El aborto que viene
?Qu¨¦ est¨¢ pasando en este pa¨ªs, se pregunta el autor, que ya ha pasado dos a?os de la promulgaci¨®n de la ley de interrupci¨®n voluntaria del embarazo y a¨²n son una minor¨ªa las mujeres que tienen derecho a abortar legalmente?
La ley del aborto se publica en agosto de 1985; su desarrollo hasta la actualidad est¨¢ lleno de dificultades, tanto a nivel privado como p¨²blico, especialmente para las mujeres que pretenden acogerse a una interrupci¨®n legal del embarazo.Si repasamos los antecedentes hist¨®ricos en otros pa¨ªses de nuestro entorno, y especialmente la ley del aborto inglesa de 1967, encontramos un decalaje de un a?o entre su promulgaci¨®n y la puesta en pr¨¢ctica: tan s¨®lo en 1968 y de una manera general en 1969 las mujeres inglesas pudieron acogerse f¨¢cilmente a la ley, y todo ello tras varias sentencias que de alguna forma sentaron jurisprudencia.
En la actualidad, y desde hace muchos a?os, las inglesas y extranjeras que abortan en Inglaterra en su mayor¨ªa lo hacen por el supuesto de que un embarazo no deseado supone un grave riesgo ps¨ªquico para la mujer -la ley inglesa es similar en su contenido a la ley del aborto de 1985 promulgada en Espa?a.
?Qu¨¦ est¨¢ pasando en este pa¨ªs? Son ya dos a?os largos y todav¨ªa son una minor¨ªa las mujeres que tienen derecho a un aborto legal.
Me incluyo entre los profesionales de la medicina que sinceramente pensamos que en m¨¢s o menos tiempo la ley del aborto espa?ola ser¨¢ de una aplicaci¨®n pr¨¢cticamente similar a la inglesa; sin embargo, el ritmo de los acontecimientos hist¨®ricos est¨¢ manipulado por minor¨ªas con escaso implante en el espectro de las fuerzas pol¨ªticas y sociales de nuestro pa¨ªs.
En una Espa?a con a?os de democracia no dejamos de sorprendernos cuando asistimos a acontecimientos al menos inquietantes para una mayor¨ªa del pa¨ªs que ejerce la tolerancia como forma de convivencia.
La actuaci¨®n de los profesionales de la medicina en Pamplona que, con la informaci¨®n de que dispongo y la experiencia que en estos casos personalmente tengo, han interpretado la ley correctamente no impide el procesamiento de todos ellos e incluso, en una maniobra dif¨ªcil de entender, de la mujer a la que se realiz¨® el aborto legal.
La mujer hab¨ªa recibido una dosis de radiaci¨®n en los primeros d¨ªas de su embarazo dif¨ªcil de cuantificar en condiciones normales, y m¨¢s complejo cuando los radi¨®logos que realizaron las exploraciones radiol¨®gicas no facilitan la informaci¨®n solicitada. En este supuesto de graves taras f¨ªsicas para el feto como consecuencia de una exploraci¨®n radiol¨®gica m¨²ltiple, y en el beneficio de una duda razonable, los m¨¦dicos interpretan que hay presunci¨®n de malformaciones fetales. Todo este proceso es puesto en marcha ante la solicitud de la mujer, que no quiere asumir mayor riesgo de malformaciones que la poblaci¨®n general de embarazadas. En este supuesto, y apoyados en los dict¨¢menes pertinentes, le realizan una interrupci¨®n del embarazo legal.
Acci¨®n Familiar, una asociaci¨®n con escaso implante en el pa¨ªs, consigue con su denuncia del caso que un juez de Pamplona procese a todos los m¨¦dicos que han intervenido en el aborto y lo hace extensivo a la mujer, no por el hecho concreto del aborto, sino porque presume falsedad en los datos de la historia cl¨ªnica.
Acci¨®n Familiar consigui¨®, interponiendo un recurso, suspender en oto?o de 1986 una orden ministerial que ven¨ªa a facilitar la normativa de abortos tanto a nivel p¨²blico como privado, que suspend¨ªa la funci¨®n de las comisiones de evaluaci¨®n y que, en resumen, pretend¨ªa facilitar el acceso de las mujeres al aborto legal, todo ello dentro del marco general de los tres supuestos de la ley que en absoluto se modificaron.
Provida y Acci¨®n Familiar est¨¢n presionando de muy diferentes formas a las cl¨ªnicas privadas dedicadas al aborto, y en declaraciones a los medios de comunicaci¨®n afirman que van a conseguir su cierre...
