La revuelta de los trabajadores de Brasov

Los obreros rumanos que asaltaron, el pasado domingo 15 de noviembre, el Ayuntamiento y la sede del partido comunista en la ciudad de Brasov se encontraron dos sorpresas. En el Ayuntamiento estaba preparada la mesa para un banquete de los funcionarios en celebraci¨®n de las elecciones municipales. En el s¨®tano de la sede del partido localizaron un economato para los dirigentes con alimentos y art¨ªculos de consumo que los asaltantes no hab¨ªan visto desde hac¨ªa a?os en. las tiendas comunes. La indignaci¨®n no hizo sino crecer ante este nuevo agravio.

Los asaltantes saquearon el economato y la mesa servida y lanzaron los alimentos a la masa de gente que se agolpaba ante los edificios. Seg¨²n van trascendiendo a Occidente datos de la revuelta de Brasov se fortalece la impresi¨®n de que la poblaci¨®n rumana, pese a su tradicional sumisi¨®n, est¨¢ llegando a los l¨ªmites de su tolerancia. El presidente Niolae Ceaucescu viaj¨® el pasado lunes a Egipto, como estaba previsto. Pero la aparente normalidad queda desmentida por la noticia de que la conferencia del partido, prevista para celebrarse del 7 al 9 de diciembre, ha sido postergada una semana.La situaci¨®n no puede sino agravarse. Decretos presidenciales que comenzaron a aplicarse el pasado a?o establecen la reducci¨®n de los sueldos a los obreros de las f¨¢bricas que no cumplan los objetivos de producci¨®n. Estos objetivos no pueden cumplirse en muchos casos por falta de materiales, repuestos o energ¨ªa.

?sta fue una de las causas del levantamiento de los trabajadores de la f¨¢brica Steagul Rosu (Estrella Roja) de Brasov. No es de extra?ar que en las minas los trabajadores mezclen entre el carb¨®n tierra y piedras para cumpir los objetivos de producci¨®n, determinados por el peso.

Invierno dram¨¢tico

El pr¨®ximo invierno amenaza con ser m¨¢s dram¨¢tico si cabe que los anteriores. Las esperanzas de que con la visita a Ruman¨ªa del dirigente sovi¨¦tico, Mijail Gorbachov, en mayo, cimbiara algo en el r¨¦gimen de Ceaucescu se han desvanecido. El presidente rumano se ha erigido en principal adversario de las reformas propugnadas por el Kremlin. Para Ceaucescu, las defliciencias que se dan en Ruman¨ªa son causa de la mala gesti¨®n de sus ministros y la escasa producci¨®n que realiza la poblaci¨®n.Su pol¨ªtica se centra, por un lado, en "imponer disciplina" a los trabajadores. Ante el dificil invierno y posibles muestras de descontento, nombr¨® en octubre ministro del Interior al temido jefe de los servicios secretos, Tudor Postelnicu. Por otra parte, aplica cada vez con m¨¢s frenes¨ª su pol¨ªtica de rotaci¨®n, que supone el cesar cada pocos meses a varios ministros.

El clan del tit¨¢n de titanes -como gusta llamarle la prensa oficial- es grande y poderoso. Su mujer, Elena, es viceprimera ministra, miembro del Comit¨¦ Ejecutivo (CE) y secretaria del Comit¨¦ Central (CC). Su hijo, Nicu, hasta hace semanas ministro de la Juventud, es ahora jefe del partido en la regi¨®n de Sibiu, lo que, en contra de interpretaciones contrarias en medios occidentales, es un ascenso.

Sus tres cu?ados est¨¢n en la c¨²pula. Manea Manescu ha sido primer ministro; hoy es vicepresiciente del Estado, presidente de la comisi¨®n de planificaci¨®n y miembro del CE. llie Verdet sucedi¨® a Manescu en la jefatura del Gobierno, es secretario del CC y miembro del CE. Miu Dobrescu es miembro del CE y presidente de los sindicatos.

Ceaucescu tampoco olvid¨® a sus hermanos. Ilie, teniente general, es jefe del Consejo Pol¨ªtico de las Fuerzas Armadas, viceministro de Defensa y miembro del CC. Nicolae A., tambi¨¦n teniente general, es viceministro del Interior. Ion es vicepresidente de la Comisi¨®n de Planificaci¨®n. Su cu?ado George Petrescu, hermano de su mujer, es viceprimer ministro. Vasile Barbulescu, tambi¨¦n cu?ado, es jefe del partido en Olt. Elena Barbulescu, hermana del presidente, es directora del Instituto Hist¨®rico. Estos casos son parte, principal pero peque?a, del nepotismo del "primer pensador de la tierra".

Seg¨²n observadores extranjeros, hoy en d¨ªa Nicolae Ceaucescu ya s¨®lo conf¨ªa en los servicios secretos y su familia. Siempre desconfi¨® de las fuerzas arma.. das. Hay qui¨¦n asegura que sus guardaespaldas prueban su comida antes que ¨¦l. Los que le son fieles, lo son por temor a perder los privilegios que les separan de la miseria, general.