La danza vuelve en Francia a sus ¨¦pocas gloriosas
El Palais Garnier, de Par¨ªs, se destinar¨¢ casi en exclusiva al 'ballet'
En los ¨²ltimos a?os, la danza y el ballet est¨¢n recuperando en Francia el papel preponderante entre las artes esc¨¦nicas que ocuparon durante las ¨¦pocas gloriosas del barroco y el romanticismo. El tradicional ballet franc¨¦s se ha revitalizado hasta tal punto que a partir de 1989 -cuando est¨¦ concluido el nuevo Palacio de la Opera de La Bastille- el Palais Garnier se dedicar¨¢ casi exclusivamente a ballet. Y en cuanto a la danza contempor¨¢nea, se vive en estos momentos al norte de los Pirineos una explosi¨®n que amenaza con dejar chico al c¨¦lebre dance boom neyorquino de los a?os setenta.
Par¨ªs se ha convertido, adem¨¢s, en el principal escaparate de la danza europea, en esta d¨¦cada que ha visto un fen¨®meno tan interesante como es el renacimiento de la danza de ra¨ªz expresionista en Alemania, y sigue siendo el lugar donde con m¨¢s entusiasmo y menos prejuicios se consagran las innovaciones en la danza de cualquier tradici¨®n (de Mario Maya a Ushio Amagatsu, de Jiri Kyli¨¢n a Pina Baush).En las ¨²ltimas semanas de 1987 pod¨ªa verse en Par¨ªs la ¨²ltima creaci¨®n de la m¨¢s sorprendente y brillante core¨®grafa francesa de la nueva generaci¨®n, Magui Mar¨ªn (hija de exiliados espa?oles), Los siete pecados capitales; el estreno de la nueva versi¨®n que Rudolf Nureyev ha hecho del navide?o Cascanueces para el Ballet de la ¨®pera de Par¨ªs; las ¨²ltimas creaciones del checo Jiri Kyli¨¢n y del espa?ol Nacho Duato para el Netherlands Dans Theatre, quiz¨¢ la mejor compa?¨ªa neocl¨¢sica que hay hoy en Europa, y todo el gran repertorio ruso que el Ballet del Teatro Kirov, de Leningrado, est¨¢ ofreciendo en el Palais des Congr¨¦s, adonde se ha trasladado (con su centenar de bailarines, su orquesta, sus decorados y su magia legendaria) para una temporada de seis semanas, hasta el 10 de enero.
Esto, sin mencionar a Carlota lkedo, una de las m¨¢s sobrecogedoras representantes del butoh japon¨¦s, y a una docena larga de compa?¨ªas o grupos, cuyos nombres (Postretroguardia, Atenci¨®n Fr¨¢gil, Despu¨¦s de la Tormenta, Fin de Semana, entre otros) y obras coreogr¨¢ficas (El contracielo, Tres piezas en venta, In¨¦s rima con Martinez y con la santa reina Isabel, por ejemplo) sugieren, al menos, que la imaginaci¨®n no est¨¢ ausente del panorama coreogr¨¢fico contempor¨¢neo.
A este recuento habr¨ªa que a?adir nombres como Katerine Saporta, P. Chopinot, Jean Claude Gallotta, Ren¨¦ Abad¨ªa o Dominique Bagouet, que han alcanzado reputaci¨®n internacional como exponentes de la nueva danza francesa y que acaban de terminar o empezar¨¢n en las primeras semanas del a?o su temporada parisiense. Para el aficionado espa?ol, que se sostiene con un gota a gota que apenas le permite mantener las constantes vitales, el atrac¨®n parisiense de fin de a?o puede ser mortal.
La temporada del Kirov en Par¨ªs no ha suscitado esta vez excesivos comentarios. La cr¨ªtica francesa siempre se ha fijado m¨¢s en la novedad que en la calidad sostenida y, en lo que hace a novedades, no se puede decir que la escuela rusa proporcione muchas. El cuerpo de baile m¨¢s perfecto del mundo deja fr¨ªa a la cr¨ªtica francesa, pero llena durante siete semanas un teatro de 4.000 plazas.
