. Dos condiciones re¨²nen todos esos libros: son viejos y escasos, a veces tambi¨¦n ¨²tiles, caracter¨ªsticas que no determinan forzosamente los precios. En este mercado influyen impresores, matices, temas, el definitivo capricho del comprador, y la no menos importante querencia del vendedor. Desde ayer hasta el domingo se celebra en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid la V Muestra del Libro Antiguo.
No existe apoyo oficial para esta feria, que se celebra desde hace cinco a?os, y de ello se quejan los libreros en un minicat¨¢logo (500 ejemplares numerados), a la vez que subrayan el respaldo institucional a movidas y rocker¨ªas. La excepci¨®n es el C¨ªrculo de Bellas Artes, instituci¨®n privada que todos los a?os presta una de sus salas de exposici¨®n, suficiente de momento: exponen 16 libreros y el espacio que ocupa cada uno de ellos oscila entre el de una mesa de pimp¨®n y el de una de billar.
Hablar de precios
Los libreros de antiguo comparten con anticuarios y marchantes de arte la resistencia a hablar de precios y un pesimismo comercial de agricultores. En realidad no aspiran a ganar dinero en esta V muestra, aseguran algunos, y es f¨¢cil que terminen comprando m¨¢s que vendiendo; porque es ¨¦ste un mercado un poco antrop¨®fago, que se alimenta de s¨ª mismo: los principales clientes de los libreros de antiguo son sus propios colegas, o antiguos compradores, que en un momento dado quieren desprenderse de cierta obra. ?sa es la raz¨®n que encuentra Guillermo Bl¨¢zquez para intentar vender siempre a clientes espa?oles incluso en el caso de que la ley permita la exportaci¨®n del libro: si el libro se queda, siempre cabe la posibilidad de volver a comprarlo.Aqu¨ª no ocurre lo mismo que en el mercado de antig¨¹edades o en el del arte: el pa¨ªs s¨ª proporci¨®n a eventuales compradores para los mejores libros, en el caso de que salgan al mercado, dice Bl¨¢zquez, miembro de una dinast¨ªa de libreros madrile?os que ahora tiene a tres hermanos en e gremio. Los compradores de libros antiguos no son forzosamente bibli¨®filos a la b¨²squeda de cierta primera edici¨®n, una letra extinguida o alg¨²n encuadernador; menudea el cliente en busca de un libro necesario que ya no encuentra.
Casi todos los que participan en la Muestra del Libro Antiguo lo hacen tambi¨¦n en la Feria del Libro Antiguo y de Ocasi¨®n, que en el ¨²ltimo mes de mayo aline¨® 35 casetas en el paseo de Recoletos de Madrid. La que ahora se celebra es quiz¨¢ m¨¢s profesional, aunque s¨®lo sea porque en la del paseo de Recoletos abunda m¨¢s el libro de lance que el antiguo, por su propia situaci¨®n convoca a m¨¢s aficionados y, sobre todo, porque el precio m¨ªnimo de un libro es de 5.000 pesetas.
Seg¨²n Juan Llorente, coordinador de la muestra, ¨¦sa es la forma de obligar a los libreros a exponer lo mejor de sus fondos y garantizar al p¨²blico un m¨ªnimo de calidad. Ocho mil pesetas cuesta un Esp¨ªritu de las leyes, de Montesquieu, impreso en octavo, en edici¨®n de 1835, con tapas originales, y 6.000 pesetas una Historia militar espa?ola, tambi¨¦n en octavo, sin la encuadernaci¨®n original. Alg¨²n libro de la muestra podr¨ªa alcanzar unas 300.000 pesetas, por ejemplo, y muy probablemente m¨¢s, en un mercado de cambio constante, pero el precio medio de los libros a vender, seg¨²n libreros consultados, ser¨¢ de unas 15.000 pesetas. Una primera edici¨®n de Lope de Vega puede costar unas 100.000 pesetas, y una primera de un poeta de la generaci¨®n del 27, unas 50.000. Las dedicatorias y aut¨®grafos influyen menos en el mercado espa?ol de lo que pueden hacerlo en el brit¨¢nico o en el de Nueva York, con un volumen mayor.
No hay forma de que un librero de antiguo diga a cu¨¢nto asciende la mejor de sus piezas, cu¨¢l es la que prefiere, o cu¨¢l, de las que ha vendido en su vida, es la que le atormenta la nostalgia. Un librero de antiguo suele vender sus libros con un 50% de beneficio, seg¨²n confes¨® alguno, aunque el margen puede disminuir si vende el libro a un colega.
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