Algo se mueve en HB
Varias decisiones importantes coinciden en pocos meses en la periferia pol¨ªtica de ETA. HASI ha celebrado -en un secreto obligado por la ilegalidad- su tercer congreso, en el que se ha producido un giro en la direcci¨®n, que ser¨¢ m¨¢s colegiada y compartida por los distintos sectores del principal partido de HB. La coalici¨®n, a su vez, prepara un amplio proceso electoral interno para renovar su Mesa Nacional y reforzar su organizaci¨®n. La izquierda independentista se prepara para una nueva fase pol¨ªtica, caracterizada, seg¨²n su an¨¢lisis, por la negociaci¨®n largos a?os esperada.En la coalici¨®n abertzale se producen los primeros avisos de que algo est¨¢ pasando. Jon Id¨ªgoras ped¨ªa en el mitin de clausura del congreso de HASI un esfuerzo renovado y mucha atenci¨®n a los acontecimientos, y anunciaba que el futuro de Euskadi se va a dirimir en breve. Nunca antes se hab¨ªa registrado un mensaje semejante en el movimiento rupturista en Euskadi, para el que la inamovilidad, tomada como sin¨®nimo de capacidad de resistencia, era la principal virtud.
Ahora, en el a?o que termina, uno de los rasgos m¨¢s caracter¨ªsticos de la situaci¨®n pol¨ªtica es la coincidencia en que ETA y su capacidad de distorsionar el funcionamiento del sistema pueden dejar de estar presentes en un futuro m¨¢s o menos pr¨®ximo. Este criterio parece secretamente compartido tanto por el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez como por el de Jos¨¦ Antonio Ardanza, por las fuerzas del arco constitucional como por las que en Euskadi se sit¨²an a espaldas del marco jur¨ªdico-pol¨ªtico vigente. Incluso aunque el proyecto de soluci¨®n final que imagina cada parte sea a¨²n muy diferente.
HB no s¨®lo no es ajena a una posibilidad como la apuntada, sino que le afectar¨ªa en una medida mucho mayor que a las restantes corrientes pol¨ªticas. De ah¨ª la aparici¨®n de las primeras contradicciones propias de un partido normalizado, como la t¨ªmida expresi¨®n de discrepancias que no cuestionan la unidad de an¨¢lisis y de acci¨®n.
El nuevo panorama -la intervenci¨®n pol¨ªtica, que pasa por la negociaci¨®n con las restantes fuerzas, por las alianzas estables o moment¨¢neas con otras formaciones, por el juego de las mayor¨ªas y las minor¨ªas- obliga a HB a realizar una aproximaci¨®n muy diferente a los problemas reales, que ya es perceptible en la coalici¨®n abertzale. Sirva de ejemplo el tratamiento que ha recibido el esc¨¢ndalo de la manipulaci¨®n del acceso a la Ertzaintza en los medios informativos de la izquierda independentista. Como si la generalizaci¨®n de las cr¨ªticas hacia la gesti¨®n del departamento de Interior y del PNV hubiera provocado en HB un reflejo de preservaci¨®n para el futuro del nuevo cuerpo policial, que s¨®lo hace unos meses era tachado de organizaci¨®n cipaya al servicio del ocupante colonial.
El debate iniciado hace ya tiempo entre los partidarios de dar un papel predominante a la lucha pol¨ªtica y los que desean mantener una especie de frente de resistencia irreductible mientras ETA exista est¨¢ ya cargado de significado.
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