Voces incomprensibles

EL PA?S se escribe en espa?ol, como paladinamente lo manifiesta en sus p¨¢ginas y lo declara su Libro de estilo; no obstante, en ¨¦l aparecen con frecuencia palabras extranjeras cuyo significado desconoce la mayor¨ªa -cuando no la casi totalidad- del p¨²blico. A esos vocablos de otras lenguas hay que a?adir los abundantes t¨¦rminos t¨¦cnicos que escapan a la comprensi¨®n de la generalidad de los lectores. Los extranjerismos y tecnicismos abundan principalmente en noticias, reportajes y cr¨®nicas sobre temas de la ciencia y de la econom¨ªa. El abuso de este tipo de voces ha dado lugar a dos quejas."Desde mi condici¨®n de profano en asuntos financieros", escribe un lector remiti¨¦ndose a la secci¨®n Econom¨ªa / Trabajo, no veo motivo para alejara los aficionados a este tipo de informaci¨®n mediante el uso de m¨²ltiples t¨¦rminos t¨¦cnicos que no llevan la deseable aclaraci¨®n conceptual entre par¨¦ntesis". "Tengo que confesar", a?ade, "que ha habido d¨ªas en que ciertos art¨ªculos y cr¨®nicas parec¨ªan responder a la intenci¨®n deliberada de dirigirse exclusivamente a los mismos que generan cada informaci¨®n, a los afectados direct¨ªsimamente. El equilibrio entre el rigor y la divulgaci¨®n no es sencillo, pero s¨ª posible".

Otro comunicante se?ala el titular de una cr¨®nica, tambi¨¦n de la secci¨®n Econom¨ªa / Trabajo, del pasado lunes 7, que dec¨ªa: "La Comisi¨®n Europea enviar¨¢ [a Espa?a] antes de dos semanas el avis motiv¨¦ sobre el monopolio de petr¨®leos". Cort¨¦smente quejoso, pregunta: "?Qu¨¦ es eso del avis motiv¨¦? El texto, adem¨¢s de no explicarlo, nos deja patidifusos, porque resulta, por si no nos hemos enterado, que el avis motiv¨¦ es 'continuaci¨®n de la denominada mise en demeure'. Sigo sin entenderlo. ?Ser¨¦ un zoquete?".

Manuel Navarro, jefe de la secci¨®n, admite que el lector tiene raz¨®n cuando se?ala la utilizaci¨®n de muchos t¨¦rminos t¨¦cnicos en el lenguaje habitual de Econom¨ªa / Trabajo. "El equilibrio entre rigor y divulgaci¨®n", explica, "es tambi¨¦n un objetivo para la secci¨®n. Desgraciadamente, en una informaci¨®n diaria, donde el espacio est¨¢ limitado, es casi imposible explicar todos los concel tos cada vez que se utilizan (que suele ser casi a diario). En frecuentes ocasiones se realiza este tipo de esfuerzo y los editores se ven obligados a recortar las explicaciones para poder incluir otros datos que completan la informaci¨®n". Navarro a?ade: "La carta del lector nos recuerda que debemos profundizar, en la medida de nuestras posibilidades, esa labor de divulgaci¨®n en la secci¨®n diaria".

Las normas de redacci¨®n de EL PA?S son di¨¢fanas: el estilo debe ser claro y f¨¢cilmente comprensible para el lector. "Las palabras empleadas deben ser comunes, pero no vulgares. Cuando haya que introducir t¨¦rminos poco frecuentes (...) es preciso explicar al lector su significado".

Parece palmario que avis motiv¨¦ y mise en demeure no son palabras vulgares; en esto vaya si se ha cumplido la norma. Sin embargo, hay que convenir en que no son expresiones f¨¢cilmente comprensibles para el com¨²n de los lectores. Y de lo que se trata es de que todo sea f¨¢cilmente comprensible.

Las expresiones avis motiv¨¦ y mise en demeure no son f¨¢ciles de traducir al lenguaje jur¨ªdico espa?ol, contesta Alberto Valverde, autor de la. informaci¨®n. Esos t¨¦rminos se: emplean en los tr¨¢mites -"ya explicados en anteriores informaciones al respecto"- de la Comunidad Europea previos al env¨ªo al Tribunal de Justicia de Luxemburgo de una disputa entre la CE y un Estado miembro.

Alberto Valverde detalla y documenta el proceso que se sigue cuando surge la disputa. En lenguaje llano, y para contestar al lector, he aqu¨ª un resumen de la documentada explicaci¨®n facilitada por Valverde. Una mise en demeure equivaldr¨ªa a una especie de carta de advertencia c requerimiento; un avis motiv¨¦, a un dictamen motivado.

Cuando la CE estima que un Estado miembro ha violado cualquier norma del Tratado de Roma, primero ambas partes establecen contactos oficiosos para resolver amistosamente el problema. Si no hay acuerdo por parte del Estado, la CE le abre una ficha de inflacci¨®n y le remite una carta de advertencia o requerimiento (mise en demeure), que se?ala un plazo para contestar o proceder a las recomendaciones que propone. Transcurrido el plazo sin resultados positivos, la CE env¨ªa al Estado un dictamen motivado (avis motiv¨¦) en el que se argumenta por qu¨¦ interpreta que se ha violado el Tratado de Roma. Transcurrido un plazo sin respuesta o sin cumplimiento satisfactorio, tanto la CE como el Estado afectado pueden llevar la disputa ante el Tribunal de Luxemburgo.

