Heidegger y Julio Iglesias
Recuerdo que hace ya un tiempo, en el programa de Pablo Lizcano Fin de siglo, apareci¨® el ex mayordomo de Julio Iglesias, que, al parecer, hab¨ªa publicado un libro en el que revelaba ciertos eventos de la vida privada del cantante, con la inevitable dosis de morbo que esto conlleva.Hoy, leyendo las p¨¢ginas de EL PA?S (19 de noviembre de 1987) sobre la continuidad y coherencia del pensamiento y acci¨®n en Heidegger, a cargo de su disc¨ªpulo V¨ªctor Farias, me ha venido a la cabeza la imagen de aquel buen hombre (el mayordomo) relatando alguna que otra cosilla en torno al cantante con una indiferencia forzada que no lograba ocultar su orgullo al ofrecer a la opini¨®n p¨²blica toda la verdad sobre su ¨ªdolo.
Que el sue?o metaf¨ªsico de Heidegger envolv¨ªa la sangrienta pesadilla hist¨®rica del nazismo, efectivamente, no es la primera vez que se apunta, pero parece ser ahora cuando parece que se va a exigir, por la v¨ªa del funcionario V¨ªctor Farias y formalmente de la comunidad filos¨®fica, una condena firme del pensamiento heideggeriano. Ahora -se lee entre l¨ªneas- ya no ser¨¢ posible pensar a Heidegger sin evitar un rictus de pavor ante la contemplaci¨®n en su obra del horroroso cuadro de las c¨¢maras de gas y los crematorios.
La conclusi¨®n parece ser la de que todo fil¨®sofo bien nacido debe demostrar su pureza de sangre filos¨®fica y hacer valer un certificado de no contaminaci¨®n te¨®rica respecto de la metaf¨ªsica heideggeriana.
Mal lo van a tener los que se reconocieron de alguna manera influidos por el fil¨®sofo en cuesti¨®n. ?Habr¨¢ que demoler apresuradamente a?os de reflexi¨®n para no ser c¨®mplices a posteriori de los carniceros de Mauthausen? Justamente ahora que se hab¨ªa establecido la conexi¨®n entre las tesis de Heidegger sobre la t¨¦cnica y la nada sospechosa Escuela de Francfort. Justamente ahora que Rorty le inscribe en la tradici¨®n de fil¨®sofos propiciadores de la conversaci¨®n (lejos del ?ar! en la misma sana tradici¨®n dial¨®gica de Plat¨®n. Justamente ahora que, olvidados los palos de ciego de Carnap, se hab¨ªa invitado a Heidegger a la misma fiesta que al angelical y apasionado Wittgenstein, llegado a lomos de las m¨¢s po¨¦ticas proposiciones del Tractatus.
Alg¨²n experto en prospectiva de car¨¢cter retroactivo podr¨ªa interrogarse acerca de si Nietzsche, en caso de haber resistido en el mundo 30 a?os m¨¢s, se hubiese afiliado al partido nazi. ?Tendr¨ªamos que escupir sobre su tumba? (Los que todav¨ªa no lo hemos hecho, claro.)
Me pregunto si, aun en el caso (doctores tiene la Santa Madre Iglesia que lo aclarar¨¢n) de ser incuestionable la conexi¨®n entre teor¨ªa y pr¨¢ctica en el caso Heidegger, esto supondr¨ªa un desencanto sobre su pensamiento. En este respecto, la contundente sinceridad de Derrida es chapeau!-
Eduardo Teillet Rold¨¢n.
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