El rescate de Melodie, rebajado a cinco millones de d¨®lares
Los secuestradores de la peque?a Melodie, de seis a?os, han rebajado a cinco millones de d¨®lares (unos 600 millones de pesetas) el precio del rescate por la vida de la ni?a. La nueva oferta de uno de los presuntos secuestradores se comunic¨® a trav¨¦s de una llamada telef¨®nica al diario Abc. Un hombre con acento extranjero dijo: "Buenas noches. Les llam¨¦ a ustedes ayer. Soy el del mech¨®n. Ya sabe a qu¨¦ me refiero. Rebaja, mo:i la cantidad a cinco millones. Sabemos que s¨®lo la casa vale ocho millones de d¨®lares. Si no paga es porque no quiere. Esta es la ¨²ltima comunicaci¨®n".
"Yo no veo soluci¨®n. ?Qu¨¦ soluci¨®n puede haber cuando alguien te pide 13 millones de d¨®lares que no tienes? Tengo miedo por la vida de mi hija, porque los secuestradores no son seres humanos. Son animales. Les he dicho mil veces que estoy dispuesto a hacer lo que me pidan. Ruego a todo el mundo que rece por mi hija". Raymond Nakachian, el padre de la peque?a Melodie, hablaba as¨ª despu¨¦s de haber recogido en la madrugada del martes un paquete que conten¨ªa un largo mech¨®n del cabello de la ni?a, una fotograf¨ªa y una cinta magnetofonica en la que ¨¦sta habla duran te poco m¨¢s de un minuto con voz pat¨¦tica. Estas declaraciones fueiron realizadas antes de que se conociera el nuevo precio establecido por los secuestradores. Ayer, fecha l¨ªmite fijada por el propio Nakachian para la resoluci¨®n del caso, era evidente el pesimismo reinante entre la familia y les polic¨ªas que llevan las investigaciones. Nadie se atreve a decirlo claramente, pero muchos indicios hacen pensar en la posibilidad de que el rapto de Melodie termine de forma tr¨¢gica. La polic¨ªa, a cuyo frente contin¨²a el comisario general Pedro Rodr¨ªguez Nicol¨¢s, trabaja sin desmayo o m un intento de ganar tiempo.
Raymond Nakachian, cuya fortaleza f¨ªsica empieza a resentirse, se derrumb¨® psicol¨®gicamente cuando escuch¨® las angustimuas palabras de su hija, grabadas en una cinta magnetof¨®nica depositada por los secuestradores detr¨¢s del hotel Nueva Andaluc¨ªa, muy cerca de Puerto Ban¨²s. "Pap¨¢, estoy triste. Sue?o ir con mi pap¨¢. ?Por qu¨¦ no pagas? Si t¨² no pagas, est¨¢n dispuestos a matarme. Estoy muy triste. Pap¨¢, yo te quiero y tambi¨¦n quiero a mi hermanito peque?o. Sue?o volver a casa porque estoy muy triste. Te quiero ver, pap¨¢, al igual que a mi hermanito", dec¨ªa Melodie con tono de voz lastimero y pat¨¦tico.
Los secuestradores han amenazado con dejar de dar de comer y beber a la ni?a, que parece hallarse continuamente drogada con sedantes. Resulta imposible saber si los delincuentes est¨¢n sometiendo a tal tortura a la chiquilla o si tan s¨®lo es una forma m¨¢s de destrozar mentalmente a su padre para forzarle al pago del rescate los 13 millones de d¨®lares que hasta ayer le hab¨ªan exigido como rescate.
Sobre la una de la madrugada de ayer, Nakachian recogi¨® una de las dos coletas cortadas a la chiquilla, as¨ª como una cinta magnetof¨®nica. A las dos de la madrugada, cuando regres¨® a su mansi¨®n de la urbanizaci¨®n Nueva Atalaya, el padre de la ni?a no pudo resistirlo y estall¨® ante los periodistas, para descargar la enorme tensi¨®n que llevaba dentro: "Son personas completamente locas. No son humanos. ?C¨®mo es posible que gente que tiene madre, hermanas o hijas pueda hacer eso a una ni?a de cinco a?os? ?Qu¨¦ les ha hecho ella? Que me ataquen a m¨ª si son hombres. ?stos son los cabellos de m? hija... mirad qu¨¦ bonitos son", dijo mientras sosten¨ªa en sus manos un mech¨®n de unos 15 cent¨ªmetros de longitud.
En medios policiales se tiene la casi absoluta certeza de que los individuos que mantienen en su poder a la chiquilla deben se cinco hombres y una mujer. Se cree que la mayor parte del clan son mafiosos de origen brit¨¢nico.
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