Encuentro en la Moncloa

Abord¨¦ su entrevista a Felipe Gonz¨¢lez en el dominical del pasado 8 de noviembre con gran inter¨¦s. Suele usted ser bastante agudo y el presidente del Gobierno se defiende muy bien, por lo que todo promet¨ªa una lectura interesante. Pues bien, para serle franco, le dir¨¦ que pensaba ver Duelo de titanes, pero en realidad me pasaron Encuentros en la tercera fase. Fue un di¨¢logo de dos viejos amigos que han triunfado cada uno en su campo y se re¨²nen para charlar del estado de la naci¨®n. Entre los dos descubren que, dado el nivel de renta de Espa?a, nuestras colas de hospitales son cortas, y nuestras autopistas, aceptables. El estado de pocilga de nuestras c¨¢rceles o el funcionamiento tercermundista .de nuestra justicia ni siquiera se mencionan. Con gran tristeza pronostican la inevitabilidad de que en un futuro pr¨®ximo -todo depende de la velocidad de nuestro crecimiento- habr¨¢ muchos guetos urbanos en donde la polic¨ªa ni se atrever¨¢ a entrar, puesto que esto es lo t¨ªpico de pa¨ªses m¨¢s avanzados. En sus editoriales, usted critica a Victoria Prego, calific¨¢ndola de portavoz bis del Gobierno ... ; es f¨¢cil criticar a otros hasta que a uno le toca actuar en su lugar. Quiz¨¢ es que me he equivocado yo: uno nunca debe buscar en el dominical algo cr¨ªtico y mordaz, para eso est¨¢n los editoriales; pero, en ese caso, ?para qu¨¦ se pusieron a hablar de lo que pasa en Espa?a? Siempre se va a herir, con estas relativizaciones desde la cumbre, a alg¨²n ciudadano que ha vivido de cerca las c¨¢rceles, los hospitales y los guetos. Las fotos del presidente apuntan hacia ese tipo de entrevista. Son unas fotos excelentes: Felipe parece tan joven como cuando estaba en la oposici¨®n. El texto, sin embargo, evidencia todo lo contrario: un hombre que se?ala con cierta autocomplacencia que el pa¨ªs no da para m¨¢s; en definitiva, un hombre que ya no es joven, sino excesivamente maduroMadrid.