"Hay que advertir", se?ala Valverde, "que, debido a lo inusual del proceso y al hecho de nuestra reciente pertenencia a la CE, los t¨¦rminos est¨¢n a¨²n sin una nomenclatura castellana espec¨ªfica aceptada, seg¨²n me dicen expertos jur¨ªdicos comunitarios, como Daniel de Busturia, responsable del gabinete jur¨ªdico que asesora a los intereses petrol¨ªferos espa?oles en el caso. S¨ª se han utilizado los t¨¦rminos franceses originales es porque todas las fuentes lo hacen al hablar del caso y porque, creo, la utilizaci¨®n de una versi¨®n castellana aproximada hubiera creado a¨²n mas confusi¨®n".

Valores desgravables

En el suplemento Negocios del pasado 22 de noviembre, bajo el ep¨ªgrafe de 'Impuestos', J. Mariano de Rioja firmaba un art¨ªculo titulado "Consecuencias fiscales antes de que finalice el a?o", que pretend¨ªa destacar algunas de las innovaciones que introduce el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado que se discute en el Congreso.

Seg¨²n el lector Fernando Reguera Cardiel -"no soy un experto", advierte-, de este trabajo se deduce que pueden suscribirse (nunca compra directa) acciones en 1987 con desgravaci¨®n del 10% en la cuota y venderse cuando se quiera a partir del 1 de enero de 1988 sin p¨¦rdida de desgravaci¨®n". "?Ojal¨¢ fuera as¨ª!", exclama. ?l particularmente y otros peque?os ahorradores saldr¨ªan beneficiados, asegura. "Creo, sin embargo, que ello no es cierto al leer el proyecto", a?ade.

En efecto, no es cierto. J. Mariano de Rioja aclara que "se trata de un error que se desliz¨® debido a las variaciones que han sufrido los textos del anteproyecto de ley".

Por tanto, y lamentablemente, quienes hayan podido creer lo que con acierto no crey¨® el lector, deben conocer esta aclaraci¨®n de J. Mariano de Rioja: "Las acciones que se acojan a desgravaci¨®n en 1987 no resultan exoneradas del requisito de permanencia [en el patrimonio], y s¨ª que, previsiblemente, lo ser¨¢n las acogidas a deducci¨®n en los a?os anteriores".

En su descargo, J. Mariano de Rieja alega que el art¨ªculo ten¨ªa el contenido meramente ilustrativo de las modificaciones que podr¨ªan introducirse en el Presupuesto de 1988. La ley, adem¨¢s, todav¨ªa puede sufrir alteraciones.

La ENA, una escuela que funciona

En un trabajo de Carlos Y¨¢rnoz sobre el elevado n¨²mero de pilotos de las Fuerzas A¨¦reas que han solicitado ingresar en las compa?¨ªas comerciales se afirmaba que "la Escuela Nacional de Aeron¨¢utica (ENA), donde se forman los pilotos civiles, lleva varios a?os pr¨¢cticamente cerrada" (EL PA?S, 1 de diciembre).

M¨¢s de 50 alumnos de la ENA han escrito al peri¨®dico y aseguran que "dicha informaci¨®n es falsa". Para apoyar esto especifican que "en los ¨²ltimos cuatro a?os se ha volado a raz¨®n de 14.000 horas / a?o y han obtenido licencias de piloto m¨¢s de 300 alumnos".

Carlos Y¨¢rnoz explica: "Al hacer esa valoraci¨®n sobre la ENA intent¨¦ reflejar el deplorable funcionamiento de esa escuela en los ¨²ltimos a?os, hecho del que este mismo peri¨®dico ya se ha hecho eco en anteriores ocasiones. El t¨¦rmino empleado puede ser considerado exagerado o inadecuado, y ello se debi¨®, sin duda, a que deb¨ªa referirme al problema de la ENA de forma muy breve y resumida, ya que la informaci¨®n en s¨ª trataba de otro hecho: el paso de militares del Ej¨¦rcito del Aire a l¨ªneas a¨¦reas comerciales".

Las cifra de alumnos oficiales que han realizado los cursos y obtenido la titulaci¨®n de pilotos en los ¨²ltimos cuatro a?os, seg¨²n datos de la Direcci¨®n General de Aviaci¨®n Civil facilitados a Y¨¢rnoz, es de 162: 44 en 1984 (5? promoci¨®n), 39 en 1985 (6? promoci¨®n), 42 en 1986 (7? promoci¨®n) y 37 en 1987 (8? promoci¨®n).

Seg¨²n la misma fuente, cuenta Y¨¢rnoz, "en el segundo y ¨²ltimo curso hay 23 alumnos de la 91 promoci¨®n, y otros 18 de la 10? promoci¨®n en el primer curso. En enero ingresar¨¢n 29 alumnos de la 11? promoci¨®n".

La diferencia entre los 300 licenciados de que hablan los alumnos y los 162 que cita Aviaci¨®n Civil se explica porque en la escuela deben convalidar sus t¨ªtulos para obtener la licencia aquellos pilotos que se han formado por libre o han obtenido el t¨ªtulo en centros extranjeros.

A la vista de estos datos, no resulta con fundamento decir que la ENA Ileva varios a?os pr¨¢cticamente cerrada".