De la ¨¦tica intermitente
El autor denuncia el doble rasero con que, a su juicio, Jordi Sol¨¦ Tura ha tratado en este peri¨®dico el tema de la corrupci¨®n en la clase pol¨ªtica, seg¨²n sea el PSOE o Converg¨¨ncia i Uni¨® el acusado. Seg¨²n el autor, Jordi Sol¨¦ Tura ha abandonado el campo del an¨¢lisis pol¨ªtico para entrar en el de la lucha pol¨ªtica.
No quisiera reabrir una pol¨¦mica que se est¨¢ agotando, fundamentalmente por raz¨®n de la frivolidad y ligereza con que se provoc¨®. Afortunadamente, las cosas est¨¢n quedando lo suficientemente claras como para que la posici¨®n de cada uno se haga en todo caso sin necesidad de sucumbir al enga?o, a la intoxicaci¨®n de las medias verdades, ni a la falacia de las insinuaciones cobardes.No, el problema ahora es otro. ?Puede medirse la misma realidad con distinto rasero seg¨²n se trate de los amigos o de los adversarios? ?Es ¨¦ticamente correcto convertir en cargo para uno lo que se define como exculpaci¨®n para otro? ?Cu¨¢les son en este terreno los l¨ªmites ¨¦ticos de la pol¨ªtica?
Viene a cuento todo ello a ra¨ªz de dos art¨ªculos de Jordi Sol¨¦ Tura publicados en EL PA?S, el primero de ellos el d¨ªa 1 de noviembre y el segundo el 8 del mismo mes, ambos de este a?o. Es decir, dos art¨ªculos entre los que media la escasa distancia de siete d¨ªas.
En el primero de ellos, analizando o pretendiendo analizar la crisis del PSOE, Sol¨¦ Tura hace un apasionado elogio de la honestidad de los pol¨ªticos de la democracia espa?ola. Con un criterio que comparto, se?ala que "no hay tema m¨¢s f¨¢cil y populista en nuestro pa¨ªs que el de acusar a los pol¨ªticos de corruptos o aprovechados porque la mayor¨ªa lo han sido a lo largo de nuestra historia, hasta hace muy poco".
"Sin embargo", a?ade Sol¨¦ Tura, "uno de los principales resultados del fin del franquismo y el comienzo de la democracia actual es ( ... ) que nadie puede acusar seriamente a la mayor¨ªa de los dirigentes pol¨ªticos que ha tenido nuestro pa¨ªs durante estos 10 a?os, en el Gobierno y en la oposici¨®n, de haber sido o de ser corruptos y de haberse enriquecido con el dinero de todos. Y eso hay que decirlo, porque es verdad y porque constituye un gran patrimonio de nuestra democracia".
Culmina su exposici¨®n Jordi Sol¨¦ Tura diciendo que "si el rumor sigue haciendo las veces de prueba... lo que sufre es la democracia en su conjunto, porque en asuntos como ¨¦stos salen malparados y desprestigiados todos".
Una semana despu¨¦s, en un art¨ªculo titulado El esc¨¢ndalo de la 'loto', Jordi Sol¨¦ Tura parece haberse olvidado de sus reflexiones tan inmediatas. As¨ª, entiende que ya puede sucumbir a la corriente f¨¢cil y populista y se permite lanzar sobre el Gobierno de la Generalitat la sospecha de la corrupci¨®n, en t¨¦rminos tales como los de "colocar al Gobierno de la Generalitat ante sus aut¨¦nticas responsabilidades, desvelando el fondo de incompetencia, de mala organizaci¨®n, de burocratismo y no s¨¦ si de corrupci¨®n que pueda existir detr¨¢s de una fachada preservada hasta ahora mediante el sistema de enviar balones fuera".
Todo este segundo art¨ªculo est¨¢ plagado de "todo parece indicar", "todav¨ªa es dif¨ªcil saber", "se han se?alado", "mucha gente tiene la impresi¨®n", para concluir identificando el nacionalismo gobernante en Catalu?a con algo tan bajo de techo como la loter¨ªa y denunciando que las apelaciones a la unidad espiritual de todo un pueblo se concreten en el fomento de los juegos de azar.
Cambio sorprendente
La verdad es que la mudanza de parecer est¨¢ en la l¨®gica de la evoluci¨®n humana, pero tanto cambio en s¨®lo siete d¨ªas no deja de sorprender. Todos conocemos al se?or Sol¨¦ Tura y su trayectoria pol¨ªtica; personalmente llegu¨¦ anta?o incluso a coincidir con ¨¦l pol¨ªticamente, pero aun conoci¨¦ndole no dejan de sorprender tan s¨²bitas mudanzas. Hasta ahora su evoluci¨®n hab¨ªa sido m¨¢s pausada.
Para el PSOE, defensa de la honestidad de los pol¨ªticos; para CiU, denunciar y sugerir la corrupci¨®n sin otra necesidad que la de relacionar lo que unos comentaristas hayan dicho sin probarlo. Para el PSOE, enmudecer las denuncias y los comentarios; para CiU, apoyarse en ellos para sumarse a la intoxicaci¨®n.
Queda claro: Sol¨¦ Tura abandona el campo del an¨¢lisis objetivo para sumarse a la lucha pol¨ªtica, reclamando para s¨ª la presunci¨®n de honestidad que postula para todos los pol¨ªticos de la democracia, excepto para los de GU. A pesar de ello yo no puedo resistirme a reconocerle a ¨¦l la presunci¨®n de honestidad que ¨¦l nos niega. La democracia es eso, y la falta de ¨¦tica de unos no justifica ni legitima asumir este estilo como propio.
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