El fr¨ªo puede ser un enemigo mortal
La falta de protecci¨®n ante las bajas temperaturas afecta peligrosamente al organismo
La incomodidad que produce el fr¨ªo y las inclemencias del tiempo caracter¨ªsticas de la estaci¨®n invernal influyen, sin duda, en que ¨¦sta sea considerada la estaci¨®n m¨¢s larga del a?o. El balance entre la producci¨®n y la p¨¦rdida de calor se encuentra dentro de una oscilaci¨®n de temperaturas muy limitada, entre los 36 y 37 grados cent¨ªgrados. Pero si la temperatura ambiente desciende demasiado, el mecanismo de equilibrio t¨¦rmico deja de funcionar eficazmente y surgen los accidentes, debidos al fr¨ªo, que pueden llegar a producir la muerte por congelaci¨®n.
La acci¨®n lenta de las temperaturas muy bajas puede llevar a un enfriamiento generalizado del organismo. Los estados de hipotermia ocurren cuando la temperatura corporal desciende m¨¢s all¨¢ de los 35 grados cent¨ªgrados.Esto puede suceder en las inmersiones prolongadas en agua fr¨ªa o cuando no se procura una protecci¨®n adecuada contra el fr¨ªo, especialmente si se lleva ropa mojada, se est¨¢ en una zona muy alta o si un estado de agotamiento impide generar calor por movimiento.
El cuerpo humano es capaz de mantener constante su temperatura interna gracias a un mecanismo de termorregulaci¨®n, que conserva el calor cuando la temperatura del medio ambiente es fr¨ªa y lo pierde cuando es calurosa. El cerebro act¨²a como un termostato para conseguir el equilibrio entre el calor generado y el perdido. La primera l¨ªnea de defensa contra el fr¨ªo es la contracci¨®n de los vasos sangu¨ªneos de la piel. El temblor muscular en forma de escalofr¨ªos o tiritona, el ejercicio f¨ªsico y la ingesta de alimentos energ¨¦ticos son otras formas de defendernos contra el fr¨ªo.
Ancianos
Los ancianos constituyen un grupo de poblaci¨®n especialmente vulnerable al fr¨ªo porque su sistema termorregulador ya no funciona tan eficazmente como el de los j¨®venes. Adem¨¢s, muchos viejos no disfrutan de una alimentaci¨®n y calefacci¨®n adecuadas por la dificultad para cuidar de s¨ª mismos, y realizan poco ejercicio f¨ªsico.
Determinados medicamentos, como los tranquilizantes, barbit¨²ricos y fenotiacinas, disminuyen la capacidad del cuerpo para defenderse contra el fr¨ªo, efecto que tambi¨¦n ocurre en los individuos que duermen en la calle tras haber bebido cantidades excesivas de alcohol.
No todas las personas reaccionan del mismo modo al fr¨ªo. La edad y el estado f¨ªsico influyen en la capacidad de resistencia al mismo. En cualquier caso, una situaci¨®n de hipotermia, si no se ponen medidas contra ella, produce en el sujeto afectado un cuadro de temblor y palidez que progresa hacia una incoordinaci¨®n de los movimientos y del lenguaje, con tropiezos y ca¨ªdas repetidas. Poco a poco, el individuo se desconecta del medio que le rodea, no comprendiendo ni respondiendo a lo que se le habla. El pulso y la respiraci¨®n se van debilitando y se pierde el conocimiento. La muerte llega de una manera dulce, imperceptible. El coraz¨®n deja de latir a temperaturas inferiores a los 20 grados cent¨ªgrados. No obstante, puede transcurrir un per¨ªodo de tiempo variable en que el sujeto afectado est¨¢ s¨®lo aparentemente muerto por estar muy atenuados sus signos vitales. Este hecho, recalcado por los m¨¦dicos, debe tenerse muy en cuenta a la hora de decidir sobre la reanimaci¨®n de un sujeto hipot¨¦rmico.
El reconocimiento de la hipotermia en un ni?o peque?o tambi¨¦n puede ser problem¨¢tico, dado que los beb¨¦s pueden permanecer con un aspecto saludable ante un enfriamiento generalizado. Sin embargo, los peque?os son muy sensibles al fr¨ªo por su todav¨ªa inmaduro sistema termorregulador y la facilidad con que pueden perder calor por su relativamente grande superficie corporal en relaci¨®n a su peso. El ¨²nico s¨ªntoma gu¨ªa para sospechar el enfriamiento, en estos casos puede ser, seg¨²n los especialistas, la alteraci¨®n del comportamiento. Estos peque?ines hipot¨¦rmicos suelen estar so?olientos, excesivamente sosegados y debilitados, neg¨¢ndose a comer.
