Los que no quieren volver

Son unos 2.700. En 1980 les abrieron las puertas de las c¨¢rceles y de los psiqui¨¢tricos donde estaban recluidos y se sumaron a la misma desbandada que viv¨ªa la isla. Se fueron al puerto de Mariel y lograron escabullirse en la flotilla en la que 120.000 cubanos navegaban hacia las cercanas costas de Florida en busca de la libertad. Pero el Gobierno norteamericano volvi¨® a capturarlos de inmediato y bajo el nombre de "indeseables" se convirtieron en el obst¨¢culo que imped¨ªa la firma de un acuerdo de migraci¨®n entre Cuba y EE UU.En diciembre de 1984, La Habana acept¨® la repatriaci¨®n de los "indeseables" y se firm¨® el Acuerdo de Migraci¨®n, el m¨¢s importante entre los dos Gobiernos desde el triunfo de la Revoluci¨®n castrista. Cuba obtuvo las mismas prerrogativas que cualquier otro pa¨ªs del mundo, lo que permite la emigraci¨®n anual a EE UU de 20.000 personas que se seleccionar¨¢n prioritariamente por lazos directos de sangre con un ciudadano o residente norteamericano.

Los presos pol¨ªticos y sus familiares se contabilizan aparte de los ciudadanos no perseguidos. Washington y La Habana cifraron en 3.000 personas el n¨²mero de los que pod¨ªan acogerse a ese apartado del acuerdo, que deb¨ªan ser los primeros en abandonar Cuba.

Pero cuando el acuerdo apenas ten¨ªa seis meses de vigencia, Fidel Castro lo suspendi¨® indefinidamente porque Washington dio luz verde a la salida al aire de Radio Mart¨ª, emisora dependiente de la Voz de Am¨¦rica, impulsada por exiliados cubanos y que emite hacia la isla, donde es captada con una perfecta audici¨®n en todo el territorio cubano.

En julio de 1986 se reiniciaron los contactos en la capital mexicana entre funcionarios de EE UU y Cuba para volver a poner en vigor el acuerdo, lo que se consigui¨® el viernes pasado.