Aventura en Guinea

De nuevo ha saltado a la palestra el tema de Guinea Ecuatorial. Pero si ahora a?oro tristemente aquella ma?ana cuando nuestra maestra, maestra Dolores, se vino corriendo, asistida por un terror que desbordaba su raz¨®n debido a la serpiente que se asomaba cansada por entre los cajones de su pupitre, es porque me mata Guinea.Cre¨ª que despu¨¦s de mi vuelta a Basuala, aldea que conoci¨® mis primeros escarceos de juventud, encontrar¨ªa con una fachada diferente mi vieja escuela; pero no fue as¨ª, all¨ª contin¨²a frente a la desgracia que azota Malabo. Y los que ahora se quejan son mis antiguos compa?eros, que ven subir cada ma?ana por las carcomidas pizarras de la escuela ratones y ratas encapullados en emblemas de oro.

Despu¨¦s de esa ma?ana del 3 de agosto de 1979, en que parec¨ªa que la propia mitolog¨ªa bubi se resent¨ªa de los hechiceros de Basuala, ¨ªbamos a iniciar un nuevo camino, pero vemos que no ha sido as¨ª, sino que ahora los aldeanos perviven con su propia soledad, ya no se escuchan las guitarras madrugadoras que sembraban de canto jovial la iglesia, que ha quedado desolada, ni tampoco se ve la manada de cabras que anteriormente ocupaba el p¨²lpito del Ayuntamiento; todo se reduce a la marginaci¨®n. S¨®lo se ve pasar de cuando en cuando la esquela de ata¨²des enmarcarados de cal que cubren el cuerpo de alguien minado por el paludismo o la disenter¨ªa. Quiz¨¢s el despido de ellos a Basuala servir¨¢ para encauzar el viejo cayuco de ¨¦bano y cacao hacia una orilla diferente.-

Pedro Fuentes Benet.