Gil / Mendoza

Don Jes¨²s Gil y Gil tiene algo de almacenista de coloniales que encima ha ganado una quiniela. Ram¨®n Mendoza est¨¢ entre Vittorio de Sica y playboy maduro y marbell¨ª. Con que va Gil y dice, sobre Mendoza:-Hay gente m¨¢s preparada que otra para las derrotas.

Son dos estilos, dos clases (no la "guerra de clases"), dos maneras, dos cosas, o sea. Todo con ocasi¨®n de aquella famosa goleada, pero da igual. Lo que ocurre es que Gil y Gil lleva su club como un gang, con cierto alcaponismo de bien, y Ram¨®n Mendoza lleva el suyo con naturalidad, con elegancia, con sencillez, con esa sencillez pavonada que est¨¢ por encima de lo sencillo.

-No quiero entrar en pol¨¦mica y responderemos en el terreno de juego -hab¨ªa dicho Mendoza.

Lo de menos, para el cronista, son las goleadas y la marcha de la cosa futbol¨ªstica. Lo que importa contrastar, aqu¨ª y ahora, en esta columna, son dos maneras de ser madrile?o, dos maneras de ser hombre, dos maneras de ser espa?ol. Tan espa?ol nos queda el populismo jaque de Gil y Gil como el se?oritismo librecambista de Mendoza. Son las dos Espa?as, en fin, que se reproducen siempre, a cualquier nivel y sobre cualquier frontispicio social. El se?or y el gracioso. Venimos todos de nuestros cl¨¢sicos. Del teatro cl¨¢sico y de Marsillach. Es la comedia del arte a la metaf¨ªsica manera espa?ola.

Si Gil y Gil ha escogido el papel de buf¨®n, de gracioso, all¨¢ ¨¦l. Nadie se lo ha impuesto. Mendoza parece que representa impl¨ªcitamente el papel de noble, de hidalgo, de se?or. Cuando Lope o Calder¨®n hac¨ªan demagogia, el criado no era sino el rev¨¦s del se?or, su verdad. Todo esto se encuentra en Hegel, m¨¢s finamente dicho. No hay que confundir el buen porte y los buenos modales (Aza?a, Tierno) con el feudalismo (es todo lo contrario). Ni hay que confundir el populismo y el asamble¨ªsmo interior con la democracia. La Espa?a peleona y la Espa?a dialogante, "europea", se enfrentan en estos dos hombres, en estos dos clubs, que mueven millones de madrile?os. En la pol¨ªtica, como en el f¨²tbol (el f¨²tbol es s¨®lo un s¨ªntoma), como en la vida espa?ola en general, hay una seudoizquierda populista y cacique, hay una derecha elegante y se?ora. Lo importante, al fin, es qui¨¦n mete m¨¢s goles.