Donaci¨®n de ¨®rganos
Cuando leo o me entero de noticias como la aparecida en EL PA?S del pasado 30 de octubre cuyo t¨ªtulo dice "13 ni?os espa?oles necesitan recibir urgentemente un h¨ªgado", y agrega que algunos estaban en situaciones muy cr¨ªticas, con una esperanza de vida de seis meses y, tener, por otro lado, conocimiento que no s¨®lo estos trasplantes, sino muchos cientos o miles m¨¢s que se tendr¨ªan que realizar no se pueden efectuar, en parte por la negativa de los familiares del fallecido que se oponen a la extracci¨®n, de los ¨®rganos, me llena de profunda y amarga tristeza, pena, estupor y perplejidad.Se me vienen a la mente las palabras que mi hija Mar¨ªa Pilar nos dec¨ªa cuando habl¨¢bamos de este tema: "Cuando me muera donad todos mis ¨®rganos, pues para que se pudran y se los coman los gusanos, es m¨¢s humanitario que los trasplanten a aquellas personas que los necesitan y as¨ª se les podr¨ªa salvar la vida". Ella no pod¨ªa sospechar que iba a tener una fugaz vida y prematura muerte (falleci¨® el 23 de marzo de 1986, a los 17 a?os) y que nosotros ¨ªbamos a cumplir fielmente sus tantas veces expresados deseos, sinti¨¦ndonos por ello muy satisfechos y orgullosos de la magnanimidad y bondad de nuestra hija.
A veces suelo hablar con la receptora de los ¨®rganos de mi hija -que, por cierto, ignora que soy el padre de la chica que le don¨® el ri?¨®n que tiene trasplantado- y siento una inefable satisfacci¨®n al contemplar lo bien que est¨¢ de salud y o¨ªr de su boca la inmensa gratitud que siente por ella.
Es ?decible lo que se siente por haber contribuido al bienestar o prolongaci¨®n de la vida de otra persona, pero puedo decir que es un noble sentimiento indescriptible y muy gratificante que llena serena y pl¨¢cidamente el esp¨ªritu.
Por otra parte, en esta persona ve¨ªa que mi hija no hab¨ªa muerto totalmente y que parte de su ser se encuentra en la trasplantada, vivific¨¢ndola y llevando a ella y sus familiares la alegr¨ªa de vivir y a nosotros, dentro de la inmensa pena que sentimos por su p¨¦rdida, la satisfacci¨®n de saber que su muerte no fue en vano, pues sirvi¨® para dar a otros la vida que ella perdi¨®.-
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