El 'boom' de la sovietolog¨ªa
La 'cumbre' Reagan Gorbachov ha potenciado el papel de los expertos en la URSS
El viaje de Gorbachov a Washington, aparte de nutrir a pol¨ªticos y periodistas, ha facilitado una materia prima de excepci¨®n para los soviet¨®logos norteamericanos, los expertos en la URSS, que se han visto obligados a activar sus neuronas tratando de descifrar las nuevas claves llegadas del Este. Es un grupo amplio y heterog¨¦neo, dividido por rivalidades personales y concepciones pol¨ªticas y cient¨ªficas. La cumbre los ha convertido en protagonistas. A su ayuda han recurrido los peri¨®dicos y las cadenas de televisi¨®n entre anuncios de comida y la retransmisi¨®n del ¨²ltimo movimiento de Gorbachov.
Los soviet¨®logos o kremlin¨®logos han opinado sobre las cualidades de persuasi¨®n del l¨ªder sovi¨¦tico y sobre su grado de necesidad de un acuerdo con Estados Unidos para tranquilizar a los halcones de la URSS. Al t¨¦rmino de la marat¨®n de Gorbachov en Washington, los kremlin¨®logos parecen haber provocado m¨¢s confusi¨®n que esclarecimiento sobre las entretelas del poder en la Uni¨®n Sovi¨¦tica."Vivimos un boom de la sovietolog¨ªa. Hay un nuevo flujo de materiales en todos los campos. Los expertos est¨¢n excitados y hay mucho desacuerdo", dec¨ªa el profesor Helmut Sonnenfeldt, de la Brookings Institution, una de las m¨¢s prestigiosas organizaciones dedicadas al estudio de la URSS en Washington.
Sonnenfeldt, que fue miembro del Consejo Nacional de Seguridad y del Instituto de Estudios Estrat¨¦gicos de Londres, opina que la sovietolog¨ªa debe cambiar de m¨¦todos, pues "la mayor¨ªa de los expertos se han formado en las tradiciones estalinistas" y Gorbachov ha puesto en cuesti¨®n los enfoques cl¨¢sicos de an¨¢lisis. Para el profesor Sonnenfeldt, la sovietolog¨ªa necesita .m¨¢s dinero y m¨¢s gente joven".
El 'caso Eltsin'
"Yo creo que Gorbachov sali¨® debilitado tras el asunto Elitsin [la destituci¨®n del jefe del partido comunista en Mosc¨²], pero despu¨¦s de la cumbre puede haber visto mejorada su situaci¨®n", afirma el prestigioso economista Marshall Goldinan, quien acaba de publicar un libro sobre el desaf¨ªo del l¨ªder de la URSS y la reforma econ¨®mica sovi¨¦tica. Para Goldinan, la oposici¨®n pol¨ªtica a Gorbachov est¨¢ encabezada por V¨ªctor Chebrikov, el jefe del Comit¨¦ Estatal de Seguridad (KGB), y Egor Ligachov, el n¨²mero dos sovi¨¦tico, que se ven amenazados por el proceso de democratizaci¨®n y glasnost (apertura informativa) y est¨¢n contentos de que Eltsin haya sido defenestrado. El economista est¨¢ convencido de que el m¨¢ximo l¨ªder sovi¨¦tico acabar¨¢ como Nikita Jruschov lo hizo en 1964. "Le echar¨¢n. Las situaciones son muy semejantes", asegura.El profesor Sonnenfeldt, en cambio, se?ala: "La posici¨®n de Gorbachov como l¨ªder es bastante fuerte y no est¨¢ amenazada, porque no hay nadie que quiera reemplazarlo. No se puede hablar de una oposici¨®n a su, liderazgo sino de resistencia de una forma m¨¢s difusa".
