'Glasnost, SL'
Los 'cachorros' de la 'perestroika' preparan el camino a su l¨ªder en EEUU
Una avanzadilla formada por los m¨¢s duchos luchadores de la perestroika, coordinados desde el Departamento de Propaganda del Comit¨¦ Central del Partido Comunista Sovi¨¦tico, ha preparado durante una semana el terreno para la llegada esta noche a Washington de Mijail Gorbachov. Desde principios de este mes, los funcionarios sovi¨¦ticos -todos ellos del sexo masculino- m¨¢s conocidos en Occidente en los campos de la econom¨ªa, la cultura, el an¨¢lisis pol¨ªtico y el periodismo han dado en Washington decenas de briefings (charlas informativas informales), palabra que se ha incorporado a la jerga sovi¨¦tica.
Personajes como el economista Abel Agambegian o el director del Instituto de Investigacion Espacial, Roald Sagdeyev, cuyo tiempo es precioso y escaso en Mosc¨², se han sometido a preguntas que en ocasiones han sido provocativas y otras veces ingenuas o sorprendentemente frescas a los ojos de quienes frecuentar. tales charlas en la capital sovi¨¦tica. La delegaci¨®n de la URS S, formada por unos 160 expertos y una veintena de funcionarios de la informaci¨®n y la propaganda, se han, alojado en dos hoteles vecinos a su embajada, el Madison y el Vista.Para encontrarse con ellos basta con ir al Madison a la hora del desayuno. All¨ª, en un comedor especial al que los empleados del hotel llaman jocosamente el Galag, se toman su caf¨¦ con leche el vicepresidente de la Academia de Ciencias experto en la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI), Eugueni Velijov; el presidente de la agencia Novosti, Valentin Falin, y el director del Instituto de Eo,onom¨ªa Mundial y Relaciones Internacionales, Evgueni Primakov, entre otros.
Muchos de quienes aqu¨ª se hallan son ya veteranos en cumbres, pues estuvieron en Ginebra en noviembre de 1985 y en Reikiavik en octubre de 1986. La experiencia se nota. Esta vez han llegado antes y han procedido de una forma m¨¢s organizada y tranquila que en el pasado. En Ginebra, VIadimir Lomeiko, entonces portavoz del Ministerio de Exteriores, abandon¨® la sala porque en ella no hab¨ªa espacio suficiente para ¨¦l e Irina Grivnina, una disidente a quien se hab¨ªa permitido poco antes la salida de la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
El viernes pasado, en el sal¨®n de baile del Centro Nacional de Prensa de Washington hab¨ªa sitio para todos, y Natan Shcharanski, el disidente liberado en 1986 tras nueve a?os de internamiento, contemplaba educadamente c¨®mo los directores de las revistas bandera de la perestroika, Vital? Korotich, de Ogoniok, y Egor Yakovlev, de Novedades de Mosc¨², defend¨ªan posiciones bajo la vigilante tutela de Albert VIasov, el vicejefe del Departamento de Propaganda del Comit¨¦ Central.
?Intentaron Korotich y YakovIev publicar el discurso de Boris Eltsin, el ex jefe de la organizaci¨®n del partido en Mosc¨², ante el Comit¨¦ Central, sin duda la pieza m¨¢s codiciada por cualquier corresponsal occidental en la URSS? "?No lo he intentado, y hubiera considerado incorrecto publicar una intervenci¨®n del pleno del partido. Una raz¨®n es que tendr¨ªa que publicar las otras 26 intervenciones de la reuni¨®n", dijo Yakovlev. El p¨²blico interrumpi¨® a Yakovlev: "?Cu¨¢ndo van a permitir una Prensa libre? No es verdad que tengan libertad de prensa. No dejan a la gente publicar libremente, la meten en la c¨¢rcel".
Momento de confusi¨®n
Hubo un momento de confusi¨®n hasta que Korotich respondi¨® con tranquilidad: "El discurso de Eltsin se hizo en unas condiciones espec¨ªficas determinadas. El pleno es un acontecimiento interno del partido al que no se permite la entrada a los periodistas... No puedo pasar por encima de la Constituci¨®n y las leyes internas del pa¨ªs, y no quiero hacerlo".En ocasiones, las preguntas sobre derechos humanos o la represi¨®n estalinista pon¨ªan en aprieto a los ponentes. Las respuestas, a su vez, decepcionaban al auditorio. "No hay retraso en el programa legislativo", afirmaba con tranquilidad el director del Instituto de Estado y Derecho, Vladimir Kudryavtsev. Un instante despu¨¦s se ve¨ªa obligado, a rectificar la mentira: "El retraso se debe a la aprobaci¨®n de otras leyes no previstas anteriormente".
Los sovi¨¦ticos jugaban m¨¢s a la defensiva y menos seguros de s¨ª mismos aqu¨ª en Washington que en su propia casa. Entre el Korotich de las veladas populares de Ogoniok en los cines de Mosc¨² y el de Washington hay diferencias.
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