El doble espejismo socialista
Un reciente art¨ªculo de Jordi Sol¨¦ Tura (Del desierto del centro al desierto de la derecha, en EL PA?S, 15 de noviembre) describe el panorama pol¨ªtico espa?ol desde una perspectiva que no comparto. "M¨¢s all¨¢ del Gobierno", afirma, s¨®lo existen "l¨ªderes silenciosos, "l¨ªderes nacionalistas incapaces" de superar su entorno y "aprendices de l¨ªder conservador" que no han dicho nada importante desde las ¨²ltimas elecciones legislativas hasta hoy.
Sol¨¦ Tura es persona demasiado inteligente para expresar un juicio tan parcial, en mi opini¨®n, de la realidad pol¨ªtica nacional. Parece que hubiera adoptado la posici¨®n de quien s¨®lo tiene como fuente de informaci¨®n TVE. S¨®lo as¨ª pueden explicarse sus afirmaciones.Una de las cuestiones que m¨¢s entorpecen el funcionamiento eficaz de la democracia espa?ola no es que el PSOE haya obtenido en 1986 la mayor¨ªa absoluta -m¨¢s reducida, por cierto, que en 1982-, sino que intente montar, desde esa mayor¨ªa, el doble espejismo de considerar a los dem¨¢s partidos como pol¨ªticamente irrelevantes y a s¨ª mismo como la ¨²nica realidad pol¨ªtica digna de tenerse en cuenta; que suscite la falsa imagen de su irreversibilidad, de la ausencia de alternativa pol¨ªtica.
El Gobierno del PSOE no ha logrado superar el estadio de la "ant¨ªtesis" en el movimiento dial¨¦ctico. Por eso gobierna desde la negaci¨®n de lo que no es ¨¦l, sin contar con las razones de sus antagonistas pol¨ªticos. Esta forma de gobernar se lleva a cabo esencialmente en dos ¨¢reas fundamentales: el Parlamento y TV.
En el Parlamento, la hegemon¨ªa socialista se ejerce en forma de rodillo, que no s¨®lo impone su concepci¨®n en la labor legislativa, sino que tambi¨¦n anula las tareas de control. Lo m¨¢s grave es que se opone a cualquier modificaci¨®n reglamentaria que haga del Parlamento el primer foro de debate nacional a trav¨¦s del ejercicio del control parlamentario sobre la acci¨®n del Gobierno.
En TV, la hegemon¨ªa se traduce en una informaci¨®n pol¨ªtica unidimensional. Las personalidades del Gobierno y del partido socialista aparecen en la peque?a pantalla para decir lo que quieren y cuando quieren. Las intervenciones de la oposici¨®n son cuidadosamente seleccionadas para que s¨®lo transmitan mensajes marginales o muestren sus propios conflictos internos.
A pesar de todo esto, es evidente la existencia de "alternativas" pol¨ªticas y de las propuestas "espec¨ªficas y bien diferenciadas" que el CDS -por no aludir a otros partidos- viene haciendo en manifiestos, discursos y programas, ante nuestros problemas pol¨ªticos, econ¨®micos y sociales o en relaci¨®n con la pol¨ªtica internacional. Algunas de ellas -el conjunto de medidas para superar el grave problema del paro, el planteamiento de una nueva pol¨ªtica de defensa que incluye la modificaci¨®n sustancial del servicio militar obligatorio, la reforma de las administraciones y de la funci¨®n p¨²blica, las bases de una pol¨ªtica social que evite el aumento creciente de las desigualdades, la articulaci¨®n de una pol¨ªtica auton¨®mica que haga realidad todas las posibilidades del t¨ªtulo VIII de la Constituci¨®n, la necesidad de un pacto de Estado contra el terrorismo- han merecido amplios comentarios en la prensa nacional. A pesar de las dificultades para su difusi¨®n televisiva, tambi¨¦n son p¨²blicas las propuestas m¨¢s significativas que el CDS ha planteado en el Congreso o con ocasi¨®n de los debates sobre el estado de la naci¨®n. En el primer debate sobre el estado de la naci¨®n de esta legislatura, el CDS denunci¨® la crisis por la que atraviesa la Administraci¨®n de justicia como servicio p¨²blico y propuso un plan especial de cuatro a?os que permitir¨ªa resolver la situaci¨®n. El Gobierno no contest¨®. La televisi¨®n se olvid¨® del mismo.
En esta misma legislatura, en materia tan fundamental como la libertad de expresi¨®n, el CDS present¨® una proposici¨®n de ley que regulaba el secreto profesional y la cl¨¢usula de conciencia de periodistas. El Gobierno rechaz¨® la proposici¨®n.