Durante los dos ¨²ltimos a?os se han utilizado por estas organizaciones todo tipo de descalificaciones, campa?as de prensa y declaraciones contra los m¨¦dicos de los hospitales p¨²blicos que no hac¨ªan objeci¨®n de conciencia y que, con muchas dificultades, han intervenido en los escasos abortos legales realizados en la red de hospitales del Insalud. El hasta hace poco director de la maternidad de La Paz en Madrid y los m¨¦dicos de la unidad de interrupci¨®n de embarazo de dicho centro han tenido que soportar una campa?a de difamaci¨®n, cuando lo que estaban realizando, en su calidad de no objetores de conciencia, era asumir una asistencia contemplada dentro de las prestaciones de la sanidad p¨²blica.
Un m¨¦dico que libremente decide no acogerse a la objeci¨®n de conciencia en materia de aborto y que desarrolla su trabajo asistencial en un hospital p¨²blico tiene la obligaci¨®n de atender los casos de aborto contemplados en los tres supuestos de la ley. Evidentemente, su trabajo es m¨¢s dif¨ªcil, y estas organizaciones lo saben, cuando se presiona incluso con campa?as de prensa persecutorias que en el fondo pretenden obstaculizar su labor asistencial.
Merece la pena reflexionar sobre el comportamiento de las minor¨ªas que, amparadas en una serie de garant¨ªas propias de toda sociedad democr¨¢tica, son capaces de negar derechos inalienables que corresponden a las mayor¨ªas en su decisi¨®n individual.
Desde mi punto de vista, el espacio pol¨ªtico en este pa¨ªs tiene unos cauces conocidos por todos, que son el sufragio universal y la representaci¨®n parlamentaria. Algo no funciona cuando una minor¨ªa testimonial bloquea leyes, presiona colectivos, organiza campa?as de prensa y consigue alterar el desarrollo de una ley de aborto avalada por la mayor¨ªa parlamentaria.
Libertad
Dentro de unos a?os las mujeres abortar¨¢n en este pa¨ªs por decisi¨®n propia en un ejercicio responsable de su libertad y apoyadas en la presunci¨®n de riesgo ps¨ªquico que conlleva todo embarazo no deseado, pero mientras tanto ?qu¨¦ va a pasar? ?La sociedad mayoritaria va a permitir maniobras de minor¨ªas que bloquean el desarrollo de las leyes y que pueden sumir a las mujeres con embarazo no deseado en un rosario de penalidades y angustias que les pueden incluso llevar a un procesamiento?
Los profesionales de la medicina que no hacen objeci¨®n de conciencia necesitan el apoyo firme de la Administraci¨®n, tanto en su actividad p¨²blica como privada, para poder llevar a cabo una aplicaci¨®n de la ley del aborto sin las dificultades actuales.
Los m¨¦dicos no hemos hecho la ley del aborto; nuestra responsabilidad pasa por aplicarla en los supuestos legales, y como t¨¦cnicos, realizar nuestra labor asistencial. Es competencia de la Administraci¨®n p¨²blica y de sus redes asistenciales conseguir una viabilidad de la ley.
Las leyes pueden esterilizarse cuando no existen medios humanos o materiales para su aplicaci¨®n y el peso de la viabilidad recae exclusivamente en los profesionales de la medicina.
Ni los m¨¦dicos no objetores son h¨¦roes ni pretenden en absoluto ser m¨¢rtires en su trabajo cotidiano; tan s¨®lo son consecuentes con una postura personal. En este sentido, la Administraci¨®n debe apoyarles con hechos concretos, y es de su exclusiva competencia crear la infraestructura para que tanto a nivel p¨²blico como privado esta ley pueda desarrollarse.
La Administraci¨®n, y en concreto el ejecutivo de los ministerios de Justicia y de Sanidad, y los profesionales que no hacemos objeci¨®n de conciencia tenemos que ser conscientes de que el procesamiento de Pamplona no va a ser un caso aislado y que las minor¨ªas antes citadas, con su influencia ideol¨®gica en nuestro sistema judicial, nos van a traer en un futuro una serie de procesamientos que, aunque poco agradables, estoy seguro que servir¨¢n para acelerar el ritmo de los acontecimientos hist¨®ricos para llegar al punto donde se encuentran las mujeres de las democracias europeas.
Las mujeres espa?olas ante un embarazo no deseado podr¨¢n optar por las dos alternativas que una mujer libre y responsable puede tomar: continuar el embarazo o interrumpirlo.
Todos necesitamos respeto a la mujer y tolerancia en el aborto que viene.
es jefe del servicio de obstetricia y ginecolog¨ªa del hospital Severo Ochoa de Legan¨¦s (Madrid).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.