Juicio en Nabl¨²s
Los tribunales militares despachan con rapidez a los palestinos detenidos en Cisjordania y Gaza
Treinta y cuatro acusados palestinos esperan ser juzgados en el tribunal militar de Nabl¨²s. La mayor¨ªa tienen entre 15 y 20 a?os. En contra de lo que sucede habitualmente en los procesos de palestinos, esta vez los acusados no hacen el signo de la victoria con los dedos ni sonr¨ªen en la sala del tribunal. Los j¨®venes tienen un aire abatido, embrutecido. "Han sido maltratados durante los interrogatorios para hacerles confesar. Privados de alimentos, de cigarrillos, amenazados, aterrorizados...", asegura un abogado palestino.
"Inventos, calumnias", dicen las autoridades militares israel¨ªes "Ten¨ªan tres comidas al d¨ªa, las necesarias, y la mayor¨ªa ha con fesado inmediatamente tras la primera pregunta". De los 34 palestinos que comparecieron el lu nes ante el tribunal militar de Nabl¨²s, solamente tres fueron juzgados y condenados a penas de prisi¨®n, que van desde un mes y medio a 13 meses.Las detenciones masivas de palestinos -1.038 en Cisjordania y alrededor de 350 en Gazay la rapidez de su puesta a disposici¨®n de la justicia militar no ha permitido conseguir un abogado a la mayor¨ªa de los acusados. En el tribunal de Nabl¨²s, m¨¢s de uno de los acusados se?ala con el dedo a uno de los abogados all¨ª presentes y dice: "?l me defender¨¢, si quiere". Los abogados est¨¢n siempre de acuerdo, pero piden que se posponga el juicio a fin de poder estudiar el caso.
Confusi¨®n
Reina la confusi¨®n. El juez llama a un acusado: "Amjad El Asmar, n¨²mero de sumario 5578/87". .?D¨®nde est¨¢ El Asmar?", repite el juez. Nadie contesta. Un soldado consulta su lista y dice: "Tal vez est¨¢ en otra prisi¨®n, tal vez ha sido puesto en libertad, tengo que comprobarlo". Esta escena se repite muchas veces. Las detenciones fueron demasiado masivas, y los juicios ser¨¢n expeditivos. "Pero respetando todas las normas del sistema judicial. La fiscal¨ªa militar ha recibido la orden de pedir penas m¨¢s severas que las habituales, pero la ¨²ltima palabra la tienen los jueces, y los condenados podr¨¢n recurrir la sentencia", afirma el fiscal general militar.Se sabe que han sido detenidos varios ni?os de 12 a 14 a?os, acusados de haber cometido "cr¨ªmenes particularmente graves", y que su detenci¨®n ha debido contar con el visto bueno de los consejeros jur¨ªdicos de las autoridades militares.Los jueces se sienten a menudo inc¨®modos al tener que juzgar a ni?os de 14y 15 a?os. ?Qu¨¦ suceder¨¢ cuando un ni?o de 12 a?os se siente en el banquillo frente a un austero tribunal militar? Hamis Abed Djabriya, de 17 a?os, ha sido acusado, no de un atentado terrorista, sino de haber lanzado tina piedra que alcanz¨® la parte trasera de un veh¨ªculo, y condenado a 24 meses de prisi¨®n, ocho de ellos internado en una c¨¢rcel.Yaron Rabinowitz, que fue procurador militar en Gaza bajo el general Ariel Sharon, afirma: "No pienso que se pueda hacer justicia, al menos justicia conforme a las normas habituales". ?Por qu¨¦? "Porque la precipitaci¨®n es enemiga de la justicia". Rabinowitz recuerda que durante la pol¨ªtica de pu?o de hierro que Sharon impuso en Gaza en 1972, tan s¨®lo los culpables de atentados terroristas eran condenados a duras penas de prisi¨®n. "Los que hab¨ªan perturbado el orden encendiendo neum¨¢ticos o lanzando piedras", afirma, "eran s¨®lo amonestados y multados, pero no condenados a penas de c¨¢rcel". ?Es Rabin m¨¢s despiadado que Sharon? Aparentemente, s¨ª.El ministro de Defensa, Isaac Rabin, pretende tambi¨¦n convencer a su Gobierno de que las deportaciones-expulsionesdel pa¨ªs- son "indispensables para mantener el orden". Seg¨²n Rabin, "si hubieramos deportado a tiempo a los principales cabecillas y encarcelado a sus seguidores, habr¨ªa corrido menos sangre palestina en Cisjordania y Gaza".Es cierto que despu¨¦s de una ola de detenciones en los territorios ocupados y de la presencia creciente de soldados en las ciudades y en los campos de refugiados, los disturbios han disminuido considerablemente y ni un solo palestino ha muerto desde hace una semana.Las deportaciones anunciadas a¨²n no han comenzado. Aunque los gobernadores militares pueden decidir por s¨ª solos qui¨¦nes y cu¨¢ntos hay que deportar, en virtud de las leyes de excepci¨®n heredadas del per¨ªodo de mandato brit¨¢nico y aplicadas contra los palestinos, Rabin quiere de entrada obtener la aprobaci¨®n del Gobierno para la aplicaci¨®n de estas medidas draconianas.
Llegar al Tribunal Supremo
Al principio era cuesti¨®n de al menos un centenar de ¨®rdenes de expulsi¨®n; ahora s¨®lo se habla de una docena o de una veintena como m¨¢ximo. Incluso si s¨®lo una decena de palestinos son expulsados, se tratar¨¢ de la expulsi¨®n m¨¢s masiva desde el comienzo de la ocupaci¨®n, en junio de 1967.?Por qu¨¦ Rabin ha renunciado a solicitar centenares de deportaciones? Porque la ley israel¨ª permite a quien haya recibido una orden de expulsi¨®n presentar recurso, primero ante una comisi¨®n militar y despu¨¦s ante el Tribunal Supremo, el tribunal civil de ¨²ltima instancia.El procedimiento corre el peligro, as¨ª, de ser largo, acompa?ado de una publicidad negativa para la imagen de Israel, y perder¨¢, en definitiva, su poder de disuasi¨®n.En discrepancia con el general Dan Shomron -su jefe de Estado Mayor-, Isaac Rabin afirma y repite que es la Organizaci¨®n paa la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) la que "ha fomentado los disturbios". La mayor parte de los expertos militares israel¨ªes en los territorios ocupados est¨¢n de acuerdo con el general Shomron en que el movimiento "ha nacido en el interior, que surgir¨¢n incluso nuevos l¨ªderes para el combate y que la OLP no ha hecho m¨¢s que tomar el tren en marcha y alentar a los revoltosos", seg¨²n declara un coronel de la reserva. "Deportar no sirve de nada, ya que si es cierto que los cabecillas han provocado los disturbios, no lo habr¨ªan logrado sin tener un terreno f¨¦rtil, si el pueblo y nuestra juventud no estuvieran tan desesperados por una ocupaci¨®n que no termina. En lugar de detener y deportar a quienes lanzan piedras, el Gobierno israel¨ª deber¨ªa buscar una soluci¨®n pol¨ªtica al problema", afirma Rashad a-Shaawa, antiguo alcalde de Gaza.
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