Los objetos que rodean a los espa?oles
La explosi¨®n del dise?o en Espa?a tendr¨ªa que ver con su entrada en el consumo
Parece que nunca hubo tantos objetos, atravesados por tantos valores distintos (y distintamente combinados) alrededor del hombre. Nunca hubo tantos objeto que le acompa?en, le ayuden, le confundan, le seduzcan, le irriten, le den vueltas alrededor como un tiovivo. Hay millones de objetos que dan vueltas alrededor de la gente como un tiovivo, pero cada grupo est¨¢ m¨¢s o menos condenado a usar, ocultar y lucir determinada estirpe de ellos. Y cada integrante de cada grupo est¨¢ m¨¢s o menos conde nado a organizar su propio carnaval. Hay circuitos de gusto, de comercializaci¨®n, de moda, de identificaci¨®n, de tradici¨®n cultural, etc¨¦tera, y todo ello combinado y variable.As¨ª como los dise?adores de otra ¨¦poca abusaron de la teor¨ªa (y hac¨ªan sillas en las que ten¨ªa que sentarse antes el dogma que cualquier pobre diablo), ahora abusan de la intuici¨®n. Muchos dise?adores dicen ahora que los del Bauhaus estaban locos como escobas, pero no dicen, al respecto, casi nada m¨¢s. Y no dicen casi nada m¨¢s, afirman otros, cr¨ªticos, para no perder tiempo. Mientras hablo de este o de aquel problema te¨®rico, mi vecino termina su sill¨®n y yo no. Si se piensa, no se hace; si se piensa en lo que se hace, resulta que no hay que hacer una cosa, sino otra, o no de una manera, sino de otra.
Jinete pragm¨¢tico
No es que existan dise?adores ingenuos, que no sepan el laberinto en que se meter¨¢ el cenicero encantador que se le acaba de ocurrir. S¨®lo que, en lugar de pensar en modelos te¨®ricos para pensar el dise?o (antropolog¨ªa, sociolog¨ªa, filosof¨ªa, est¨¦tica, semi¨®tica ... ), cruza esos campos como un jinete libre y pragm¨¢tico. Sabe todo lo que a veces el consumidor no sabe pero usa.Toda esta complicaci¨®n: "...los objetos est¨¢n ah¨ª, tienen una entidad propia, ciertamente, pero est¨¢n frente a alguien determinado, sirven adecuadamente a (Jordi Llovet, Ideolog¨ªa y metodolog¨ªa del dise?o, Gustavo Gil?). Claro que los dise?adores conocen, y mejor que nadie, toda esta complicaci¨®n, pero el problema es, parece, qu¨¦ lugar eligen hoy para manejarla: "Se dise?a", dice Norberto Chaves, semi¨®logo, "como si se fuera libre, como si por detr¨¢s no estuviera actuando la ideolog¨ªa. Hay, en este momento, manierismo acr¨ªtica. Parecer¨ªa que fu¨¦ramos libres para hacer lo que nos d¨¦ la gana". A?ade Chaves que lo que sobre todo hay, en este momento, es silencio con respecto a ciertos problemas. Por su parte, dice Jordi Llovet (ensayista): "Hay silencio por un lado y por otro locuacidad. Se ha sustituido la teor¨ªa por una ret¨®rica de vendedor".
De pocas cosas se habla tanto, en este momento, como de dise?o. Pocos profesionales tienen en este momento tantas p¨¢ginas satinadas a su servicio como los dise?adores. Hace relativamente pocos a?os, el dise?o era en Barcelona una actividad casi clandestina; ahora, seg¨²n se dice, Barcelona podr¨ªa, convertirse en Mil¨¢n, si los fabricantes ayudasen. Y en toda Espa?a nacen, en este momento, m¨¢s dise?adores que ni?os. En medio de tanta producci¨®n y tanto estrellato deber¨ªa haber, en principio, igual proliferaci¨®n de discurso. Pero, seg¨²n denuncian algunos dise?adores (y allegados) cr¨ªticos, se habla mucho y, al mismo tiempo, poco. Una de las cuestiones ser¨ªa: ?hace falta realmente el discurso te¨®rico? Jordi Llovet no tiene dudas: "La teor¨ªa es imprescindible para todo, para cualquier actividad, sea o no sea art¨ªstica. Cada dise?o presupone una teor¨ªa, y el dise?ador la utiliza, lo sepa o no, lo quiera o no. No se puede ser indiferente a la teor¨ªa, o creer que se es exterior a ella. Los dise?adores (con la excepci¨®n de algunos), siempre han sido flacos en teor¨ªa". Tampoco las tiene Norberto Chaves, quien apunta una de las posibles causas del actual silencio: "Desde la pr¨¢ctica exitosa se ve la teor¨ªa como aguafiestas. Es una visi¨®n paranoica: no necesariamente tiene que cumplir esa funci¨®n". La opini¨®n, al respecto, de Enric Franc (dise?ador): "Cuando fulano dice 'a m¨ª la teor¨ªa no me interesa', tiene que saber que esa postura surge como fruto de una determinada teor¨ªa".
