Concesi¨®n y presentaci¨®n de los premios SGAE

El catal¨¢n Agust¨ªn Charles (Manresa, 1960) ha obtenido el premio de la SGAE (Sociedad General de Autores de Espafia), dotado con 750.000 pesetas, por su partitura Abdruk (Impresi¨®n). El segundo premio establecido, de 400.000 pesetas, correspondi¨® al gallego Enrique Mac¨ªas (Vigo, 1958), por su composici¨®n Tr¨¢nsito. El tercer finalista, Albert Llanas (Barcelona, 1957), recibi¨® la promesa p¨²blica de un encargo dotado por el Centro de Difusi¨®n de la M¨²sica Contempor¨¢nea.El acto final del anunciado concurso, en el que se unen la SGAE y el citado centro oficial, dependiente del Inaem, se celebr¨® anteayer en el teatro Real. Las obras previamente seleccionadas fueron interpretadas por Salvador Espasa, flauta; Mario Falcao, arpa; Jos¨¦ Augusto Marins, transformaciones electr¨®nicas, y el Grupo C¨ªrculo, que dirige Jos¨¦ Luis Temes. El joven maestro, cuya labor de servicio a la m¨²sica de nuestro tiempo es tan relevante que ya goza de difusi¨®n y prestigio internacionales, logr¨® lecturas claras, plenas de sentido, de las nuevas obras, con lo que el p¨²blico pudo juzgar, y el jurado (formado por Xavier Montsalvatge, Amando Blanquer, Juan Hidalgo, Ant¨®n Larrauri y Manuel Castillo), que ya hab¨ªa asistido a los ensayos, tuvo firme conocimiento para dictar su fallo, recibido sin desacuerdo alguno por el p¨²blico.

Como hoy vuelve a no dar verg¨¹enza subrayarlo, diremos que Charles ha logrado m¨²sica muy bella: excelentemente pensada y realizada. Disc¨ªpulo en su pa¨ªs de los maestros Soler, Ros Marb¨¢, Sard¨¢, Roger, Guinjoan y Guinovart, Charles ya ha sido galardonado por la Generalitat y por la Fundaci¨®n March. En Abdruk utiliza piano, flauta, clarinete, chelo y percusi¨®n determinada e indeterminada, para conseguir, con medios tan precisos como las ideas que desarrollan, un juego r¨ªtmico y t¨ªmbrico o, para hablar llanamente, una sensaci¨®n colorista tan rica y sutil como variada y contrastada. Todo ello dentro de un proceso coherente por la armon¨ªa interna que lo determina y flexible por los medios cambios de tiempo que animan el total sonoro. M¨²sica situada entre la distancia y la realidad, entre el estatismo y el movimiento, posee inmediato poder comunicativo.

La creaci¨®n de Enrique Mac¨ªas responde, como todas las suyas, a un proyecto ambicioso, tanto por las dimensiones cuanto por los efectivos empleados y el juego entre lo instrumental directo y la electr¨®nica viva. La sala se llena de sonidos que parten de distintos puntos y las voces musicales se enriquecen con los ecos de la transformaci¨®n electroac¨²stica, aunque justo ser¨¢ alabar que Mac¨ªas reh¨²ye los habituales tics de la manipulaci¨®n electr¨®nica.

En cuanto a Albert Llanas, formado en Barcelona e Italia, apunta en su concierto para flauta y conjunto instrumental hacia un neoconstructivismo m¨¢s que evocador de las formas barrocas, sustentado sobre alguno de los principios que las informaron. Con una peque?a e integrada presencia de lo electr¨®nico, de la que puede prescindirse, el resultado es, como el autor precisa muy bien, austero, consecuente y reminiscente. El vicepresidente de la SGAE, Tedy Bautista; el director del CDMC, Tom¨¢s Marco, y el jurado comunicaron, despu¨¦s de una corta deliberaci¨®n, su fallo.