Verdad es que la versi¨®n de El lago de los cisnes, del Kirov -que es la de Sergueev de 1950, a su vez basada en las de Gorsky (1901), con algunas cosas de la de Vaganova (1933) y Messerer (1937)-, choca un poco a los ojos occidentales, especialmente por el insoportable buf¨®n que Gorsky introdujo y que envenena todas las versiones del este y el tra¨ªdo por los pelos final feliz, al parecer debido a Messerer, que rompe el sentido de la tragedia. Y que el tercer acto- que aqui es el segundo- tiene en el Bolshoi una representaci¨®n m¨¢s brillante dentro de la tradici¨®n rusa.
La forma perfecta
Pero no es menos cierto que el despliegue de danza de escuela que hacen los cisnes del Kirov - la consecuci¨®n de la forma perfecta mediante una gradaci¨®n del esfuerzo que se traduce en la claridad, la fluidez de movimientos y la expresi¨®n m¨¢s logradas que pueden verse- permiten entender el sentido de la llamada danza cl¨¢sica como quiz¨¢ ning¨²n otro espect¨¢culo resultan ya tan distintas de las bailarinas que se pueden ver en Par¨ªs o Londres y no alcanzan la perfecci¨®n m¨¢gica de Natalia Makarova, que, rama del mismo ¨¢rbol, ha puesto el list¨®n quiz¨¢ demasiado alto. Los chicos, aunque logran moment¨¢nea brillantez, hacen comprender que Mijail Baryslinikov, m¨¢s que el producto de una escuela, es un genio creador; sus seguidores en el Kirov parecen formados en otra galaxia. neocl¨¢sico. Su mayor m¨¦rito es quiz¨¢ el haber recuperado la danza de media punta para el ballet, lo que le permite jugar con el salto y el desarrollo espacial del movimiento con amplitud. Gracias a la zapatilla blanda, Kyli¨¢n ha podido tambi¨¦n integrar a su t¨¦cnica el movimiento del torso y de la parte superior del cuerpo propios de la danza moderna, pero sin perder la facilidad de deslizamiento y giro que da el pie calzado. Su Sinfonietta, que se pudo volver a ver en Par¨ªs, es mod¨¦lica en ese sentido.
La figura de la compa?¨ªa sigue siendo el -bailar¨ªn espa?ol Nacho Duato, de una presencia esc¨¦nica arrolladora.
A?o de baile
El apoyo oficial a la danza en Francia -mediante una inteligente pol¨ªtica de subvencIlones y una potenciaci¨®n de los conservatorios y de las instituciones que sostienen compa?¨ªas en Par¨ªs y provincias ha sido la causa directa del enorme desarrollo de la danza francesa en los ¨²ltimos a?os y, en particular, del fen¨®meno del enraizamiento de la danza moderna y contempor¨¢nea en la cuna del academicismo. A juzgar por lo abarrotados que est¨¢n los muchos teatros, espacios, y talleres a los que el p¨²blico puede acudir, no se ha errado el tiro al otorgar a la danza un poco de atenci¨®n, dentro de la vasta pol¨ªtica cultural del pa¨ªs vecino.En 1987 se han dedicado aproximadamente 2.000 millones de pesetas para la danza y el ballet en Francia. La mitad va entera a sostener el Ballet de la ¨®pera de Par¨ªs y los 1.000 millones que quedan se reparten de la forma siguiente: 560 millones para sostener 17 compa?¨ªas o centros coreogr¨¢ficos en distintas ciudades, fuera de Par¨ªs, algunas tan importantes como el Ballet Nacional de Marsella (120 millones); el Centro Coreogr¨¢fico de Grenoble (J. G. Sallotta) (20 millones) o la Compa?¨ªa de Magui Mar¨ªn (21 millones) y el resto se reparte entre ayudas a la creaci¨®n (140 millones de pesetas que han permitido subvencionar a 53 compa?¨ªas o grupos); promoci¨®n (130 millones); audiovisuales (9 millones); ense?anza (90 millones), y subvenciones a festivales (24 millones).
El pasado mes de octubre el ministro de Cultura, Fran?ois L¨¦otard, anunci¨® una reorganizaci¨®n del departamento de danza de su ministerio -que pasar¨¢ a tener 15 funcionarios- y la creaci¨®n de un Consejo Superior de la Danza, encargado de mantener un di¨¢logo constructivo y permanente con los profesionales.
Tambi¨¦n anunci¨® que 1988 ser¨¢ declarado oficialmente a?o de la danza.
Babelia
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