"Su posici¨®n es muy d¨¦bil, pero ello no excluye que sobreviva, porque la direcci¨®n sovi¨¦tica est¨¢ muy dividida", dice Anders Aslund, un soviet¨®logo del Kennan Institute que ha pasado largo tiempo en la URSS. Para este analista, Gorbachov s¨®lo tiene dos aliados en el Politbur¨®, Alexandr Yakoviev y el ministro de Exteriores, Edvard Shevardnadze, en tanto que los dem¨¢s est¨¢n divididos entre un grupo inter medio de tecn¨®cratas y de enemigos directos. En esta ¨²ltima categor¨ªa Aslund coloca a Ligachov, Cherbitski, Gromiko y Chebrikov, este ¨²ltimo el enemigo m¨¢s reciente.
En la inter retaci¨®n del caso, Eltsin las opiniones del profesor Sonnenfeldt difleren de las de Goldinan. El ex jefe del partido comunista en Mosc¨² "se apart¨® de Gorbachov con su manera de hacer y su estilo. Era desconsiderado, rudo, y exager¨® su celo". "El Politbur¨®, por su parte, est¨¢ interesado en mantener al l¨ªder sovi¨¦tico en el poder", afirma Sonnenfeldt, "ya que necesita su dinamismo y tambi¨¦n porque, en caso necesario, puede servir de chivo expiatorio en el futuro". "El KGB no conspira contra Gorbachov, ya que la organizaci¨®n no tiene mucho poder independiente y para hacerlo deber¨ªa aliarse con los militares y los aparatchikis, agrega.
Sonnenfeldt duda de que el actual l¨ªder sovi¨¦tico vaya a seguir los pasos fatales de Nikita Jruschov, destituido en 1964, pero no se atreve a poner las manos en el fuego. "Gorbachov no est¨¢ en una posici¨®n vulnerable, pero podr¨ªa estarlo cuando se pierda el empuje de ahora y la econom¨ªa no mejore. No creo que se vaya a morir en activo en su cargo, como Breznev y Andropov", afirma.
Stephen Cohen, un brillante y pol¨¦mico soviet¨®logo a quien medios acad¨¦micos acusan de dejarse llevar demasiado por su simpat¨ªa hacia Gorbachov, opina que si ¨¦ste tiene ¨¦xito desmantelar¨¢ todo el sistema estalinista. Cohen cree, a diferencia de otros de sus colegas, que los medios de comunicaci¨®n sovi¨¦ticos no est¨¢n totalmente controlados por el poder. Este profesor de Princeton, que tiene fama de arrogante, fue uno de los privilegiados que asisti¨® a la cena dada por el l¨ªder sovi¨¦tico a los intelectuales norteamericanos, en la que ¨¦ste le dijo que hab¨ªa le¨ªdo con inter¨¦s su libro sobre el dirigente bolchevique Nikolai Bujarin, considerado un cl¨¢sico sobre este personaje.
Para Sonnenfeldt, Gorbachov quiere un aumento de la productividad, pero no est¨¢ dispuesto a pagar su precio pol¨ªtico en t¨¦rminos de desmantelamiento del sistema estalinista. El dirigente sovi¨¦tico exhorta a la elite intelectual a participar en el proceso de reestructuraci¨®n, y de ah¨ª ha surgido un "mercado en el campo intelectual, pero al partido sigue preocup¨¢ndole la p¨¦rdida de control y teme la total espontaneidad y la amplia creatividad".
La Brookings Institution o el Instituto Kennan son s¨®lo dos nombres en una larga lista de instituciones dedicadas a la sovietolog¨ªa en Washington, entre las que se encuentra la Fundaci¨®n Carnegie y la Fundaci¨®n Heritage, y otros centros gubernamentales. El Departamento de Estado tiene un equipo de unos 30 soviet¨®logos y la CIA tiene un centro especial de car¨¢cter cerrado dedicado a la URSS. Una parte de sus especialistas en la URSS se presenta abiertamente y con tarjeta como empleados de la CIA. En los medios kremlinol¨®gicos de Washington se dice que en la central de inteligencia de EE UU est¨¢n los soviet¨®logos m¨¢s partidarios de Gorbachov.
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