La Cruz Roja y otras asociaciones relacionadas con el salvamento y socorrismo recomiendan unas normas b¨¢sicas de primeros auxilios en casos: de hipotermia, mientras se consigue trasladar al afectado a un hospital.
Ropa seca
El accidentado debe ser colocado con la cabeza m¨¢s baja que: el resto del cuerpo. Se le alejar¨¢. del ambiente fr¨ªo y se le colocar¨¢ en un lugar resguardado. Ha. de retirarse la ropa mojada., cambi¨¢ndosela por seca si se tiene a mano. Si no se dispone de ella, es mejor dejarle la ropa mojada y cubrirle con material impermeable. Hay que proteger especialmente la cabeza y el cuello, por ser zonas por donde se pierde abundante calor, pero no el rostro, por el peligro de sofocaci¨®n. Si el afectado est¨¢ consciente y con relativamente buen estado general, se le puede recalentar ba?¨¢ndole en agua caliente. Si no es as¨ª, es mejor no ba?arle, por el peligro de provocar convulsiones. Darle a beber l¨ªquidos calientes dulces. Si cesan las pulsaciones cardiacas y la respiraci¨®n, se iniciar¨¢ la reanimaci¨®n. No obstante, hay que comprobar al menos durante un minuto la ausencia de latido cardiaco, pues en casos de hipotermia grave la compresi¨®n tor¨¢cica externa prematura puede ser peligrosa. Hay que examinar si existen congelaciones, para tratarlas precozmente. No han de administrarse bebidas alcoh¨®licas ni realizarse frotamientos o masajes en las extremidades.
Con temperaturas inferiores a cero grados pueden producirse lesiones locales en las zonas distales del cuerpo, como las orejas, nariz, manos y pies, debido a la acci¨®n r¨¢pida del fr¨ªo intenso o prolongado. Los cristales de hielo que se forman entre las c¨¦lulas y las fuertes soluciones salinas que se forman durante la congelaci¨®n da?an las c¨¦lulas de dichas zonas. Estas congelaciones progresan desde la piel hasta los tejidos subyacentes de las partes mal protegidas conforme aumenta el tiempo de exposici¨®n de esa zona a las bajas temperaturas.
Saba?ones y congelaci¨®n
Las primeras, lesiones que aparecer en cualquier zona del cuerpo expuesta al fr¨ªo son conocidas popularmente como saba?ones. ?stos aparecen frecuentemente en manos, pies y o¨ªdos, y se manifiestan con unas hinchazones dolorosas y con coloraci¨®n rojo-viol¨¢cea en las partes afectadas. Si ¨¦stas no se protegen ?le las bajas temperaturas, aparecen entumecimiento, ampollas y por ¨²ltimo muerte de los tejidos afectados, que puede complicarse con infecciones.Para evitar estas complicaciones e incluso la congelaci¨®n de las extremidades, nariz y o¨ªdos, hay que colocarse en un lugar resguardado, retirando cuidadosamente todos los objetos y prendas que cubran las partes afectadas por los saba?ones o que las compriman, como anillos, relojes, etc¨¦tera. Conviene proceder al recalentamiento lento pero inmediato de las zonas lesionadas mediante la transmisi¨®n directa del calor piel a piel.
Para ello pueden, por ejemplo, colocarse las manos congeladas en las axilas del afectado y los pies en las axilas del socorrista, y cubrir las orejas, nariz y cara congeladas con las manos calientes hasta recuperar el calor y la sensibilidad. Si se dispone de agua caliente, es bueno introducir la extremidad lesionada, debidamente protegida, en ella, a una temperatura que pueda tolerar (de 37 a 43 grados cent¨ªgrados), hasta que se produzca el descongelamiento, me ore la circulaci¨®n y reaparezca la coloraci¨®n rosada de la piel.
Se procurar¨¢ tambi¨¦n mantener elevadas las partes afectadas para aliviar la hinchaz¨®n y el dolor y cubrir la zona con ap¨®sitos suaves. Es mejor, por ejemplo, utilizar manoplas que guantes para proteger las manos.
Es err¨®nea, en cambio, la creencia popular de que las fricciones con nieve son buenas, pues pueden provocar heridas microsc¨®picas en la piel que son v¨ªa de entrada a las infecciones. No se deben dar frotamientos ni masajes en las partes afectadas, ni aplicar medicaciones o ung¨¹entos en las mismas. Tampoco debe utilizarse alcohol, caf¨¦ ni opio por los efectos vasculares contraproducentes para las lesiones que se producir¨ªan. En cuanto al empleo de medicamentos vasodilatadores, su eficacia no est¨¢ bien documentada en estudios controlados. Por ¨²ltimo, es preciso no recalentar utilizando calor seco o radiante ni romper las ampollas que puedan formarse en la piel.
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