'El Mes¨ªas', un largo villancico

Estamos en tiempo navide?o, y como sucede en tantas otras ciudades europeas, suena en Madrid E1 Mes¨ªas, de Haendel, por partida doble: hoy lo dirige L¨®pez Cobos, pero el s¨¢bado tuvimos otra versi¨®n a cargo de la Orquesta y Coros Bach de Londres, dirigidos por Simon Preston, que cont¨® con la asistencia de la reina do?a Sof¨ªa. La organiz¨® el Banco Hipotecario para conmemorar los 115 a?os de su existencia.Tambi¨¦n se cumple este a?o un aniversario irregular del estreno del gran oratorio haendeliano, pues hace 245 a?os que fue estrenado en Dubl¨ªn. Su autor lo compuso en un breve per¨ªodo (entre el 22 de agosto y el 14 de septiembre de 1741), y en realidad la obra comprende la vida entera de Jes¨²s, desde su nacimiento hasta la resurrecci¨®n. .Pero aunque su relaci¨®n con la Navidad termina en la primera. parte, El Mes¨ªas est¨¢ instalado en estas fechas con tanta fuerza como La Pasi¨®n de Bach en las de Semana Santa, quiz¨¢ porque la sensibilidad de las gentes ha descubierto en el primero una brillantez, luminosidad y alegr¨ªa resplandeciente s¨®lo turbada por algunos momentos m¨¢s serenamente tristes que hondamente dolorosos.

La Pasi¨®n de Bach es un drama tremendo, una exaltaci¨®n entre m¨ªstica, representativa e imaginera que sustituye, acaso con ventaja, al teatro sagrado que el cantor de Santo Tom¨¢s no escribi¨®; El Mes¨ªas es, en el fondo, el m¨¢s largo villancico de la historia occidental, cuyos polos expresivos podr¨ªan situarse entre la recogida Pastoral y el triunfante Aleluya.

Los int¨¦rpretes ingleses entienden El Mes¨ªas de forma sencilla, entra?able, sin apelar a recurso espectacular alguno. Esta m¨²sica de todos nosotros son¨® tratada con intensa afectividad, am¨¦n de considerable perfecci¨®n, tanto en lo instrumental como en lo coral. S¨ªmon Preston (Nournemouth, 1938), organista en Westm¨ªnster y Oxford, int¨¦rprete de los conciertos organ¨ªsticos de Haendel, no s¨®lo tiene bien sabida la partitura, sino cotidianamente vivida. De ah¨ª la belleza de una interpretaci¨®n que, sin ret¨®rica, pone al descubierto el entramado sutil del coherente y unitario oratorio.Del cuarteto solista, de excelente nivel vocal y estil¨ªstico, ha de anotarse la gran categor¨ªa t¨¦cnico-expresiva del contratenor Paul Esswood, largamente reconocida, y la admirable de la soprano Sheila Armstrong (Northumberland, 1942), aun cuando esta vez, quiz¨¢ por alguna indisposici¨®n pasajera, encontrara alguna dificultad en la regi¨®n aguda, lo que en ella es inhabitual. El tenor John Mark Ainsley, de Worcester, y el bar¨ªtono Roderick Kennedy, de amplia discograf¨ªa oratorial y oper¨ªstica, son tambi¨¦n magn¨ªficos artistas para los que El Mes¨ªas carece de secretos. El p¨²blico respondi¨® con entusiasmo ante un estilo que, contra lo que suele suceder, se le ofrec¨ªa en vez de impon¨¦rsele.