Y ?por qu¨¦ se habr¨ªa llegado a este punto? La posmodernidad, como ya es casi t¨®pico, tendr¨ªa, m¨¢s o menos, la culpa. Jordi Llovet: "Todo esto forma parte de la posmodernidad, que pretende pasar de la teor¨ªa. 'Podr¨¢ haber objetos bien dise?ados, pero ser¨¢n objetos que pertenecen a un arte propio del momento en que la civilizaci¨®n renuncia a pensarse a s¨ª misma". Norberto Chaves: "Es un fen¨®meno m¨¢s de la posmodernidad. La cultura, hoy, no reflexiona: act¨²a. Se ha declarado la muerte de la ideolog¨ªa, el fracaso de los sistemas te¨®ricos". Y Miquel Espinet (arquitecto y dise?ador, director de la Escola Eina): "Cuando aparece el posmodern, empieza a desaparecer el concepto. Memphis no permite ninguna clase de concepto. Ya no hay gente que se atreva a teorizar sobre esto. Se producen aberraciones, chistes, y esto tiene dificultades para ser conceptualizado. Creo que tiene que ver con el final de siglo, momento en que se permite todo y se reflexiona poco".
Pr¨¢ctica y teor¨ªa
Ese desinter¨¦s por lo te¨®rico, a la larga, incidir¨ªa ingratamente, al parecer, en lo pr¨¢ctico. As¨ª lo anuncia Enric Franc: "La producci¨®n pr¨¢ctica est¨¢ fundamentada mayoritariamente en estereotipos. Se hace como Tal o Cual, se copia, se reproduce. Pero no hay comprensi¨®n de los productos que se toman como modelo o est¨ªmulo ni tampoco la hay, desde luego, de aquello mismo que se est¨¢ produciendo. Lo que hay es sensibilidad hacia im¨¢genes. Se saben muchos nombres y muchos repertorios de im¨¢genes, pero lo que no se tiene es comprensi¨®n de los fen¨®menos". Y, sobre ¨¦ste mismo punto, Noberto Chaves: "Al suprimir la cr¨ªtica, se suprimen posibles elementos transformadores de la pr¨¢ctica. La pr¨¢ctica recrea estructuras porque no tiene elementos de autocr¨ªtica".Parece que todo este desinter¨¦s por lo te¨®rico tiene que ver, asimismo, con el ingreso fulgurante del dise?o en el circuito del consumo. Los dise?adores habr¨ªan pasado, entonces, del planteo humanista de ¨¦pocas pasadas a otro, mercantil. "Se ha ingresado", dice Jordi Llovet, "en un circuito de compraventa". Y Norberto Chaves: "La lucha del dise?o por incorporarse a lo social se gan¨®, pero por el camino del marketing". Lo cual (el ingreso mismo), coinciden todos, estar¨ªa bien. Lo que no estar¨ªa bien, seg¨²n los cr¨ªticos, es el manotazo ciego con el que se resuelve la transici¨®n.
Recursos publicitarios
Pero, ?es realmente ciega, sorda y muda esa transici¨®n? ?Es verdad que hay tanto desinter¨¦s? Dice Franc: "Hay gente que s¨ª se interesa por la teor¨ªa. En la Eina se invita a te¨®ricos de la escuela hermene¨²tica, por ejemplo. Se sabe que Derrida trabaja con arquitectos, por ejemplo. Y toda esa corriente ligada a Aldo Rossi ser¨ªa impensable sin un inter¨¦s por la teor¨ªa. Pero tambi¨¦n existe la idea generalizada de que cierta pr¨¢ctica se apoya en un mal discurso te¨®rico. Pero lo que sobre todo hay es eclecticismo (se defiende lo que conviene en cada momento) y confusi¨®n. Hay una falta, quiz¨¢ explicable por razones hist¨®ricas, de madurez cultural. No hay una teor¨ªa propia que permita producir un dise?o propio. Abundan recursos para reafirmar productos: recursos, en el fondo, publicitarios".Pero, ?no tendr¨¢n un poco de raz¨®n esos dise?adores reticentes ante cualquier clase de discurso que suene a doctrina? Parece evidente que antes se abus¨® de la teor¨ªa. "Es verdad", reconoce Chaves, "se abus¨®. Pero ahora hay que enfrentarse tanto al terrorismo ideol¨®gico, como al pragmatismo absoluto. Hay que trabajar sobre procesos reales: ?por qu¨¦ va a resultar conflictiva una tarea te¨®rica paralela a la inserci¨®n en la realidad?". Reacios, inseducibles, otros dise?adores dicen: "La palabra teor¨ªa me suena a ideolog¨ªa. Para hacer un objeto no hace falta teor¨ªa, sino conocimiento (t¨¦cnico) e intuici¨®n". A los m¨¢s cr¨ªticos no les convencen las razones de esta ¨²ltima postura. Dicen que algunos dise?adores se han convertido en una mezcla imposible de artistas y vendedores.
De todos modos, reconocen que hay, en el dise?o, un momento (el de la gracia) que tiene que ver con la soledad muda. Los reacios a la ch¨¢chara afirman: "No hay teor¨ªa sobre la creatividad; mejor dicho, hay muchas, pero no sirven para nada".
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