M¨¢gica y emotiva
El director Rob Reiner (Stand by me) y el guionista William Goldman (Dos hombres y un destino) se han asociado felizmente para realizar la adaptaci¨®n filmica de La princesa prometida, pel¨ªcula que, m¨¢s que parodiar, reverencia a todas las que anteriormente se basaron en la literatura infantil, y en la de aventuras juveniles, abarcando todo el espectro que va de los Grimin a Salgari.Basada en la novela pastiche escrita por Goldman en 1973, el pretexto argumental se inicia con la presencia de un ni?o adicto a los videojuegos, a quien su abuelo leer¨¢ una narraci¨®n situada en la Edad Media, cuyas fantas¨ªas se har¨¢n realidad en la pantalla, descubriendo el mundo de la literatura como alternativa al ocio infantil.
La princesa prometida
Direcci¨®n: Rob Reiner. Gui¨®n: William Goldinan. Fotografia: Adrian Biddle. M¨²sica: Mark Knopiler. Productor: Andrew Schinman. Int¨¦rpretes: Cary Elwes, Robin Wright, Christopher Sarandon, Christopher Guest, Wallace Shawn, Mandy Patinkin, Billy Crystal, Carol Kane, Andre The Giant, Peter Cook. Salas de estreno: en Madrid, Roxy B, Azul, Narv¨¢ez y La Vaguada.
La princesa prometida, sin abusar de los efectos especiales y potenciando la palabra transcurre en bellos escenarios naturales resaltados por un halo rom¨¢ntico que la fotograf¨ªa subraya, present¨¢ndonos con eclecticismo, pero con personalidad en la matizaci¨®n personajes y situaciones que nos remiten a los mitos literarios del g¨¦nero y tambi¨¦n al lenguaje del cine cl¨¢sico.
El divertimiento est¨¢ asumido con seriedad, combinando la intriga, el lirismo y la acci¨®n de la aventura, donde los di¨¢logos gozan de especial atenci¨®n, con frases rimadas o repetidas, que asumen el juego de palabras, adquiriendo un valor de m¨¢gica emotividad y de guillo intelectual.
Una mirada
Los personajes principales, bien definidos, poseen cada uno su historia propia, que se entrelaza en el desarrollo argumental, benefici¨¢ndose del trabajo de los actores, entre los que destaca Mandy Patinkin en su creaci¨®n de I?igo Montoya, cuyo dinamismo y mirada recuerdan a veces al pirata Macoco, de Minnelli.La princesa prometida, al igual que enfrenta la literatura a los videojuegos, se presenta como disfrutable alternativa a la vulgaridad de la producci¨®n filmica actual, imponiendo su personalidad, que consigue un meritorio equilibrio entre la complacencia inmediata que su visi¨®n produce y la reflexi¨®n intelectual del recuerdo de sus di¨¢logos.
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