En el barro

Los miles de aficionados del automovilismo deportivo que asistieron ayer al pr¨®logo de la Par¨ªs-Dakar en un improvisado circuito en Cergy vieron satisfechas sus expectativas. Una lluvia de pegotes de barro con el grado de consistencia necesario para configurar una mouse estuvo cayendo intermitentemente durante todo el d¨ªa hasta convertir la pista en un verdadero anticipo de la dureza de este rally. Todo esto, eso s¨ª, amenizado con una m¨²sica de pi?¨®n y chispa ajustada por expertos para los m¨¢s exigentes o¨ªdos.El espect¨¢culo fue tan contagioso en determinados momentos que algunos de los espectadores se aventuraron a arriesgar el f¨ªsico, a nadar en este mar de chocolate para ayudar a los pilotos en su dif¨ªcil baile, cuando se quedaron atrapados por la m¨²sica. Uno de los espectadores tuvo que ser arrancado por la Cruz Roja de las garras de esta pasta ya que estaba al borde del agotamiento f¨ªsico debido al furor que puso al empujar a los veh¨ªculos que se atascaban constantemente en un circuito, en que la profundidad del barro alcanzaba en algunos puntos los 40 cent¨ªmetros.

Los pilotos se esforzaron en algunos casos como titanes, como un peque?o piloto japon¨¦s, Takay Nomoto, con Honda, que hubiera puesto en pie a la plaza de Las Ventas, al conseguir despu¨¦s de m¨¢s de media hora de tener la moto clavado en el fango hasta el c¨¢rter, llevarla casi a rastras hasta la meta. La motocicleta, en esas condiciones, superaba en mas de 15 cent¨ªmetros la altura de su piloto.