Una uni¨®n fruct¨ªfera

Con el ¨¦xito del saxofon¨ªsta Pedro Iturralde en su actuaci¨®n junto a la Orquesta B¨¦tica Filarm¨®nica de Sevilla se ha puesto de manifiesto, una vez m¨¢s, la proximidad entre dos formas de hacer -decir- m¨²sica: el jazz y la denominada gen¨¦ricamente cl¨¢sica.Seducidos por ambos lenguajes, aparentemente dispares, compositores como Gershwin, Kurt Weill, Hindemith o Stravinski; int¨¦rpretes como el clarinetista Benny Goodman, el pianista Friedrich Gulda o el mismo Iturralde han desarrollado su actividad en ambas est¨¦ticas.

Director yugoslavo

Pionero jazz¨ªstico en Espa?a, int¨¦rprete autodidacta, profesor del conservatorio de Madrid, Pedro Iturralde goza del mismo prestigio en ambos cosmos est¨¦ticos. Si en el mundo del jazz ha tocado junto a figuras como Miles Davis, Sarah Vaughan o Tete Montoli¨², en el cl¨¢sico ha actuado bajo la batuta de directores de la talla de Celebidache, Markevitch o L¨®pez Cobos. Con este ¨²ltimo director particip¨® en la reciente gira de la Orquesta Nacional por Jap¨®n.En esta ocasi¨®n ha sido dirigido por el director yugoslavo Igor Kuljevic. Asistente de Antonio Janigro en el conjunto Solistas de Zagreb, Kuljevic ha realizado un eficaz trabajo con la Orquesta B¨¦tica Filarm¨®nica, logrando que sonase -dentro de sus limitaciones- empastada, afinada y con un claro criterio interpretativo, transmitido por el director la Orquesta.L¨¢stima que los agradables valses de Johann Strauss o las manidas Danzas h¨²ngaras de Brahms, que integraban la segunda parte del programa sevillano, no sirvieran para mostrar plenamente la dimensi¨®n musical que se entrev¨¦ en el director yugoslavo.

Antes, en la primera parte, Iturralde mostr¨® su virtuosismo t¨¦cnico y sabidur¨ªa musical interpretando el Concierto para saxof¨®n y orquesta de cuerda, opus 109, de Glazunov, una de las primeras obras cl¨¢sicas escritas para saxof¨®n. Instrumento t¨ªpicamente jazz¨ªstico, creado por Adolphe Sax en 1845, el saxo ha sido empleado, entre otros compositores, por Bizet, Massenet y Richard Strauss, quien en su Sinfon¨ªa dom¨¦stica introdujo un cuarteto de saxofones.

Pedro Iturralde concluy¨® su actuaci¨®n sevillana interpretando una obra propia: Peque?a ozarda. Pieza mel¨®dica, nost¨¢lgica y de sugerente melancol¨ªa, en ella Iturralde parece querer rendir homenaje a la figura de un habitual int¨¦rprete de saxof¨®n: el payaso.