Gustav Husak, ortodoxo no tanto
El veterano dirigente tuvo que administrar el legado que los carros de combate sovi¨¦ticos dejaron en 1968
Gustav Husak no merece entrar en la historia con su imagen de los ¨²ltimos a?os, la de un viejo ortodoxo inmovilista. El veterano l¨ªder ha sido siempre un realista, lejos de los dogmatismos de compa?eros de viaje suyos, como Vasil Bilak u otros. Quiz¨¢ haya sido el realismo el que le ha hecho ver que para ¨¦l llegan tarde los vientos renovadores de Mosc¨² y que la nueva pol¨ªtica de reformas del socialismo en su pa¨ªs requiere un cambio de guardia.
Husak ha sido un luchador comunista que crey¨® en las reformas en los a?os sesenta, vio despu¨¦s que ¨¦stas eran entonces incompatibles con la alianza con Mosc¨² y asumi¨® despu¨¦s el ingrato papel de delegado del Kremlin en su propio pa¨ªs con la responsabilidad de la represi¨®n y normalizaci¨®n, seg¨²n los esquemas de la ortodoxia brezneviana.Compa?eros suyos en la primavera de Praga (aplastada por los tanques sovi¨¦ticos en 1968), en la que particip¨® con el mismo entusiasmo como Dubcek y tantos otros, creen que Husak albergaba en 1969 esperanzas de poder introducir en el futuro los cambios hacia la liberalizaci¨®n que la geopol¨ªtica, los carros de combate del Kremlin y la falta de realismo pol¨ªtico que muchos achacan a Dubcek hab¨ªan impedido. Husak quiso, pero no pudo, ser el Kadar checoslovaco. No pudo ser, y en sus 18 a?os en el poder no recuper¨® para el partido a los centenares de miles de comunistas expulsados en 1969. Desde entonces, le falta al partido checoslovaco la generaci¨®n de Gorbachov, que en 1968 no hab¨ªan cumplido los 40 a?os. Faltan los m¨¢s activos, los m¨¢s brillantes, los m¨¢s comprometidos con el reformismo de Dubcek.
Nacido el 10 de enero de 1913 en Dubravka, peque?a localidad cercana a Bratislava, capital de Eslovaquia, Husak ingres¨® a los 16 a?os en el ilegal partido comunista y pronto comenz¨® a sufrir la persecuci¨®n y encarcelamientos por parte de los ocupantes nazis. En la clandestinidad durante la guerra, fue escalando puestos de mando en el partido y jug¨® un papel muy activo en el levantamiento nacional eslovaco de 1944 contra el r¨¦gimen, fascista t¨ªtere de la Alemania nazi.
V¨ªctima del estalinismo
Tras la guerra, Husak se perfil¨® como un partidario de reformas del movimiento comunista, lo que pronto indujo a los guardianes ideol¨®gicos de Stalin a tacharlo de tito¨ªsta y nacionalista eslovaco. Esto le supuso en 1951 una condena de por vida por "nacionalismo eslovaco burgu¨¦s". Sus compa?eros, el depuesto jefe del partido Rudolf Slanski y el ex ministro de Exteriores Vladimir Clementis, que hab¨ªan organizado con Husak la constituci¨®n del Consejo Nacional Eslovaco, que prepar¨® la insurrecci¨®n antifascista en 1944, fueron ejecutados. Fue aquel juicio farsa el m¨¢s celebre de los orquestados bajo el estalinismo en Checoslovaquia. Tras nueve a?os en prisi¨®n, fue liberado en 1960 y trabaj¨® como alba?il hasta que fue rehabilitado por el partido, en 1963.En 1968, Husak era un aliado de Dubcek en el partido y viceprimer ministro del Gobierno. Con Dubcek particip¨® en aquel humillante viaje a Mosc¨² tras la invasi¨®n, cuando Breznev les convoc¨® para obligarles a dar marcha atr¨¢s en las reformas de la pr¨²navera de Praga, aplastada por los carros de combate del Pacto de Varsovia. All¨ª naci¨® la doctrina Breznev de soberan¨ªa limitada, y all¨ª concluy¨® definitivamente la ya fr¨¢gil unidad del movimiento comunista internacional.
Muchos se alejaron de Mosc¨² y del comunismo como doctrina emancipadora. Husak no. Con realismo supo ver el camino de la supervivencia pol¨ªtica y pronto fue nombrado jefe del partido en Eslovaquia. All¨ª comenz¨® de inmediato la normalizaci¨®n, implacable represi¨®n de cr¨ªticos, reformistas y disidentes. El 17 de abril de 1969, sustituy¨® a Dubcek en la jefatura del partido y envi¨® a ¨¦ste al exilio interior, fuertemente vigilado. Desde 1975 es tambi¨¦n jefe del Estado.
La nueva l¨ªnea pol¨ªtica de Mosc¨² bajo Gorbachov no pod¨ªa ya gustarle al anciano l¨ªder. Impuesto en su d¨ªa por Mosc¨² para evitar reformas, se ve¨ªa ahora forzado por Mosc¨² para aplicar precisamente aquellas reformas que en su d¨ªa le mandaron reprimir. Husak era ya incompatible con la nueva pol¨ªtica. A los 75 a?os, saltar de bando es dif¨ªcil.
Las desgracias personales tambi¨¦n han sido muchas: su primera mujer muri¨® en los a?os sesenta; la segunda, en un accidente de helic¨®ptero en 1977. Un hijo suyo es diplom¨¢tico. El otro, m¨¦dico, huy¨® a Occidente.
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