El negro color del oro
Es ¨¦sta una de las m¨¢s famosas obras del primer per¨ªodo de la filmograf¨ªa de John Huston. El tesoro de Sierra Madre es su tercer largometraje, realizado en 19471948. En este per¨ªodo, Huston recubri¨® su escaso sentido del espacio, de la escena -se le puede reprochar que en El tesoro de Sierra Madre desaprovech¨® lastimosamente las posibilidades del paisaje, a causa de su escasa habilidad para relacionar a los actores con su entorno esc¨¦nico con su innegable genio como guionista.Tanto en El halc¨®n malt¨¦s como en El tesoro de Sierra Madre, que son las pel¨ªculas m¨¢s serias de esta primera etapa de su obra, el descomunal guionista domina, y casi se puede decir que absorbe, al director de escena com¨²n que fue Huston. Dos a?os m¨¢s tarde, con La jungla de asfalto y El c¨ªrculo rojo del valor -que, junto con Fat City, son las obras perfectas de este grande e imperfecto cineasta-, Huston elabor¨® un c¨®digo personal de puesta en escena, si se quiere algo rudimentario, pero suyo.
El tesoro de Sierra Madre
Direcci¨®n: John Huston. Gui¨®n: JohnHuston, sobre la novela del mismo t¨ªtulo de B. Traven. Fotografia: TedMcCord. M¨²sica: Max Steiner. Estados Unidos, 1948. Int¨¦rpretes: Humphrey ogart, Walter Huston, Tim Holt, Bruce Bennett, Barton Mac Lane, Alfonso Bedoya. Estreno en Madrid (en versi¨®n original subtitulada): Bellas Artes
Pero este c¨®digo a¨²n falta en El tesoro de Sierra Madre, que es por ello una apasionante pel¨ªcula menor, en la que la imagen es todav¨ªa el simple soporte de una poderosa historia, y no un elemento vertebral de esa misma historia. Huston no logra fundir en la magn¨ªfica historia que nos cuenta el qu¨¦ con el c¨®mo. Ilustra, traduce a la pantalla su maravilloso gui¨®n, extra¨ªdo de la novela del misterioso B. Traven, pero no pasa de ah¨ª. Y el cuento se sit¨²a por encima del cuentista.
Impulso expansionista
Aunque hay quien lo pone en duda, El tesoro de Sierra Madre es un western de pies a cabeza, trazado con tiral¨ªneas en los l¨ªmites exteriores de la cartograf¨ªa del g¨¦nero. Estamos en los estertores del impulso expansionista, all¨ª donde los despojos de la riada hacia el Oeste buscan el ¨²ltimo fil¨®n de oro fuera de las fronteras, definitivamente fijadas, de su pa¨ªs.Expulsados de la historia de ¨¦ste, los personajes de El tesoro de Sierra Madre ofician una pura aventura westerniana: aquella en que, cerrada ya una frontera que permaneci¨® abierta durante un siglo, quedaron atrapados al otro lado del gran portazo los ¨²ltimos buscadores desesperados de fortuna. En este sentido, El tesoro... es uno de los grandes westerns del ciclo de la fiebre del oro.
Lo mejor del filme, adem¨¢s de su gui¨®n, hay que buscarlo en el otro punto fuerte del cine d¨¦ Huston, que es su hondo sentido de la direcci¨®n de actores, derivado de su conocini?ento de los comportamientos humanos, y en especial de los comportamientos extremados y sin salida. Bogart, en las primeras secuencias de la pel¨ªcula -en las que Huston hizo, en un personaje epis¨®dico, uno de sus primeros trabajos de actor- act¨²a de manera insuperable, pero en la zona final del filme exagera y sobreact¨²a, degradando su buen comienzo.'
Son Walter Huston -padre del director, actor eminente y hombre singularmente divertido y exc¨¦ntrico, que se llev¨® un oscar por su trabajo en este filme- y Tim Holt -protagonista de la wellesiana El esplendor de los Amberson y un gran actor prematuramente desaparecido- quienes se llevan la gloria, y con recursos diferentes: el primero, con un glorioso ejercicio del exceso, pero sin sobreactuar como Bogart, y el segundo, con una lecci¨®n de lo contrario, de econom¨ªa gestual.
Todav¨ªa hoy siguen siendo actores -junto con el Bogart de la primera parte- inmejorables para los dif¨ªciles personajes de Traven y Huston.
Babelia
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