En los debates sobre el estado de la naci¨®n, el CDS ha solicitado la celebraci¨®n de un pleno extraordinario sobre pol¨ªtica internacional y de defensa en que el Gobierno explique su posici¨®n en temas como la nuclearizaci¨®n de Europa, la disuasi¨®n y la respuesta flexible en la defensa europea. El Gobierno no ha accedido. En las comisiones de defensa y asuntos exteriores, el CDS ha planteado toda una serie de propuestas en torno a estos temas. El uso extensivo del "secreto oficial" por parte del Gobierno no siempre se conjuga con las exigencias del debate en un sistema democr¨¢tico.
En el reciente debate sobre los presupuestos de 1988, el CDS ha vuelto a reiterar su alternativa econ¨®mica y, dentro de ella, ha propuesto la creaci¨®n de un fondo de solidaridad para los j¨®venes parados, de modo que ¨¦stos pudieran percibir la mitad del salario m¨ªnimo interprofesional. La propuesta ha sido rechazada.
El pacto de Estado para erradicar el terrorismo se acaba de firmar por la mayor¨ªa de las fuerzas pol¨ªticas. La naturaleza del acuerdo impide destacar las propuestas concretas de cualquiera de los partidos firmantes. Lo que s¨ª es posible recordar es qu¨¦ partido y qu¨¦ l¨ªder pol¨ªtico plantearon hace cinco a?os la necesidad del pacto y posteriormente la conveniencia del di¨¢logo con ETA. Tambi¨¦n puede recordarse la airada respuesta que, en su d¨ªa, tal propuesta mereci¨® del actual presidente del Gobierno.
Es innegable que en nuestro pa¨ªs las propuestas del Gobierno y del partido socialista han sido ampliamente difundidas. Pero eso no quiere decir que constituyan un pensamiento coherente y, mucho menos, la ¨²nica pol¨ªtica posible. Con ella los espa?oles hemos alcanzado, bajo las promesas de la mayor prosperidad, la tasa de desempleo m¨¢s alta de la CEE: tres millones de parados. Con ella los espa?oles, bajo las m¨¢s firmes promesas de paz social, hemos visto evaporarse "la concertaci¨®n" y deberemos afrontar otro a?o de fuerte conflictividad. El "coherente" pensamiento del Gobierno socialista nos ha llevado a mayores y m¨¢s injustas diferencias sociales, a mayor pobreza y a mayor marginaci¨®n. El Gobierno y el partido socialista escriben unas cosas en sus programas, dicen otras en sus discursos y realizan unas terceras completamente distintas. ?En qu¨¦ plano situamos el debate pol¨ªtico? ?En el programa de 1982? ?En el programa de 1986? ?Con las entrevistas televisadas del presidente del Gobierno? ?Con la pol¨ªtica econ¨®mica del se?or Solchaga?
P¨¦rdida
Entre las ¨²ltimas elecciones legislativas (1986) y nuestros d¨ªas ha tenido lugar la celebraci¨®n de las elecciones municipales, auton¨®micas y para el Parlamento Europeo. En ellas, el PSOE ha perdido -en comparaci¨®n con las anteriores elecciones municipales y auton¨®micas- m¨¢s de un mill¨®n de votos, y con ellos la mayor¨ªa, absoluta en siete comunidades aut¨®nomas y buena parte de las capitales de provincia y de los municipios espa?oles. En estas elecciones, el CDS present¨® sus programas electorales y plante¨® una serie de propuestas cuyo objetivo esencial es hacer la vida m¨¢s f¨¢cil al ciudadano. En todo caso fueron capaces de suscitar un amplio apoyo en la opini¨®n p¨²blica: dos millones de votos que se han traducido en m¨¢s de 100 diputados auton¨®micos y m¨¢s de 5.000 concejales. El CDS part¨ªa de cero.
En estas elecciones ha ocurrido un hecho nuevo en la pol¨ªtica espa?ola: un partido pol¨ªtico -el CDS- se ha negado a aceptar parcelas de poder que le han ofrecido. Ha preferido ejercer desde la oposici¨®n el control de los que gobiernan. Por eso, en autonom¨ªas y municipios se est¨¢n poniendo de manifiesto el pluralismo pol¨ªtico y las alternativas al gobierno del PSOE.
La conclusi¨®n final del art¨ªculo del se?or Sol¨¦ Tura es que vivimos "un sistema pol¨ªtico at¨ªpico... con un Gobierno sin alternativa y un PSOE... que tiene que ocupar diferentes espacios pol¨ªticos a la vez". Lo que sucede m¨¢s bien es que el PSOE busca deliberadamente la omnipresencia pol¨ªtica en persecuci¨®n de una hegemon¨ªa que asegure su permanencia en el poder sin soluci¨®n de continuidad. Nadie obliga al PSOE a ocupar todos los espacios pol¨ªticos. Nosotros creemos que el CDS se perfila ya como la alternativa pol¨ªtica.
Es el caso Del desierto del centro al desierto de la derecha. El profesor Sol¨¦ Tura en esta ocasi¨®n ha hecho, no un an¨¢lisis profesoral, sino una apasionada defensa del PSOE.
es secretario general del CDS.
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