La creaci¨®n de una orden judeo-cat¨®lica provoca un conflicto religioso en Francia
El arzobispo de Ly¨®n y primado de las Galias, monse?or Decourtray, consigui¨® el pasado domingo una salida casi milagrosa a un extra?o y delicado conflicto. Ante su palacio, situado en lo alto de la colina de Fourviere, una monja, instalada en un remolque caravana, se declar¨® en huelga de hambre el pasado jueves 30 de diciembre en protesta por el dictamen de un tribunal eclesi¨¢stico emitido contra su peque?a orden religiosa y exigiendo el acceso a las actas del proceso. La intervenci¨®n del arzobispo, aclarando que esta orden no es una secta, parece haber neutralizado el conflicto.
El tribunal hab¨ªa acusado a sor Miriam, la madre fundadora de las Hermanitas de Israel, de "manipulaciones psicol¨®gicas que atentan contra la libertad espiritual de las muchachas" y de "autoridad abusiva".Pero el conflicto que se ventilaba en las alturas eclesi¨¢sticas lionesas no afecta ¨²nicamente a los tribunales de la Iglesia, cuyos procesos con secretos, sino que hab¨ªa despertado la delicada cuesti¨®n de las relaciones entre la Iglesia cat¨®lica y el juda¨ªsmo. La madre Miriam es un caso de doble militancia religiosa ins¨®lito e inquietante. Su min¨²scula orden, compuesta por 12 hermanitas, reza ante el crucifijo y la estrella de David, considera entre sus d¨ªas santos el domingo y el sabath y respeta el cacher jud¨ªo (las normas sobre el consumo de carne animal) y la abstinencia cat¨®lica.
La monja rebelde naci¨® hace 37 a?os en Hurngr¨ªa, hija de madre jud¨ªa. Fue pianista y cantante y lleg¨® a Francia en 1969 como refugiada pol¨ªtica. En 1982 cre¨® la comunidad delas Hermanitas de la Inmaculada, pero el mismo a?o, gracias una peregrinaci¨®n a Jerusal¨¦n, hall¨® su camino de Damasco, que le permiti¨® descubrir sus or¨ªgenes jud¨ªos y la religi¨®n de sus ancestros. La orden de las Hermanitas de la Inmaculada se convirti¨® en la de -las Hermanitas de Israel, y la fundadora, hasta entonces sor Catalina, pas¨® a llamarse madre Miriam. En su comunidad, en las proximidades de Ru¨¢n, la peque?a congregaci¨®n judeo-cat¨®lica, considerada como experimental por la Iglesia, esperaba el reconocimiento definitivo cuando se produjeron denuncias de padres de hermanitas por lo que consideraban comportamientos propios de una secta.
Actas secretas
El arzobispo de Ly¨®n ha reconocido p¨²blicamente que las Hermanitas de Israel no son una secta, pero no ha publicado las actas del proceso, tal como exig¨ªa la combativa monjita con su huelga de hambre, calificada eufem¨ªsticamente por ella misma como "ayuno incesante en la oraci¨®n, seg¨²n el ejemplo y el esp¨ªritu de Mahatma Gandhi". Monse?or Decourtray ha conseguido con ello neutralizar un conflicto que supera los problemas de autoritarismo y de dependencia psicol¨®gica dentro de la orden. La madre Miriam hab¨ªa realizado en los ¨²ltimos tiempos en¨¦rgicas y pol¨¦micas intervenciones p¨²blicas, en contra de los llamados historiadores revisionistas, que ponen en duda el holocausto jud¨ªo bajo el nazismo y en contra del proyecto de instalaci¨®n de un convento del Carmelo en el antigup campo de concentraci¨®n de Auschwitz -considerado por los jud¨ªos como una afrenta cat¨®lica-. Para terminar de complicar las cosas se afili¨®, al Partido Socialista Franc¨¦s a principios de 1987.El proceso a la madre Miriam ha sido presentado en algunos medios como una persecuci¨®n y una manifestaci¨®n del tradicional antisemitismo cat¨®lico. El gran rabino de Ly¨®n, Richard Wertensclilag, que mantiene unas excelentes relaciones con el arzobispo, ha declarado que la monja "debe escoger entre ser una buena cristiana y una buena jud¨ªa".Mientras que la madre Miriam ha declarado: "Yo no busco reconciliar el juda¨ªsmo y el cristianismo, sino el hombre jud¨ªo y el hombre cristiano".
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