El Madrid resolvi¨® ante el Dietor
![Luis G¨®mez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F2ce46456-ac54-4700-96db-0b8f394a4fda.jpg?auth=77002eb2305650451646ff522b8a51b014f7c806758a28329fafa3c3944a40f6&width=100&height=100&smart=true)
El Real Madrid no gana por asfixia, por superioridad f¨ªsica o num¨¦rica, ni arrolla o hunde al rival por efecto de un juego fluido y contundente. A veces gana por oficio y otras por vicio, pero aburre. Gana muchas veces porque tiene m¨¢s equipo y m¨¢s hombres que quieren ganar como sea, que les gusta ganar. Pero no est¨¢n disfrutando con estas victorias. Y, ayer, exist¨ªa curiosidad, ante el primer choque realmente importante en dos meses de competici¨®n, por ver c¨®mo ganaban.Ganaron en ocho minutos y de una forma bien simple: una defensa en primera l¨ªnea m¨¢s ajustada gracias a la aportaci¨®n de Del Corral, un esp¨ªritu m¨¢s veloz en la zona gracias a Antonio Mart¨ªn, cuatro pases bien dados de Corbal¨¢n y tres o cuatro canastas impecables de Alexis. Antes y despu¨¦s de estas acciones tan normales, tan poco aparatosas, hubo un mal partido, resuelto al fin y al cabo discretamente.
Pero, adem¨¢s, el encuentro siempre dio la sensaci¨®n de ser un espect¨¢culo incompleto: el Dietor no parec¨ªa ser un verdadero equipo italiano, el Real Madrid era un conjunto soso y aburrido y el Palacio de los Deportes no era ese recinto caliente y amplio de los buenos acontecimientos. Todos, pues, p¨²blico y protagonistas, coincidieron extra?amente en no darle al choque demasiada importancia, como si estuviera puesto a destiempo.
Ante ese equipo numeroso pero poco hilado, el Dietor fue presentando cent¨ªmetros en vez de juego. Con bases de m¨¢s de 1,90 y aleros de 2,04, su actuaci¨®n fue necesariamente lenta. Lo curioso es que tan poca velocidad terminara por contagiar a los madridistas, lo que le supuso evidentes problemas en una primera parte real mente discreta. En la segunda, perdi¨® presencia ante la velocidad del Madrid en esos ocho minutos y s¨®lo registr¨® 27 tantos, de los que diez fueron en momentos postreros y gracias a reiteradas imprecisiones de Fernando Mart¨ªn.
As¨ª que el Madrid es una m¨¢quina de ganar partidos, pero no una m¨¢quina de hacer buen juego y ese hecho genera curiosos desajustes. Por ejemplo, Llorente, esclusivamente dedicado a la defensa, o Alexis, curioso caso. Todo lo que hace Alexis es limpio, impecable y fr¨ªo: cuando tira de tres puntos, cuando entra a canasta, cuando le da un pase al rival, cuando se despista. Alexis, inmutable, es como un extra?o en el equipo.
La n¨®mina de desajustes termina arriba, entre los cuatro pivots. Hay cuatro, s¨ª, pero no hay pareja, que es de lo que se trata. Hay cambios de parejas, como ayer, con el proceso Romay-Mart¨ªn, Romay-Branson, Branson-Antonio y Mart¨ªn-Mart¨ªn. Empez¨® muy bien Romay, hasta que le sacaron un ojo de un casta?azo, pero termin¨® imponi¨¦ndose Antonio Mart¨ªn, otro caso curioso: pasados dos meses nadie tiene la impresi¨®n de que le est¨¦n regalando minutos.
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