Un solista con futuro

L¨®pez Cobos ha proseguido en su segundo concierto de la temporada con otro programa monogr¨¢fico dedicado, despu¨¦s de Mozart, a Beethoven, y de ¨¦l se han programado dos obras cumbres, como el Cuarteto opus 131 y el Cuarto concierto para piano, junto a otra de mucha menos entidad, La fantas¨ªa para piano, coro y orquesta, cerrando una sesi¨®n a modo de concesi¨®n a la galer¨ªa, es decir, con toda la artiller¨ªa.No hab¨ªa hecho falta, pues el m¨ªnimo dif¨ªcil Cuarteto bien hubiera podido cerrar el acto con ¨¦xito pleno. L¨®pez Cobos contin¨²a obteniendo, tras la pasada interpretaci¨®n de la Sinfon¨ªa J¨²piter, de Mozart, los mejores rendimientos brindados por la orquesta hasta la fecha. Hubo empaste en la versi¨®n ampliada para las cinco docenas de instrumentistas de cuerda del citado Cuarteto, claridad y transparencia, a pesar de no ser esta secci¨®n punto fuerte de la ONE, lo que viene a incrementar los m¨¦ritos de una interpretaci¨®n que respondi¨® a la desolada inspiraci¨®n de las fugas entrecortadas de sendos adagios, al infrenable j¨²bilo del presto y a la vigorosa batalla instrumental, por no citar la coherencia en el planteamiento de a cima de la obra: las soberbias variaciones del andante central, Otra cosa es que la aut¨¦ntica grandeza del Cuarteto, que tanto admir¨® a Wagner, quede enmascarada por la grandeza de una agrupaci¨®n ampliada.

Reaparici¨®n

La reaparici¨®n del pianista Jos¨¦ Mar¨ªa Pinzolas, que hab¨ªa dejado una extraordinaria impresi¨®n en un no lejano Tercer concierto, de "Beethoven, era esperada con inter¨¦s m¨¢xime por el atrevimiento de abordar el m¨¢s dif¨ªcil de los conciertos del compositor.Dif¨ªcil t¨¦cnicamente, pero sobre todo musicalmente. Pocos pianistas han acertado plenamente en ¨¦l. Rubinstein no acab¨® de redondearlo, Barenhoim siempre toc¨® a la perfecci¨®n el andante pero no siempre pudo responder en todo el rond¨®, por citar s¨®lo a dos grandes. Esto ¨²ltimo es lo que exactamente requiere la obra, y supone un elogio para el cacere?o el haber salido airoso del empe?o, aunque en su versi¨®n, planteada con equilibrio y un buen criterio global, se valorase m¨¢s la precisi¨®n y la pulcritud -incluso al resolver el ataque del rond¨®- que la profundidad po¨¦tica. M¨¢s a su aire y con menos cohibimiento interpret¨® su parte en La fantas¨ªa, una obra de compromiso del autor, que cerr¨® el concierto en clima de apoteosis. Triunfo para el coro, para la orquesta, director y un solista de los de m¨¢s brillante futuro en el panorama espa?ol.