Mijail Gorbachov
La historia de aquella ideocracia, dijo, era como un palimpsesto en el que se superpon¨ªa la relaci¨®n de unos acontecimientos descritos e interpretados de forma a veces contradictoria y, en cualquier caso, distinta, en aquella fase de intensa lucha ideol¨®gica en la que el poder colegiado de unos responsables con dignidad y atributos de cardenales hab¨ªa dado paso a la autoridad de un Pont¨ªfice ¨²nico, la exposici¨®n del pasado y los hechos supuestamente establecidos deb¨ªa ser reelaborada a diario a la luz de nuevos dogmas, anatemas y concilios, las obras oficiales recientes, incluso las de autores conocidos por su impecable ortodoxia, eran proclamadas ap¨®crifas y retiradas de los estantes de las librer¨ªas por no ajustarse a la verdad de los ¨²ltimos cambios, descubrimientos y autocr¨ªticas, el aplastamiento de las tentativas de oposici¨®n sucesiva restring¨ªan cada vez m¨¢s el ¨¢mbito de las discusiones y desacuerdos, despu¨¦s de toda confrontaci¨®n abierta o insinuada, lo juzgado hasta entonces legal o simplemente tolerado se transformaba en una suerte de crimen inexpiable; una mera charla a media voz con uno de los sospechosos o apestados constitu¨ªa una grave infracci¨®n a la norma unitaria, por la que el culpable ten¨ªa que implorar perd¨®n y someterse a la humillaci¨®n de una abjuraci¨®n p¨²blica, conforme el conflicto interno recrudec¨ªa y se generalizaba el recurso a los medios de disuasi¨®n policiales, la congregaci¨®n de los ortodoxos advert¨ªa que las diferentes y ya expurgadas versiones hist¨®ricas de la creaci¨®n y afianzamiento de la nueva Iglesia mostraban una magnanimidad sospechosa con los opositores de la ¨²ltima hornada, flamantes interpretaciones de acontecimientos remotos o cercanos borraban y abol¨ªan-las apenas acabadas de redactar, los investigadores se manten¨ªan al acecho de los informes y directivas emanados del Santo de los Santos para suprimir, modificar, corregir y agregar elementos y datos; cuando una obra parec¨ªa acabada y lista para la imprenta, la revelaci¨®n s¨²bita de la conducta y m¨®viles cuidadosamente ocultos de alguno de los personajes encomiados pon¨ªa en tela de juicio los fundamentos de la empresa y obligaba al imprudente a precipitarse al departamento en el que se hallaba su escrito potencialmente incriminatorio y hacerlo desaparecer, y en caso extremo, trag¨¢rselo antes de que alg¨²n colega envidioso o con ganas de hacer m¨¦ritos corriera a denunciarlo, las cosas hab¨ªan llegado al punto de que toda ausencia del puesto de trabajo, por breve que fuese, pod¨ªa poner en peligro la vida del investigador o al menos su carrera, los m¨¢s concienzudos y astutos renunciaban a dormir en sus casas y permanec¨ªan en vela en los aposentos contiguos a la biblioteca, pendientes de la lectura de los editoriales de la Prensa y escucha de los boletines informativos de la radio; su teje y desteje de lienzos de Pen¨¦lope les hac¨ªa tachar y enmendar por la noche lo que hab¨ªan escrito por la ma?ana, sus obras no avanzaban y tem¨ªan, con causa, ser acusados de sabotaje y holgazaner¨ªa; en las pausas y horas muertas de su faena combat¨ªan la angustia consagrando su tiempo a retocar las l¨¢minas y fotograf¨ªas que deb¨ªan ilustrar la edici¨®n de sus futuras obras y enciclopedias, no s¨®lo hab¨ªa que eliminar a los herejes indignos de aparecer en ellas, sino modificar tambi¨¦n la prioridad e inmediatez de los dem¨¢s al Jefe de acuerdo al grado de solicitud que ¨¦ste les manifestaba, rejuvenecer y subrayar la vitalidad y energ¨ªa de los rasgos de quienes gozaban de su favor y acentuar las se?ales de deterioro o vejez de quienes parec¨ªan caer en desgracia, esa tarea, ininterrumpida y fren¨¦tica, les privaba de sue?o y vagaban d¨ªa y noche por los despachos de su departamento, son¨¢mbulos y fantasmales con sus largos abrigos de piel y gorros cosacos, resueltos a no dejarse sorprender por los bandazos y variaciones de la l¨ªnea oficial y su correspondiente percepci¨®n del pasado, ni el cansancio ni el fr¨ªo hac¨ªan mella en ellos, poco a poco hab¨ªan llegado a la conclusi¨®n razonable de que si el Pont¨ªfice era el garante y sustentador de una verdad con la cual en ning¨²n caso pod¨ªan equivocarse, el mejor medio de evitar el riesgo y salir de la intemperie y turbulencias a las que estaban expuestos consist¨ªa en escribir como ¨¦l y transformar el estilo personal de cada uno en un estilo colectivo, en vista de las ¨²ltimas y sobrecogedoras experiencias de algunos de sus colegas, decidieron que en adelante no iban a contentarse con seguir al pie de la letra sus normas e ideas, sino imitar igualmente sus giros, estilo y vocabulario, atarugar sus textos de citas suyas hasta disimular la propia escritura, conseguir la invisibilidad de los amanuenses, reemplazar los libros, todos los libros, aun los m¨¢s devotos y beat¨ªficos, por un libro ¨²nico y perfecto, el compuesto por sus discursos a los creyentes, sin otra introducci¨®n ni comentario que frases o p¨¢rrafos extra¨ªdos a su vez del texto original de aquel glorioso e infalible autor, de quien ser¨ªan para siempre jam¨¢s recopiladores escrupulosos y fieles.
autor de Juan sin tierra y Makbara, escribi¨® este art¨ªculo como un sue?o cuyo t¨ªtulo completo es: Mijail Gorbachov escucha en sue?os las revelaciones del profeta desarmado Isaac Deutscher sobre los apuros de los historiadores en el per¨ªodo del culto a la personalidad.
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