El presidente italiano rechaza la dimisi¨®n de Goria y reenv¨ªa al Gobierno ante el Parlamento

El jefe del Estado italiano, Francesco Cossiga, decidi¨® ayer reenviar ante el Parlamento al Gobierno de centro-Izquierda dirigido por el democristiano Giovanni Goria para que se someta a una moci¨®n de confianza, con lo que rechaza formalmente la dimisi¨®n del primer ministro y pone fin a una crisis pol¨ªtica que ya duraba cinco d¨ªas. Goria, tal como se preve¨ªa, se suceder¨¢ a s¨ª mismo hoy o ma?ana, encabezando un Gobierno que sera la fotocopia del que presidiera hasta la semana pasada, integrado por democristianos, socialistas, repu ?canos, socialdem¨®cratas y liberales.El primer ministro acudi¨® a la presidencia de la Rep¨²blica a las 21.30, poco despu¨¦s de que el Partido Liberal, cuya salida de la coalici¨®n gubernamental provoc¨® la crisis la semana pasada, declarara que aceptaba las propuestas del jefe del Gobierno en materia econ¨®mica. Poco despu¨¦s, el secretario general de la presidencia anunci¨® el reenvi¨® del Gobierno ante el Parlamento.

Todo ello ha sido posible oficialmente porque el Partido Liberal, que abri¨® la crisis al acusar al Gobierno de no haber tenido fe en el programa sostenido por la mayor¨ªa de rebajar la deuda p¨²blica y de disminuir los impuestos directos de los contribuyentes, ha dado pr¨¢cticamente marcha atr¨¢s. Goria se ha mantenido en sus trece y, al parecer, no cambia la ley de presupuestos y s¨®lo ha ofrecido la promesa vaga de una disminuci¨®n de los impuestos para el pr¨®ximo mayo, en caso de que no aumente para entonces la inflaci¨®n. Pr¨¢cticamente muy poco, ya que la inflaci¨®n va en aumento.

En realidad, la crisis se ha resuelto porque el secretario democristiano, Ciriaco De Mita, y el socialista, Bettino Craxi, que no se hablaban desde hace mucho tiempo, han decidido -en un encuentro secreto- que Goria deb¨ªa seguir por ahora adelante.

Los comentarios de los observadores se?alan que ni a De Mita -que est¨¢ preparando un congreso partidario que deber¨¢ reelegirlo por tercera vez- ni a Craxi -a quien conviene que el Gobierno, sin ¨¦l, se debilite a¨²n m¨¢s antes de hincarle el diente y ponerlo en crisis- les interesa en este momento profundizar un conflicto que los italianos no han entendido ni apreciado y que podr¨ªa abrir un vac¨ªo peligroso. Tampoco se puede excluir que la clase pol¨ªtica se haya asustado de pasar unas navidades enzarzada en la crisis.

Finalmente, la posici¨®n del peque?o Partido Liberal ha quedado fuertemente ridiculizada y ha sido interpretada m¨¢s bien como el esfuerzo desesperado de buscar publicidad y espacio pol¨ªtico de una fuerza que cuenta s¨®lo con el 2% de los votos.