Conde
Alto oficio, la cetrer¨ªa. Y para gerifaltes, los de anta?o. Con Mario Conde, delf¨ªn del Banesto (el m¨¢s caracter¨ªstico Banco madrile?o), que ha asumido directamente el viento y la corona, vuelven los j¨®venes halcones del paleocapitalismo centralista, qu¨¦ pasa. Pelo para atr¨¢s, muy recio, perfil para hacer monedas y ese ligero cabreo interior y metaf¨ªsico del hombre que ha llegado a los 39, o sea que le falta uno para 40. "Frustrado es el que a los 40 sigue viajando en metro". Conde quer¨ªa llegar a ser como el ¨¢ngel de la Uni¨®n y el F¨¦nix, pero en la otra esquina, en la de enfrente, en la del Banesto, y ha llegado justo cuando los ¨¢ngeles pierden angelidad y juventud. Dentro de un a?o, a los 40, ya ser¨¢ viejo para c¨²pula y joven para la galer¨ªa de los grandes ¨®leos financieros. Hoy es la nueva derecha joven, el renuevo que ento?a del viejo feudalismo bancatario, aqu¨ª ni Dios mueve un duro y seguimos con la autarqu¨ªa de la peseta, que ha sido siempre la sardina perdida entre Florencia y Argel, la divisa que corre por Ubre y a la baja. Para llegar a ¨¢ngel par con el de la Uni¨®n y el F¨¦nix, Conde ha tenido primero que matar un drag¨®n, seg¨²n el m¨¢s recamado protocolo de los cuentos, y el drag¨®n se lo ha brindado, sin querer, mi admirado y entra?able S¨¢nchez Asia¨ªn, que hoy mismo me invita a org¨ªa pict¨®rica, a paseamos entre la vida cotidiana de la pintura andaluza del XIX. Entre los banqueros m¨ªos tiene Asia¨ªn un altar, y no por banquero, claro, sino por nuestras juergas blancas de Zurbar¨¢n, hasta que lo blanco se nos sube a la cabeza. En cuanto al drag¨®n, no era sino el muy razonable monstruo venidero de los ayuntamientos contra natura (cosa espantable para el puritano Banesto), entre especies ingentes, opuestas y afines, todo de cara a la gran finanza mercadocomunitaria. Eso lo sabe Asia¨ªn, porque saber de Zurbar¨¢n es saber de todo, amor (y ya recuerdas que no tengo un duro en tus cajas), pero no quiere saberlo el ¨¢ngel ap¨®crifo de la Uni¨®n y el F¨¦nix, el otro ¨¢ngel maduro que desde el 30 de noviembre habita el cielo alcala¨ªno de Madrid. Presidente Felipe hab¨ªa entendido en seguida la magra jugada de Asia¨ªn, pero derrumbados de un solo cabezazo de la bola todos los viejos retablos del Banesto, se alza Mario Conde con su espada de fuego y dividendos, joven vanguardia de la retaguardia, y contrata hasta socialistas de n¨²meros, por si las fia¨ªs. El paleocapitalismo ha vuelto a triunfar en Madrid sobre la posmodernidad bancario/pict¨®rica. I'm sorry, Asia¨ªn, amor.Ahora parece que Gonz¨¢lez lo ten¨ªa todo hablado con el Banesto, cuando la verdad es que la OPA le iba cantidad a su pol¨ªtica europea. Y que ni siquiera Solchaga particip¨® en el secreteo. Lo que nos pasa a los columnistas es que salimos poco, viajamos poco (aunque, cuando menos, leemos la gran revista Viajar, de Emilio Rey), y por eso vamos siempre a rastras del carro de los gitanos, como el perro de la tribu atado debajo del carro: no mucho m¨¢s es el cronista. Hace meses que no visita uno la bodegu?ya, pero uno sigue instalando que a presidente Gonz¨¢lez le iba m¨¢s la operaci¨®n/Asia¨ªn que la operaci¨®n/ Conde, tan franquista, tan aut¨¢rquica y tan ang¨¦lica (de la angeolog¨ªa dorsiana de S¨¢enz de Tejada).
Sea como fuere, Conde ha levantado el vuelo, con o sin la anuencia de Moncloa, y nuestro sue?o de pecheros, que era salvarnos del criptocapitalismo, se ha dado de boca contra el toro de salmantina piedra de la Hispania profunda, como el Lazarillo, y qu¨¦ otra cosa somos. Ya que la revoluci¨®n es la utop¨ªa, lo irrealizable (lo ha dicho L¨¢zaro Carreter respecto de la modesta revoluci¨®n burguesa de Aza?a), a tal punto hemos llegado en que esperar¨ªamos una Banca comunitaria, europea, una cristalizaci¨®n de la socialdemocracia, ya que el socialismo se ha muerto, muerto est¨¢, que yo lo vi, como la infanta Mercedes y como Manolete. Bueno, pues ni eso: Mario Conde, arc¨¢ngel de los reaseguros y el feudocapitalismo aut¨¢rquico, vuela libre por el cielo azul y fucsia de la calle de Alcal¨¢.
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